En este libro encontrarás escenarios/one-shots/drabbles de distintos géneros (comedia, romance, angst, etc) donde los protagonistas principales a lo largo de los capítulos serán Mirio y tú.
Libro creado con el fin de entretener y brindar un poco má...
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Blush, blush, blush.
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Otro día normal en las instalaciones de la Yūei, eso pensó aquel chico de pelo rubio al estilo tupé y la mayoría de los estudiantes de la misma. Sin embargo, a mediados del primer semestre se vendría algo insólito para muchos y de mucha suerte para otros.
—Últimamente hay mucho alboroto por los de primero ¿no lo crees, Tamaki? —comentó el rubio al ver una gran multitud dirigiéndose al sector de los primeros.
—No tengo idea —respondió el azabache desinteresado a lo que pasaba en el exterior.
Mirio se quedó pensativo ante lo que sucedía en aquel sector más no le dio más importancia y siguió su camino por el pasillo con dirección a la cafetería.
—¡Chicos! —llamó una voz femenina proveniente de la de cabellos azules.
—Oh, Nejire —habló mirando en dirección a esta. Al llegar hasta ellos se quedo un momento tomando aire para después proseguir a hablar.
—¡A que no saben qué! ¡Tenemos a una-!
—¡Tamaki! —el grito de una joven (color de cabello) hizo a los tres y todos los presentes del gran pasillo girar la cabeza hacia aquella voz femenina.
— ...idol... —terminó de informar Nejire, quién por primera vez había quedado en silencio.
Aquel rubio sintió sus mejillas encenderse y su corazón latir descontrolado al ver de quién se trataba. Sus manos se llenaron de una capa de sudor y su mente quedó en blanco.
Es ella, en carne y hueso, no es un sueño. Pensó una y otra vez.
—(Nombre)... ¿qué haces aquí? —La sorpresa en la voz del azabache no se hizo esperar.
—No quería decírtelo en casa, así que ¡sorpresa! —La sonrisa que dio la nueva heroína dejó al rubio más nervioso de lo que estaba. Pero una pregunta llegó a su mente y de muchos más: ¿de dónde se conocían?
—Wow, wow, detente ahí ¿de qué se conocen? ¡ella dijo 'casa'! ¿acaso son amantes? ¿son más que fan y idol? ¿relación sin fronteras? ¡dime, Tamaki! —interrogó impaciente zarandeando al mismo de la camisa.
—¡Sí! —Apoyaron con la impaciencia de saber los demás espectadores, como los llamaría Kacchan, los extras.
¿Amantes? No podría ser, él sabía que me gustaba con mi vida (nombre), ¡digo! la música de ella, si eso. Pensó nervioso y tuvo miedo de que alguien leyera pensamientos por ahí.
