Una noche de copas Louis Tomlinson y Harry Styles se conocen, se gustan y acaban en la cama.
Para Harry todo es especial pues es un chico muy enamoradizo aunque no se entrega a cualquiera pero con el ojiazul siente algo mágico.
A la mañana siguient...
Los primeros rayos de la mañana entraron por los agujeros de la persiana, dándole en la cara a Louis, el cual se despertó sin saber muy bien donde estaba.
Miró a su izquierda y vio al rizado, que dormía plácidamente, entonces miró bajo la sábana y comprobó que estaban completamente desnudos, resopló tocándose su abombada cabeza por la resaca y entonces recordó todo lo que había pasado.
Había tenido sexo con el rizado y había sido muy satisfactorio, la verdad era que Harry, aparte de un cuerpo de infarto y una preciosa cara, era muy bueno en la cama.
Se levantó sigiloso y rápidamente recogió toda su ropa del suelo y entró en el baño, se vistió, se lavó la cara y se atusó el pelo, poco después salió de nuevo y sin hacer el mínimo ruido, se fue de puntillas del cuarto, salió por la puerta y se fue como si nada.
Resacoso pero muy feliz anduvo hasta el aparcamiento del pub y allí recogió su coche, se subió y se marchó a su casa dónde se pegó una ducha, se puso una camiseta y unos boxers limpios, fue a la cocina y se preparó un bol de cereales para luego acostarse en la cama.
Un par de horas más tarde, Harry se despertó y extendió su mano pero no encontró nada, entonces levantó su cabeza y vio que el sitio donde Louis había dormido estaba completamente vacío y frío, lo llamó pero no escuchó respuesta alguna, entonces se levantó y fue hacia el baño pero tampoco estaba allí.
Pensó que quizás estaría en la cocina haciendo el desayuno, así que se puso los boxer y una camiseta por si su hermana estaba levantada pero al llegar allí tampoco lo vio.
Molesto y dolido miró si este había dejado una nota con un mensaje o con su número de contacto pero no halló nada, al parecer el ojiazul le había follado y se había ido sin despedirse y sin intención de volver a verse.
—¡Maldita sea!, ¡eres un estúpido, Harry!—se regañó mientras las lágrimas salían de sus ojos—¿Qué te hizo creer que un tipo famoso como Louis Tomlinson se pararía a conocerte?, ¡has sido un polvo de una noche y nada más!.
—¡Hey!, ¿qué son esos gritos?.
—Perdona Gemm.
—Te has despertado pronto, me sorprendes. Cuando te acuestas con alguien sueles estar todo el día en la cama con él, ¿Acaso has venido a buscar un tentempié para los dos?.—habló su hermana con sonrisa pícara, sin percatarse que Harry estaba llorando.
Entonces este giró.
—Hey... Harry, ¿qué pasa?, no me digas que ese cabrón te ha hecho daño.
El ojiverde negó con la cabeza y secó sus ojos y sus mejillas con sus manos.
—No, no Gemm. Soy un tonto y me hago ilusiones enseguida.
La chica se acercó y lo abrazó.
—¿Qué te ha hecho el estrella de las portadas?.
El rizado suspiró y se sentó en una silla de la cocina, a lo que su hermana le siguió.
—Pues lo de siempre... que pensaba que con Louis iba a ser diferente pues tú ya sabes lo mucho que me gusta ese chico. Llevó meses enamorado de él, no lo conocía en persona pero he leído muchas cosas y pensaba qué era una persona con mejores sentimientos pero creo que no es así. Ayer fue increíble, la mejor noche de mi vida y pensé que para él había sido igual. Nunca había conectado con nadie así. El me trató con muchísimo cariño pero esta mañana me he despertado y su lado de la cama estaba frío. Se fue hace horas y lo peor de todo es que ni se despidió. Me esperaba encontrar una nota con algunas palabras o un simple número de teléfono para volver a vernos pero no ha dejado nada. Creo que para él solo he sido un agujero más dónde meter su polla.
—Oh vaya, lo siento mucho, cariño pero ya va siendo hora de que aprendas que mucha gente no busca el amor eterno como tú. Mucha gente simplemente se divierte y busca pasar el rato, aunque a veces dan con personas tan sensibles como tú y les hacen daño.
—Tienes razón hermana, ya va siendo hora de que espabile. Ed y tú siempre me lo advierten pero son tan necio...pero Louis ha sido el último, lo juro. Estoy harto de topar con imbéciles aprovechados. A partir de ahora solo me acostaré con la persona, la cual esté completamente seguro de que es la indicada— dijo el rizado decididamente molesto—Tan solo probará mi trasero, él que sea mi futuro esposo.
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