Capítulo 17

757 88 24
                                    

3:01 P.M

La maquina que marcaba las pulsaciones de Tenten empezó a emitir sonidos cada vez más lentos y pausados, hasta que unos segundos después, dejó de marcarlos, y un sonido agudo y otro desgarrador se hicieron presentes.

Akari, la madre de Tenten, empezó a llorar y a negar con la cabeza repetidas veces.

—¡No! —gritó la mujer castaña aferrándose con fuerza a la camisa de su esposo, quien solo la observaba preocupado—. ¡Mi hija no puede morir!

—T-Tenten...

—¡Hinata! —inmediatamente Naruto la sostuvo en brazos, antes de que pudiera caer.

Se había desmayado.

—Tenten... E-ella...

Sakura balbuceaba cosas incoherentes y Temari apretaba ambos puños mientras abrazaba a una temblorosa Ino.

Sasuke, Sai y Shikamaru, como no la habían conocido, lo único que podían hacer era guardar silencio.

Hana pasaba suavemente la mano por la espalda de la castaña, llorando desconsoladamente en el pecho de su esposo, quien la abrazaba con fuerza, tratando de reprimir sus propias lágrimas.

Y Neji... Bueno, él no se encontraba mejor. Su respiración se volvió agitada y apretó ambos puños, conteniendo leves lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

Tsunade frunció el ceño y se adelantó unos cuantos pasos.

—No lo pienso permitir —bufó—. No he pasado más de ocho horas encerrada con esa niña como para permitir que se muera.

Volteó a observar a su asistente y la señaló con el dedo índice.

—¡Shizune! —le gritó—. ¡Trae el desfibrilador de inmediato!

—¡S-sí, mi Lady!

La azabache corrió fuera de la habitación, donde Tsunade agitaba los brazos apartando a todos de su camino hasta la cama de Tenten.

—Apártense —musitó con voz grave.

Todos lo hicieron.

—Lady Tsunade —Hana la llamó—. ¿Qué piensa hacer?

—Ya lo he dicho —dijo—. No pienso permitir que se vaya.

—¿Va a...?

—Así es —asintió—. Ella no morirá hoy, no mientras yo esté aquí.

Shizune entró apresurada a la habitación con una mesa rodante, y sobre el, el desfibrilador.

La rubia se acercó a él y lo encendió.

—¿Lista Shizune? Cuando te lo indique, lo harás.

Ella asintió y retiró las prendas del pecho de Tenten.

Tsunade acercó ambas placas al pecho de la castaña y asintió.

—Aquí vamos... ¡Despejen! —gritó, bajando ambas placas hasta el pecho de la paciente.

Inmediatamente, ondas de energía salieron disparadas y Tenten dio un pequeño salto.

—Nada —murmuró Shizune.

—Otra vez... ¡Despejen!

El proceso se repitió.

—No.

—De nuevo... ¡Despejen!

Siguieron intentándolo varias veces más, pero la castaña no parecía querer seguir.

Tsunade rechinó los dientes.

—Maldición —murmuró—. Esta niña es demasiado complicada.

—Lady Tsunade, tal vez... Ya no hay nada que hacer con ella —susurró la azabache.

La madre de Tenten reaccionó y negó fervientemente.

—¡No!, ¡Por favor, no deje que mi hija muera!

—Ella es todo lo que tenemos, por favor —rogó el hombre a su lado.

La rubia suspiró, observándola.

—No hay mucho que hacer, lo mejor es...

—¡No! —el grito de Neji los sorprendió a todos.

El castaño se acercó a la chica y tomó una de sus manos, estaba helada.

—Por favor, Lady Tsunade.

—No hay nada que pueda hacer ahora...

En esos brillantes ojos se vio una expresión de horror y tomó el desfibrilador.

—¿Qué demonios crees que haces, Hyuga? Deja esa cosa quieta —lo regañó.

Él negó.

—Tiene que hacerlo, por favor. Ella...

—Esto no es un maldito cuento de hadas —replicó Tsunade—. Ella no va a despertar, niño. El tiempo se le acabó.

—No... No... No, ella... Ella tiene que vivir...

—Lamentablemente, así son las cosas —negó—. Y por más que lo quieras, no será así. No despertará.

—Tenten...

Dejó caer el desfibrilador y se arrodilló al lado de la chica, con grandes lágrimas saliendo de sus ojos.

—Esto... Esto es una broma, ¿No es así? —sonrió con tristeza—. Como las que solías hacerme cuando éramos niños, ¿Recuerdas? —dijo—. Solías quedarte tirada en el suelo esperando hasta que yo iba a buscarte y fingías estar herida para que yo te sanara de la única forma en la que sabía hacerlo... Dándote amor. 

Un silencio sepulcral se instaló en la habitación.

—Tenten, despierta —la movió levemente—. Vamos a casa... Prometo llenarte de regalos, abrazos y besos si despiertas ahora y me dices que todo esto es un juego... Dime... Dime que todo está bien y sólo era una broma...

—Neji...

—Díganme que es una broma... Por favor.

Cerró ambos ojos, esperando escuchar el sonido de su dulce voz retumbando en cada espacio del lugar, pero no fue así.

—Neji, esto... No es una broma —murmuró Sasuke, quien parecía el más calmado para explicarle—. Ella... En verdad está...

Un sollozo lo detuvo, y observó como Neji se colocaba de rodillas y tocaba delicadamente la piel de la castaña. Parecía muy afectado.

—Lo siento... Lo siento tanto —murmuró,  tomando el rostro de ella con ambas manos. Estaba empezando a tornarse morado—. Perdóname... Debí hacerle caso a Hinata... Debí preocuparme por cumplir la promesa... Debí... Debí respetarte. Lo siento.

Se acercó y repartió dulces besos por todo su rostro.

—Lo siento, lo siento mucho... Perdóname.

El corazón de todos en aquella habitación se estrujó, incluso el de Tsunade.

Sakura estalló sobre el hombro de Sasuke, éste pasó un brazo por su cintura y la atrajo hasta sí, para abrazarla y brindarle apoyo.

Sai y Shikamaru hicieron lo mismo.

Hana estaba sentada con lágrimas en sus ojos junto a Naruto, quien estaba empezando a derramar lágrimas, y a Hinata, quien aún seguía desmayada.

Los padres de la castaña no estaban en mejores condiciones.

—Te amo —susurró Neji—. Te amo Tenten, y te juro por Dios que seré el mejor novio del mundo si despiertas. Te llevaré el desayuno a la cama, te consentiré, te protegeré, te abrazaré y te mimaré siempre. No te dejaré sola. Y si no me quieres de esa forma simplemente me alejaré... Solo tienes que despertar... Por favor... Sólo eso...

Acercó su rostro al de ella y rozó sus labios con suavidad. Estaban fríos.

Al igual que todo el resto de su cuerpo.

—Tenten, despierta... No me abandones tú también, por favor...

The First Love, NejitenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora