Rubén:
Ya era viernes...los nervios me estaban comiendo, estábamos en el auto, Mangel y yo en la parte trasera y el abogado en el copiloto y Lucas en el piloto. Estaba tan nervioso que me temblaban las manos, Mangel al darse cuenta de eso, agarró mi mano y la entrelazó.
Ya estábamos en el juicio, en el público estaba la familia de Mangel, Lucas estaba a un costado de donde iría el juez, al lado nuestro estaba mis padres, con su abogado, Mangel y yo estábamos sentados, esperando a el juez; mi madre me miraba con odio al igual que mi padre, lo sentía.
-¡De pie!.
Todos nos paramos, el juez vino y se sentó en su lugar.
-Pueden sentarse.
Nos sentamos; el juez nos miro, luego a mis padres.
-Tienen que responder con sinceridad y si alguien miente, va a la carcel por más años de lo habitual, Señor Rubén- le miré y me señaló a lado de él, que había una silla. Mangel puso su mano en mi cuello, lo miré y él me sonrió. Me levante, fui hacia donde me dijo el juez y me senté.
-Señor Grimes, proceda con las preguntas.
Rick se puso en el centro, se acomodó el traje y me miro.
-Rubén, ¿Desde cuándo su padre lo acosa?.
-D-desde que tengo 14 años.
-¿Cómo sucedió eso?.
-Mis padres estaban cansados de que jugara mucho a los videojuegos y de que tengas muchas malas notas, mi padre entró rompiendo la puerta y ahí inicio todo...m-mi hermana...me ayudaba a que todo se arreglase pero a ella también la acosaba...
-¡Deja de mentir!- dijo mi padre mientras me apuntaba- ¡maldi...
-Orden en la sala- dijo el juez mientras le daba golpes a ese martillo de madera contra la mesa- siga, señor Grimes.
-¿Qué le sucedió a su hermana?.
-Ella...murió.
-¿Cómo murió?.
Me mordí el labio, tratando de no llorar...
-Ella...estaba...- suspiré- ayudándome, luego de que mi madre me haya golpeado, mi padre la agarro, la llevo hasta la cocina, yo me quede en su habitación...oía sus gritos de dolor...cuando fui a la cocina- una lágrima recorrió mi mejilla pero la quité rápido- m-me la encontré...muerta y mi madre tenía el cuchillo.
Rick me miraba sorprendido, esa era una de las preguntas que no pude responderle. Miré a Mangel y estaba llorando...apenas la vio una vez. Mis lágrimas no tardaron en salir, necesitaba un abrazo de Mangel y él se levantó de su silla.
-Señor Rogel, siéntese.
-Pero él me necesita.
El juez me miro.
-Vaya.
Me levante, fui casi corriendo hacia Mangel y le abracé, me correspondió el abrazo, nos abrazamos muy fuerte, nos separamos y nos sentamos, agarre su mano y escondí mi cabeza en su hombro.
-Señor Williams.
Mi padre fue hacia donde estuve, me miraba con odio pero con una sonrisa de victoria, ¿Qué...?.
-Señor Byers, proceda con sus preguntas.
-Williams, ¿Es verdad todo lo que dijo Rubén?.
-Es mentira, ¡él asesinó a su hermana! a nuestra hijita.
