El Omega Alfa [NamMin]

Final.

Yoongi, Jungkook y Jin se encontraban al lado de Jimin, los tres estaban cómodamente sentados en una alta montaña.
El sol moribundo alumbraba los cuerpos nostálgicos en aquel lugar, poco a poco iba escondiéndose, con ello llevaba a su lado la joven vida del pelirrojo.

Todos esperaban el peor final, ¿por que no podían ser positivos?

Los ojos del puma se enfocaron en un zorro que comenzaba a caminar hacia el, era hora de que prepararan su lugar para la luna, y Yoon, despidiéndose de su mejor amigo, casi su hijo, le dio un enorme abrazo, sollozando en su hombro y acariciando su cabello con ternura mientras le susurraba a sus peludas orejas miles de cosas de apoyo, sintiendo como parte de su corazón se arrancaba junto a las palabras y le albergaban en un vasto vacío el cual le acompañaría hasta su propia muerte.
— Jimin, si el día de hoy los astros deciden hacerte parte de ellos, si en momentos más tarde eres la estrella más brillante de todo el universo, te llevare en mi mente y corazón como el omega más inteligente y útil que cualquier manada pudo obtener, eres el hijo y hermano que jamás tuvo, el apoyo incondicional que siempre necesite y que ahora intentaré de superar... Pero créeme, si tu vida sigue en pie el día de mañana, vendré a verte a ti y a solo a ti, ten una hermosa luna, Jiminnie —.
Su pareja hizo lo mismo, sintiendo lástima por el pobre omega dañado, quien a pesar de que en su mirada se notara el miedo y la tristeza, solo quería aparentar ser valiente y aceptar su destino.

Un fuerte aullido salió del fondo del bosque, luego otro, otro, otro... Todos los lobos de la manada aclamaban a su pareja, para comenzar a buscar una zona  de acoplamiento, escuchaba a padres de familia anunciar con sus alaridos el comienzo del nacimiento de sus cachorros, quienes serían parte de la gran manada.

Hye, quien llegó hacia Jungkook, saludó a Jimin con amabilidad y dejó que su pareja se despidiera de su hermano, su mochi; el pequeño duende amoroso y fuerte que todos llegaron a conocer, abrazándole y dándole fortaleza, retirándose de la montaña con la chica de la mano...
Solo faltaba Jin.

— Jimin, fue increíble conocerte... si hoy la luna decide arrebatar tu alma para formar una estrella más, créeme que para mí serás la más brillante de todas, a quién le rogare todas las noches y a quien le cantaré para que en el más allá pueda dormir... te quiero, Omega Alfa, buen viaje —.
Hablo serio, haciendo una señal tal como los soldados hacia los comandantes.
Sin embargo, algo que nadie observaba sucedió.

Con un alarido, aullido, grito, los ojos del omega brillaron con un intenso amarillo, tal como si su gran creadora quisiera que comenzara a hacer algo... era la luna ¿no?.

Pasó tan rápido, Jin observó con sus propios orbes a su amigo retorcerse de dolor, arrancaba sus prendas con la fuerza en la que sus uñas se encajaban en la débil tela, sus colmillos sobresalían de sus fauces y su cuerpo se tensaba con fuerzas.
Buscaba a su alfa, quería hacerlo, pero el castaño no quería observar la muerte de su amigo... el buscaba algo con otro chico y, tuvo que retirarse.
Finalmente observó por última vez a su amigo, y salió corriendo lejos buscando lo que tanto esperaba encontrar.

El olor a feromonas corría por todo el lugar, Jimin sabía que la luna estaba a nada de llegar a la cúspide, corriendo a pie no llegaría hacia Namjoon.

— Alfa... Alfa, quiero a mi alfa —.
Lloraba, gritaba, no quería morir, prefería dejar sus bromas a continuar con vida, deseaba seguir y crecer con alguien más... maldecía el día en el que su cuello fue tomado por algo estupido, maldecía su manada, a su alfa, a sí mismo por haber nacido como un estupido omega.

El dolor aumentaba, sus sollozos igual... Su cuerpo en el suelo comenzaba a temblar y a colapsar poco a poco, hasta que su lobo decidió tomar fuerzas e intentar luchar por su cuenta.
Sus garras salieron de sus manos y sus orejas se erizaron tanto como el mismo miedo le permitiría...
Podía escuchar al moreno, sus palabras hacia el supuesto Jihoon, su olor de alfa dirigiéndose hacia el.

Sus ojos se cerraron, y su respiración cesó.

¿ahí acabaría todo? ¿dejaría de luchar el omega?

No... no, no no y no... Las fauces de un hermoso animal se abrieron para tomar aire y aullar. Sus peludas patas ágilmente tocaron el suelo y con velocidad corrieron.

El viento golpeaba en contra del rostro del lobo que aullaba y ladraba mientras extendía su cuerpo para encontrar al dueño de la marca que a pesar de su pelaje se notaba en su cuello.

Ahora o nunca.

Volvió a aullar cuando encontró los dos cuerpos desnudos, aventándose encima del pequeño pálido, gruñéndole con miedo y sintiendo aquella débil fuerza recuperarse con el tiempo gracias a la cercanía.

— ¿Jimin? ¿Eres tú? —.
Pregunto el moreno mientras comenzaba a acercarse a aquel canino de pelaje rojizo, de quién sus ojos brillaban con intensidad mientras observaba al contrario.

Sus ojos se cerraron y de la nada aquel cuerpo animal se convirtió en el verdadero chico, dejando a la vista su cuerpo totalmente libre de prendas, quien comenzaba a tener la piel erizada por la helada sensación.

— Namjoon —.
Gruño el otro omega, observando su mismo cuerpo y suspirando de forma tranquila, buscando a lo lejos un hermoso tigre aguardando a la distancia.
— Se feliz —.
Y sin más, comenzó a retirarse, dirigiéndose hacia donde el animal quién le esperaba...

— Namjoon, yo... —.
Balbuceó el menor, de quién tomaron la mejilla y comenzaron a acariciarla con tranquilidad y cariño, intentando que se calmara por la increíble e impactarte situación.
— Estas aquí... conmigo, Jimin —.
Hablo con dificultad el alfa; quien recorría con sus ojos el cuerpo del más bajo.
Como lo imaginaba, tan bello reflejándose en contra de la luz, su piel blanca tan hermosa y tersa; simplemente una belleza en vida.
La cual estuvo a punto de arrebatar.

— Lo siento tanto, mi omega —.
Murmuro, tomando los brazos del mencionado y acercándole hasta poder besar sus labios con suavidad, la cual desapareció una vez el pelirrojo pudo corresponder, había llegado la hora para ambos...

Después de largas pláticas llenas de explicaciones y antiguos rencores; el hermoso lugar anteriormente preparado con otro motivo comenzó a ser decorado con las dos personas que comenzaban a compartir sus verdaderos sentimientos a través de besos, cada vez más demandantes y llenos de deseo.
La luz de la luna provocaba que el sudor de ambos cuerpos se diese a notar, el mismo astro quien tomaban como diosa, dueña de sus almas; corazones y quien decidía sobre sus destinos. Observó la manera en la que dos grandes enemigos comenzaban a demostrar el amor dentro del odio que siempre había existido, cuando sus cuerpos estaban preparados para finalmente ser uno, demostraron su cariño mediante las embestidas que comenzaban a resonar dentro del lugar, las cuales la naturaleza atrapaban en sus tallos para que aquel lugar siempre fuera solo de ambos amantes quienes habían tenido una tan extraña historia.

Cuando después de tantos años de rivalidad lograron demostrarse lo que sentían mutuamente justo en el último momento, cuando la luna les permitiera que el acoplamiento juntara finalmente a dos almas perdidas que no sabían la manera de encontrarse y mirarse.

La marca del omega fue nuevamente llenada por colmillo, estos demostraban que realmente nada había sido en vano, entre gritos, sangre, sudor y semen...
Dos cambia formas iniciaron su historia juntos, en la cual convertirían una manada en la competencia para Yoongi.

¿Que hay más feliz que este hermoso final?

  Fin.