Capítulo 8

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Ya habían pasado algunas semanas, Tenten visitó a los Hyuga varias veces, pero ninguna de esas veces encontró a Neji.

«Es un desperdicio», le había dicho su subconsciente, «Neji nunca está en casa, no podrás verlo.»

No obstante, ella no se rendía.

Sin importar si Neji estaba, iba.

Y es que no solo los visitaba para verlo. La señora Hana le había caído muy bien, era una mujer amable y bondadosa, con un gran corazón, al igual que Hinata.

Y Hanabi también, ella era una niña bastante perspicaz y fuerte, amante de los deportes y actividades físicas, al igual que ella.

Sin duda alguna, la familia Hyuga, en general, le estaba cayendo bastante bien.

Hace unos minutos, Hinata la había llamado, comunicándole que Neji regresaría temprano, por lo que tendría la oportunidad de hablar con él.

Se cambió y se arregló rápidamente, tratando de llegar lo antes posible.

Aprovechando que Sakura iría a visitar a Ino, le pidió el favor de que la llevase, cosa que ella hizo con mucho gusto.

Se despidió de ella con una sonrisa y tocó la puerta.

—Buenas tardes —saludó cortésmente.

—Tenten, querida, adelante —la matriarca Hyuga la había recibido con una sonrisa.

Agradeció e ingresó en el hogar.

—Hinata te está esperando en el jardín.

—Sí.

Con el tiempo que pasó allí ya no necesitaba ser guiada, había conocido bien cada rincón de ese lugar, cortesía de Hanabi.

Caminó hasta llegar al gran jardín, donde observó a una Hinata sentada sobre un columpio doble bajo un frondoso árbol.

Sonrió y de acercó a ella.

—Hola, Hina

—Hola —saludó ella, con una sonrisa—. ¿Lista para el reencuentro?

—Sinceramente... No —rió con nerviosismo—. Estoy nerviosa...

—Es normal —hizo una seña para que se sentara a su lado, la castaña lo hizo—. Solo trata de controlarte un poco, los nervios pueden jugarte una mala pasada, creeme.

—Lo sé —suspiró—. Es solo que... Hace muchos años que no lo veo, Hinata. ¿Qué le diré?, ¿Cómo le hablaré?, ¿Y si no me quiere ver?, ¡¿Y si me odia?!

La peli-azul rió y pasó suavemente la palma de su mano por la espalda de ella, reconfortándola.

—Son demasiadas preguntas. Solo deja que fluya.

—¿Pero qué pasa si no puedo? Yo... No sé si pueda mirarlo a la cara después de tantos años.

—Todo saldrá bien, ya verás que sí.

—Gracias, Hina. De verdad, el mundo necesita más personas como tú.

En el tiempo que llevaban de conocerse, Tenten y Hinata se habían hecho grandes amigas, confiandose así secretos íntimos.

—Neji llegará pronto, es mejor que te prepares.

—Sí.

—Tú puedes.

Tomó una bocanada de aire y se dispuso a caminar hacia la entrada de la casa.

(...)

The First Love, NejitenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora