Veintiséis

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Louis llegó a la calle donde estaba el edificio del ojiverde y estacionó, luego se bajó de su auto y llamó al timbre.

—Hola precioso, ya estoy aquí.

—Hola Louis, bajo enseguida—dijo el rizado muy nervioso a medio arreglar.

Gemma miró por la ventana con el ceño fruncido, como el ojiazul volvía a su coche y se sentaba a esperar.

—En serio hermano, no sé para que te molestas en probarte veinte trajes y siete pares de zapatos. Ese modelucho no va a tardar mucho en volver a cagarla.

Harry chasqueó la lengua.

—Venga Gemm... ayúdame, ¿qué te parece este?...¿Y este?—le preguntó atacado sosteniendo dos conjuntos distintos.

—Estás genial con lo que te has puesto Harry y con los otros tres que te has probado también. Además que más da...ni se fijará en tu ropa, seguro que estará muy ocupado mirándote con los rayos x de sus ojos.

—Ja ja...muy graciosa. Está bien me fiaré de ti y llevaré este. Deseame suerte hermana—dijo Harry cogiendo su reloj y las llaves.

—Suerte Julieta—dijo Gemma riendo desde el sofá, entonces el rizado le hizo una mueca mientras salía por la puerta.

Louis ya estaba algo nervioso pues temía que Harry pudiese arrepentirse pero de repente lo vio acercarse y tuvo que agarrarse a su coche pues casi se desmaya.

Louis ya estaba algo nervioso pues temía que Harry pudiese arrepentirse pero de repente lo vio acercarse y tuvo que agarrarse a su coche pues casi se desmaya

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—Joder... esto va ha ser realmente duro—susurró mirándose la entrepierna con disimulo.

—Vaya estás muy guapo—dijo Harry al llegar a su lado.

—Vaya estás muy guapo—dijo Harry al llegar a su lado

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—¿Estás de broma?, tú si que estás increíble, Hazza... Realmente voy a ser la envidia de todos.

El ojiverde se sonrojo.

—Gracias por invitarme, Louis— dijo subiendo al coche cuando éste le abrió la puerta galantemente.

—Es un placer, precioso.

Louis conducía en silencio muy nervioso pues no quería estropear el momento diciendo cualquier tontería.

—Mi hermanastro se muere— dijo Harry rompiendo el hielo.

El ojiazul freno de repente y miró al rizado, el cual se echó a llorar sin más.

—Oh por Dios Harry y yo queriendo que salieses. Quizás preferirías estar con tu familia.

—No tranquilo, te lo agradezco...es solo que no a-aguantaba más. Me hice el fu-fuerte delante de mi hermana p-pero en re-realidad estoy muy triste.

Louis se giró y lo miró.

—Mi hermoso caballero andante... anda ven aquí—dijo este abriendo los brazos.

El rizado soltó su cinto de seguridad y se abrazó al ojiazul hecho un mar de lágrimas, donde lloró durante un buen rato.

—¿Prefieres volver a tu casa?, no tenemos porque ir a ningún sitio si no te apetece— le dijo finalmente el ojiazul acariciándole la cabeza.

—¿Po-Podemos ir a tu c-casa?—preguntó Harry sorprendiendo al modelo.

—Claro Hazza... vamos a donde tú quieras.

El ojiverde levantó la cara del hombro de Louis y le besó en la mejilla sonriendo entre lágrimas, luego volvió a su lugar, y entonces el ojiazul encendió el coche y condujo hasta su casa.

Ya en el edificio, Harry se sintió mucho más nervioso, no sabía que estaba haciendo realmente pues por un lado se sentía vulnerable y quería abandonarse a los brazos de Louis, donde se sentía seguro pero por el otro, temía el ojiazul lo malinterpretase.

—Bien Harry, ¿puedo ofrecerte una bebida?—dijo Louis entrando en su casa y dejando su chaqueta sobre el respaldo de una silla—Ponte cómodo.

El rizado asintió quitándose el abrigo y tras mirarlo todo se sentó en el sofá, realmente la casa de Louis era muy lujosa y daba miedo tocar algo, ya que  se veía muy caro.

Poco después, este volvió con una bandeja con aperitivos y unos cócteles.

—¿Estás mejor, Harry?.

—S-Si g-gracias—Dijo aún nervioso.

El ojiazul le dio su coctel, luego se cogió el suyo y se sentó junto a él en el sofá.

—Si quieres hablar de ello puedes hacerlo... me interesa todo lo tuyo y te va ha venir muy bien desahogarte. Pareces muy triste y confuso...Anda Hazza, cuéntamelo.

El rizado tomó un sorbo de su bebida y sonrió levemente.

—Bueno pues la verdad no sabría por donde empezar...Ayer me enteré que mi padre engañaba a mi madre.

—Oh vaya...lo siento —exclamó el ojiazul.

—Si, gracias...mi hermana por fin se decidió a contarme la verdad. Resumiendo un poco la historia... mi padre es un capullo y tengo un hermanastro—dijo el rizado algo molesto.

Louis deseaba con todas sus fuerzas abrazarlo y no soltarlo jamás pero solo asintió y no dijo nada, no quería meter la pata pues sabía que Harry tan solo necesitaba a alguien que lo escuchase.

—Mi padre ha estado llamando insistentemente a mi hermana para que fuesemos a verlo a su despacho. Él sabe de sobra donde vivimos pero jamás volvió a pisar nuestra casa desde que decidió largarse y abandonarnos. Me siento tan estúpido pues yo seguí creyendo en el pues no sabía la verdad. Yo siempre creí que estaba de viaje y que por eso no estaba con nosotros. Cuando mi madre enfermó y el no vino seguí creyendo que era porque estaba muy ocupado. Mi madre no quería que supiese la verdad pues sabía lo sensible que soy...Creí que Gemma era injusta con mi padre, ¿entiendes?...¡lo defendía ante ella y mi madre y el mientras tenía otra familia—dijo muy afligido.

Louis decidió arriesgarse y abrazarlo pues creía que el rizado lo necesitaba y así fue, se abrazaron un buen rato y mientras el rizado siguió llorando, él le frotó la espalda.

—Mi hermanastro se m-muere... tiene leucemia, por eso mi padre quiso volver a ve-vernos de nuevo—habló de nuevo el rizado separándose—mañana te-tenemos que hacer unas pruebas para ver si so-somos compatibles y donarsela.

—Eso es muy generoso Harry. Tu hermana y tú sois increíbles...a la mierda tu padre si no lo ve—dijo ya molesto Louis, de escuchar y ver a Harry tan mal, aunque sabía que podía ganarse su rechazo.

Entonces el ojiverde lo miró fijamente y paró de llorar, Louis tragó saliva, ya que daba todo por perdido y pensaba que había metido la pata hasta el fondo.

En lugar de eso, Harry se abalanzó sobre él y comenzó a besarlo apasionadamente y con ansia, comenzando también a desabrocharle la camisa.

—Ha-Harry es-estás muy v-vulerable no qui-quisiera que te arrepintieras lueg...

—Oh Louis.... cállate, estoy harto de esperar—sentenció decidido el ojiazul sacándole la camisa—estoy harto de ser bueno.






17. Dentro de ti  -(Larry Stylinson). Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora