Capítulo 5

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Al día siguiente, Tenten ya se había levantado de la cama. Se cepilló los dientes y bajó, esperando encontrar a su prima; sin embargo, no lo hizo.

Al parecer se había quedado dormida.

Bueno, no la culpaba; anoche se habían dormido demasiado tarde.

Aprovechó que ella no estuviese presente, y empezó a preparar el desayuno.

No es que le molestara su presencia, solamente que ella no la dejaba hacer ese tipo de cosas. Para Sakura ella era su invitada y por esa razón no debía hacer nada, a pesar de que vivirán juntas por algún tiempo. 

Mientras buscaba en el refrigerador algo de lecho, frutas y cereal, pensaba en como pedirle que la llevara a conocer a su amiga. 

¿Cómo era que se llamaba...? 

Bueno, lo recordaría después. 

Después de unos minutos de concentración, empezó a cortar las frutas.

—Tal vez... Si le digo que quiero conocerla...

—¿A quién quieres conocer?    

—¡Por Dios!

Un grito agudo se escuchó por todo el apartamento, y Tenten soltó el cuchillo, quedándose clavado en la pared.

—¡Maldición!

—Cielos... Tenten, yo... Lo lamento, no era mi intención asustarte. ¿Te hiciste daño? —preguntó, acercándose a ella. La tomó de las manos y la observó a los ojos con preocupación.

La castaña soltó un suspiro y sonrió maternalmente. 

—Estoy bien Saku, no te preocupes.

—¿Cómo quieres que no me preocupe? ¡Tenías un cuchillo en la mano!

—Lo importante es que no me he hecho daño, y tú tampoco. Ambas estamos bien, el desayuno también, y la cocina... Bueno, eso se arregla después. 

Ella suspiró y me soltó delicadamente.

—Igualmente, lo siento... No debí asustarte así.

—No, no —negó—. No te preocupes, enserio. Tú no sabías qué estaba haciendo. 

—Si tú lo dices... 

Caminó unos cuantos pasos y luego se sentó en una silla que se encontraba cerca de allí. 

La chica de chonguitos sacó el cuchillo de la pared y lo lavó, para poder seguir con la preparación del desayuno. 

—Entonces... ¿A quién quieres conocer? 

—Bueno, es... Es que yo... Yo quería conocer a tus demás amigas. 

—Ah, eso... Pues si quieres puedes conocerlas hoy mismo.

Paró de cortar las frutas y la observó. 

—¿H-Hoy mismo?

—Sí, no veo por qué no.

—E-es que... Y-yo...

—No te preocupes por nada, ellas son buenas personas. Seguramente se alegrarán al conocerte.  

Tragó saliva y desvió la mirada.

—Bien...

«Espero poder controlar mis nervios...»

(...)

Sus tíos y su prima Hanabi habían salido, por lo que solo se encontraban algunas maids y su prima Hinata.

The First Love, NejitenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora