5. Comienza mi vida

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El paño con agua fría deslizandose en mi rostro resultaba acogedor.

Luego de mi breve pero intenso encuentro nocturno con Harry le relate a Admes cada detalle de mi sueño, la sombra, la angustia, como sentía que me sofocaban.
A decir verdad se preocupó mucho, dijo que probablemente no era un sueño, y que debíamos buscar información acerca de eso, también me dijo que tratara de recordar alguna figura que pudiese relacionar con la realidad. Pero yo no quería recordar el sueño, al menos no esta noche, no podía sacar la imágen de Harry de mi cabeza, su aroma, y el como su tacto me tranquilizaba en sobremanera.

Por supuesto omití esta pequeña distracción que tuve de camino al cuarto de Admes, sabía que no iba a agradarle, no se fía de Harry, yo tampoco debería hacerlo pero como no confiar en alguien que me transmite y me genera tanta paz en medio de mi desesperación.

Durante toda mi vida fuí la hija de Zeus, esa chica valiente y decidida, de carácter fuerte por naturaleza, y en cuarenta y ocho horas me había convertido en un manojo de emociones encontradas, miedo y preocupación.

Todavía no entendía porqué Zeus no había hablado conmigo, lo necesitaba. Recuerdo que cuando era pequeña solía mirarme mucho en el espejo, aún lo hago, pero no tanto como antes. Intentaba buscar desesperadamente alguna similitud con mi padre, alguna cualidad por más mínima que fuera, que me uniera a él, rasgos, miradas, cualquier cosa para sentirme cerca. Recuerdo que alzaba torpemente mis manitas al cielo e intentaba bajar la luz y retenerla en mi, como si pudiera nutrirme, el sentimiento de calidez siempre fue indispensable en mi. En fin, eran vagos momentos en los que me sentía realmente conectada con lo divino. Ahora padezco esa falta, como un frío seco que golpea de repente, se siente realmente extraño, es como si debiera hacer algo pero no sé cómo actuar y eso es realmente abrumador.

_ Oye Beth_

Admes me miró sonriendo y me aventó un chocolate con avellanas, mi favorito.

_ Oh santo cielo, eres de lo que no hay Ad_

Siempre sabía como hacerme sentir mejor.
Lo conozco desde que nací, su padre nos cuidaba a mi madre y a mi, hasta que un día las criaturas de Hades lo sorprendieron con la guardia baja y lo asesinaron. Admes tenía 16 años y se hizo cargo de nosotras desde entonces, es como mi hermano, sabe todo de mí y por eso comprendo su preocupación por mantenerme lejos de Harry.

_Yo sé de una chiquilla que cuando esta triste como mucho chocolate_

Dijo poniendo énfasis en la palabra mucho.

Reí , tenía toda la razón.

_ Creo que fue lo primero que tomé antes de salir de casa_

Comenzó a reír. Su comentario me devolvió el recuerdo de mi mamá.

_Ad.._

_Si?_

_Crees que ella está bien?.._

_Beth.. lo está, de seguro Talos  llevó a tu madre a algún lugar seguro_

Asentí no muy convencida.

Se acercó a mí y acarició mi cabello.

_Te prometo que mañana voy a contactatme con ellos de alguna manera_

_Gracias, te adoro Ad_

Sonrió y me abrazó con fuerza, coloqué mi cabeza en su hombro y suspire en un vago intento de quitarme peso de encima.

_Y yo a ti Bethy_

_Oh vamos no vuelvas a llamarme así_

Desde los 5 años me llama Bethy en broma, sabe que odio ese apodo.

El hijo de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora