Nota de voz: seis.

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Aquí mi reporte de las dos últimos días:

El concierto se realizará en uno de los estadios más grandes de la capital y tuve que viajar, despedirme de mi pequeña ciudad natal. En el avión me tocó sentarme junto a una pareja. En un principio decidí ignorarlos, pero parecían una réplica exacta de Sophia y yo. No tuve más remedio que tomar pastillas para dormir, debía dejar de pensar en ella.

Cabe recalcar que no me dolía ni me entristecía ver la pareja, sino me incomodaba hasta el punto de tirarlos por la puerta del avión. Lamentablemente, sólo sucedió en mi cabeza.

Ahora que estoy en la capital, paseo por una playa solitaria con rocas grandes y una marea que de vez en cuando aumenta pues se acerca la noche. Esto no se podría comparar a aquella playa en la que nos conocimos Soph y yo. ¿Sabías que me gustan las cosas sencillas? Muchas personas piensan que no es así, pero Soph era todo eso que quería. La respuesta, a esa pregunta que no me atrevo a decir, puede ser que fue la falta de confianza o la atención. Pero sé que hay algo más.

Me tengo que recordar que he viajado para vivir mi vida y no pensar en preocupaciones o hacer interrogantes.

Un te quiero no es suficienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora