Tuve otra operación que dejó mi cuerpo más débil de lo normal. Estoy más pálido con ojeras oscuras que adornan mis ojos, según mi madre. Ella estuvo aquí hace unos minutos, temía perderme como pasó con papá. Mis labios secos y agrietados hicieron el intento de formular una sonrisa reconfortante y besé la mano de mi madre para reconfortarla.
"No me perderás, siempre estaré contigo" susurré. Limpié cada lágrima que derramaba, junté mi frente con la suya haciéndole saber que no la dejaré nunca.
Ahora me siento algo mejor, siento que la medicina hace algo por mi voz. Aunque no puedo decir lo mismo de mis extremidades. Es difícil apagar o prender esta grabadora, en ocasiones tengo que moverlo con el hombro o el mentón. Me siento más inútil que nunca. ¿Por qué me pasa esto padre? ¿Cuál es el motivo de esta enfermedad, aparte de llevarte a la muerte?
ESTÁS LEYENDO
Un te quiero no es suficiente
RomanceSEGUNDA PARTE de la bilogía: No es suficiente. Sophia ama la escritura, pero Sebastián no. Él ama dedicarle canciones, y no imaginó que algún día le cantaría tristes melodías a quien antes amaba con locura. ¿Que sucedió? Tal vez... se rindió f...