3.

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Narra Rubén:

Salí del baño con una sonrisa esforzada, no quería preocuparlo, aún que ya lo hice. Él no era tonto se daba cuenta cuando tenía una sonrisa esforzada. Odio esto, odio ser débil, sensible, culpable de todo, de que Cheeto, Alexby, Vegetta, Willy, Frank, Luzu se hayan ido por traicionarlos y ocultarles la verdad, soy el peor ser humano que pudo haber existido. Hice lo que necesitaba, lo abracé, muy fuerte; no quería soltarlo, mis lágrimas salieron sin control, nos separamos un poco, sin romper el abrazo, hablamos y dice que no me rinda por él, lo intentaré...por él pero tengo miedo, de hacerle más daño y que se vaya...era lo que menos quería.
Sin darme cuenta nos estábamos besando, no lo puedo creer, ¡nos estábamos besando de verdad!, los de la cámara me parecían falsos ya que eran retos o por la borrachera, pero igual se mostraba el cariño, yo ponía cara de asco a propósito para ocultar mi sexualidad y la verdad es que me gustaba esos besos. Correspondí el beso, tímidamente, sintiendo mi cara arder, mi corazón latiendo fuertemente, quisiera estar así para toda la vida. Nos separamos y dijo que me ama, vaya...¡estoy realmente feliz! Desde que lo vi por primera vez, siempre quise esto, nos besamos nuevamente, con más pasión...se siente como el paraíso.

La pasamos toda la tarde con besos, cariño, abrazos, risas, comiendo pizza y viendo películas en su sillón, siento que por primera vez en mi vida, estoy realmente feliz, me siento vivo, como si...mi vida se llenará de colores, siento mi corazón lleno de vida, de felicidad, de amor, gracias a él, a mi ángel, se lo diré aún que me da vergüenza, pero tengo valor. Le sonará raro ya que, no suelo decir cosas "románticas" por así decirlo.

-Mangel, te tengo que decir algo muy sentimental- dije un poco avergonzado pero con una leve sonrisa.

-¿Qué cosa?- dejó de mirar la pantalla para verme, baje la mirada, sintiendo mi cara arder, no se lo dije y ya me puse rojo.

-La verdad es que me alegro de haberte conocido, desde que me enviaste ese mensaje por error, pensé que no serías mi amigo y menos mi novio, eso era lo que menos me imaginaba pero aquí estás, estás conmigo, abrazándome. Tu me protegiste, me apoyaste, me hiciste reír, me ayudaste a seguir, me aceptaste, sacaste mis lágrimas y yo te dije que no hicieras nada, ¿Y qué hiciste? No me hiciste caso, y me ayudaste igual, no me arrepiento de eso. Lo único que quieres es que sea feliz, ¿Verdad? Y lo lograste, tú me haces feliz pero con todo lo que me hacen no lo soy del todo, pero me estás ayudando, eso es lo importante. La primera vez que te vi, me enamoré, de esos labios carnosos que tanto me gusta, formando esa sonrisa tan hermosa que me enamora cada día y noche, esos ojos negros que podría estar viendo toda mi vida, tu piel suave cómo la de un bebé, de tu forma de ser, de tu acento, me encanta todo de ti, y gracias por haber aparecido en mi vida, por andar salvándome, por ser mi ángel, te amo Mangel.

Al fin se lo dije, me sorprende que no haya tartamudeado. Levante la mirada, estaba llorando de la emoción y me abrazo como si fuese el último.

-Rubius, me dejaste sin palabras, ¿Cómo no amar a alguien así, alguien cómo tu? Tan hermoso cómo las estrellas, yo también te amo.

Sonreímos. Me encanta eso. Seguimos  abrazados pero no sentía su piel, me separé, tenía la mitad de su cuerpo trasparente, cómo si fuera a desaparecer.

-¿Mangel? ¿Qué te está pasando?- no dijo nada...sonrió y desapareció-¿Qué? No, MANGEL....!- mis lágrimas ya estaban saliendo sin control.

Me desperté en mi habitación, todo era un sueño, un maldito sueño. Mis manos estaban atadas, al igual que mis pies, oh no...otra vez no, ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?.

-Veo que ya despertaste, perrito...

Quiero estar muerto.

Mi Ángel- Rubelangel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora