10: Lovely months

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Lovely months

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Lovely months. 

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—No sé, Nejire, no sé —dijiste sosteniendo el móvil contra tu oreja, recibiendo al instante la  respuesta en la otra línea. Suspiraste cansada—. Sí, aquí tengo la prueba... —Tomaste la pequeña caja que reposaba en la mesa mientras volvías a recibir respuesta de la peliazul—, pero ¿qué hago si sale positivo? —preguntaste aterrada. Tuviste que alejar el móvil de tu oreja debido a que tu amiga había gritado su respuesta. Bufaste volviendo a poner el móvil en tu oreja—. Después te llamo para decirte que ha salido, lo haré ahora antes de que regrese Mirio. Adiós, te quiero. —Escuchaste su despedida y cortaste.

Exhalaste todo el aire que llevabas conteniendo en un intento de tranquilizarte—. Haber (...), tranquila, seguro y es una falsa alarma, sabes como son tus periodos de irregulares, no pasará nada. —Te dijiste sin creerte ni una palabra.

Caminaste por el largo pasillo hasta llegar al baño y una vez ahí volviste a repetir tus palabras anteriores dándote fuerzas y procediste a sacar la prueba de la cajita y seguir las instrucciones que venían en la misma.

Una vez hecho eso, lavaste el objeto para luego remojar tu rostro. Dejaste la prueba encima del lavabo mientras te sentabas en la taza a esperar, te morías de los nervios. No soportaste más y saliste del baño para ir a la sala por tu celular, necesitabas llamar a tu amiga.

Tomaste el celular y le marcaste, las manos te sudaban de los nervios. Esperaste cinco pitidos pero no respondió mandándote directamente al buzón de voz.

Suspiraste sin saber a quién más llamar pues, apenas y eran las dos de la tarde, todos los que conocías deberían estar trabajando salvando al mundo y ni hablar de tu madre, seguro y al día siguiente ya te tenía un baby shower.

Hace una semana llevabas con vómitos y mareos, Mirio y tu creían que estabas enferma así que el rubio decidió que te quedarías en casa, que él arreglaría las cosas con tu agencia y les explicaría tu situación. Volviste a suspirar por cuarta vez, seguro y tu mi ya ha de estar con polvo y telarañas. 

Abriste tus redes sociales con la intención de distraerte un poco, te quedaste chismeando unos minutos por Internet hasta que el timbre

¡Nejire, vino!, fue lo primero que pensaste. Te levantaste como resorte del sofá y a paso rápido te dirigiste a abrir la puerta.

—¡Nejire, pensé que-! —no pudiste decir nada más cuando viste quien era detrás de la puerta, aquellos ojos negros y sonrisa sacada de revista, Mirio había llegado.

—¿La estabas esperando? —preguntó con una sonrisa de lado y con una ceja alzada. Maldición, se veía tan lindo que olvidaste todo.

—¿Qué haces aquí? Pensé que trabajabas hasta la noche. —Lo recibiste con un beso en los labios.

ᴍɪʀɪᴏ ᴇsᴄᴇɴᴀʀɪᴏs ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora