Capitulo 6

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Kardia había descubierto que Dégel mantenía una relación con aquel muchacho de ojos plateados, lo que hizo que este se enfureciera y dejara la casa de Dégel.

Luego de esto se dirigió a una cabaña pequeña que se encontraba en la zona más alejada de la ciudad, sintió que necesitaba estar solo , así que por la ubicación, ese era el lugar perfecto.

No podía dejar de recordar aquel beso de amantes , si tan sólo eso jamás hubiese pasado, ahora todo seria distinto.

— Todo seria distinto — gesticulo dejándose caer y permitiendo que su cabello volara y terminará como cascada sobre su rostro.

POV Manigoldo

Logré divisar a alguien a lo lejos, aúnque a tal distancia no podía reconocer quién era. Mientras pasaba a lo largo pude notar el vibrante tono azul del cabello de.. 
— ¿Kardia? —  corrí rápidamente hacia él, lo sostuve con la ayuda de mi hombro y caminamos hasta la cabaña.
Se podía observar la expresión abatida de este.

[Kardia dejándose caer al suelo.]

— ¡Carajo!— expresé  quitándome la chaqueta de cuero que traía puesta y colocándosela a kardia. 

— ¡Todo es su culpa!— balbuceó  acogiendo sus piernas con sus brazos y poniendo su frente sobre el hueso de estas  — siempre fue su culpa.

Me puse de rodillas frente a él.  Sabía que algo malo había pasado, porque el chico de Escorpio no era del tipo que mostraba sus debilidades, y ahora estaba sumamente destruido.

— ¿Dime que pasó? —

— D-égel — murmuró  derramando una lágrima que rápidamente limpió — a estado con ese  bast... todo este tiempo.

No entendí porqué esto le afectaba aunque podía imaginarlo.

En ese instante Kardia ardió en ira al recordar los brazos de Unity en Dégel.  Se levantó en total descontrol y salió arremetiendo contra todo lo que se le pusiera en frente, sin importar los gritos de mi parte, puesto que sabía el daño que eso le haría daño. 

En su último punto de histeria arremetió contra una cabaña,  al ver tal locura me interpuse entre la vivienda y su ataque. Era tan inmenso el poder de los dos que se podía sentir la onda de calor que emanaba del lugar.
Kardia no soportaría por mucho tiempo, estaba mal herido de la batalla y ahora esto.
Minutos después  cayó de rodillas sujetándo su pecho para a continuación desplomarse sobre la nieve.


Narración normal.

Eran no más de las 9 de la mañana cuando kardia despertó , se levantó de la cama indolente poniéndose una remera azul para luego salir de la habitación que daba a la cocina.
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Flashback

Podía sentirse el calor que su cuerpo emanaba, sabía que no estaba nada bien, así que lo subí a como pude en mi espalda y lo llevé a casa.

¡Maldición! — me dije a mi mismo liberando a kardia de su remera y usándola para poder ponerla con algo del hielo de la misma nieve, ya que este hervía en fiebre.

Cada minuto que pasaba empeoraba más, sabía que sin la ayuda de Athena el mencionado empeoraría irremediablemente, así que me presente ante el maestro krest quien pudo mejorar su situación.
Y es que cada vez que usara su cosmos a cierta intensidad dejándose notar, sus corazón ardía en llamas, su cuerpo ardía en fiebre, se volvía una piedra entre lava, perdiendo energía y prosiguiendo a desfallecer, de tal modo que permanecía inconsciente hasta que su cuerpo reuniera energía suficiente para poder reanimarse.

—¡Tsk! ¿Realmente tengo que cuidar de este escarabajo? —me dije a mi mismo mirándolo desde la puerta.

Fin de flashback

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¿¡ K-kardia!?— dijo Manigoldo quien se encontraba allí haciendo algún veneno a lo que llamaba comida — ven siéntate aquí — le indicó acercándole una de las sillas.

— Siento que mi cuerpo a pasado por miles de agujeros en el espacio — musitó este burlonamente — por cierto, ¿qué haces aquí y qué has hecho con este lugar? — preguntó después de ver lo limpio y ordenado que estaba.

— Realmente me esmeré ¿no es así?— comentó mirando todo a su alrededor —limpie un poco por aquí y un poco por allá , no podía cuidarte en un basurero ¿verdad?. Antes de mudarte debiste ocuparte de eso.

Escorpio rodó los ojos — ¿Como te has desecho de la fiebre? — indagó cambiando el tema drásticamente.

— He acudido al maestro krest — respondió tranquilamente a la vez que se sentaba frente a su amigo. 

— ¿Estas loco? ¡Dégel no debe saber nada de esto! —señaló  algo nervioso.

— Le he dicho que lo guarde como nuestro secreto kardia, además que más da, esa refrigeradora andante también te omitió algo muy importante ¿no? —

— Cállate — indicó firme — ¿Cuanto tiempo duró esta vez? — preguntó kardia.

— Una semana — explicó cáncer

— ¿Eso es relativamente? —

— Duró un poco más que la última vez , has quedado muy débil— le indicó — Por obviedad, NO. HAGAS. ESTUPIDECES. —puntuó.

— Créeme que mi cuerpo lo sabe mejor que nadie—

— kardia. Que duraras tanto tiempo postrado en cama , significa que perdiste demasiada energía, esto es una recaída, y es solo el inicio ella.

Entendía perfectamente su condición y sabía que debía dejarse de tonterías aunque en este momento morir no era un pensamiento prohibido para él, ya que de tal forma se olvidaría para siempre del frígido Dégel.

Cuando las llamas se disipan  . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora