The First Love, Nejiten

Capítulo 1

—Y aquí estamos —musitó la pelirrosa mientras ambas ingresaban dentro de la casa—. Puedes dejar las maletas aquí mientras te doy un pequeño tour por la casa.

—Está bien —la castaña asintió.

Sakura señaló a un lado de ellas y Tenten pudo visualizar una pequeña cocina.

—Como puedes ver, esta es la cocina.

—No me había dado cuenta de que estaba ahí —dijo, sonrojada.

Ella rió mientras empezaba a caminar.

—No te preocupes, suele pasar.

Llegaron hacia una pequeña puerta que se hallaba al lado de las escaleras.

—La de allá es la sala, y este es un pequeño closet. Aquí guardo mi ropa de invierno y algunas cosas que no suelo usar seguido. Puedes colocar cosas tú también —dijo, sonriendo—. Y la puerta de allá es del baño, tiene todo así que también puedes tomar una ducha ahí.

La castaña asintió y ambas subieron al segundo piso.

—Este es el segundo baño, a diferencia del otro, tiene una tina, y por si quieres tomar un baño relajante hay algunas velas aromáticas allí. Si no te gusta su olor tengo más en mi habitación, sólo tienes que pedirlas.

—De acuerdo.

—La de la derecha es mi habitación, y esta de aquí es la tuya —abrió la puerta de la habitacion.

Al entrar, pudo visualizar una cama doble, un closet y una pequeña mesita de noche junto a la cama. Las paredes eran de color blanco y habían unos cuantos cuadros decorativos.

—¿Te gusta?.

—Sí, es muy linda.

—Me alegra que así sea.

Tenten la observó. ¿Es que acaso nunca borraba esa sonrisa de su rostro? Se había hecho presente desde que se habían visto, y no desapareció. Eso la hizo sonreír a ella también, aunque no lo notara.

—De nuevo, muchas gracias, Sakura.

—No tienes que agradecerme, Tenten, somos familia después de todo.

Ella asintió y juntas subieron las maletas.

—Oye... Yo... Lo siento mucho, pero... Tengo que irme. Mis amigas organizaron una reunión y se molestarán si no voy... Sé que eres visita y eso, pero no contaba con que llegarías hoy, y por eso permití que la reunión fuese este día.

La observó, mordía su labio inferior con nerviosismo y un pequeño sonrojo inundaba sus mejillas. Ella sonrió.

—No te preocupes por eso, ve con tus amigas.

—Pero...

—Dijiste que se molestarían, ¿No? Entonces deberías apresurarte.

Ella suspiró y le dirigió otra sonrisa.

—Bien... Regresaré a eso de las 8 o 9, si necesitas preparar algo, he hecho las compras, por lo que el refrigerador está lleno. Ya me voy.

—Sí, ve con cuidado.

—Lo haré —asintió, caminó dos pasos fuera, y luego regresó—. Se me olvidaba... Aquí tienes —se acercó a ella y le dio unas llaves.

—¿Para qué son?.

—Son las llaves del apartamento, ya que ahora ambas vivimos aquí, pensé que podrías necesitarlas.

—Oh... Muchas gracias.