Capitulo 9

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A la mañana siguente cuando Dégel se dirigió a casa de Kardiay vio al maestro krest salir de casa de este.

El acuarino le preguntó que hacía ahí, a lo que su maestro le respondió que solamente venía a hablar con el chico de tonos azules .
Realmente sabía que algo pasaba, ya que el maestro le había dicho que hablaba con Kardia , pero Cáncer le habia mencionado que no estaba,cuando tocó la puert.  Y se decía entre los caballeros que Krest lo visitaba muy seguido ultimamente .

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— Tengo que saber que está pasando, kardia no a salido de casa — dijo este tomando una chaqueta y saliendo de su casa .

Kardia se encontraba en la sala de estar cuando tocaron la puerta, se dirigió hacía esta y al abrirla ahí se encontraba Dégel, su cabello verde se encontraba opacado por la nieve, formulando una imagen espléndida ante los ojos de Escorpio.

— Puedo pasar? — preguntó  con tono humilde.

Luego de que Escorpio lo dejara pasar, Dégel camino hasta el sofá, mas, se detuvo al notar las vendas que se encontraban a un lado de este.

— ¿Oy... ? —

— ¿Qué quieres? — interrumpió esquivando la pregunta que Dégel haría.

—¿Estás bien? — preguntó — ¿vendas?

— Si, estoy bien — respondió esquivo, sin embargo, este comenzó a toser así que corrió a colocarse un pañuelo en su boca, Dégel alcanzó a ver algunas marcas de sangre en la telilla blanca.

— Dime .. ¿qué sucede kardia? —

— ¿Eso te importa ahora? — señaló sarcástico dirigiendose al baño. Kardia no quería que su amado se diera cuenta de su estado de salud, pero era demasiado tarde.— te dije que estoy bien.

— ¡No mientas!, hay vendas en todas partes, hay sangre en tu pañuelo — inquirió señalando hacía atrás mientras lo seguía — estoy frente a tí, no insultes mi inteligencia.

— Acaso no entiendes Dégel — replicó agresivo — Mejor vete ya.

— No me iré de tu casa hasta que me digas lo que te sucede Kardia— señaló de manera determinante — ¿ Entiendes eso? —agregó cambiando su rostro amable a uno más serio.

—  Dégel eres.. Tsk sofocante — bufó molesto mientras rodaba los ojos, caminó hasta el espejo y guardo silencio unos segundos — estoy e-enfermo —  dijo mirando su propio reflejo, ciertamente kardia era muy orgulloso, pero ante la situación en la que estaba no podía ocultarlo más, debía escuchar a Manigoldo.

— N-no puede ser Kardia —  dijo caminando un poco con la mano en su boca —¿Desde cuando? — sollozo completamente desconcertado, pero Kardia no contestaba — ¿Hace cuánto tiempo? — gritó impaciente.

— Desde poco antes de irme — contestó con empatía.

-—Por eso te fuiste. ¿No es así ?

— Me marché a Grecia para que no hubiese nada que lo hiciese más difícil, estando aquí ya presentaba fiebres altas y constantes — hizo una pausa —  una ves allá supe que mi corazón ardía en llamas conforme mi cosmos, mientras más  fuerte sea este, más fuerte será la enfermedad, de no ser por Athena...

— ¿Algo podemos hacer!? — musitó con ojos tristes — por eso Krest te visita, él puede ayudarnos.

— No ... es algo inminente Dégel — dijo este, cambiando su postura fria a una más dócil con su amado —  volví para .... ashh! olvídalo.

Dégel no pudo evitar que una pequeña lágrima escapara, haciendo que Kardia reaccionara casi al instante, la quitó de su rostro con una pequeña pero cálida caricia a lo que correspondió con una hermosa sonrisa, cargada de alegría y tristeza.

En este instante Kardia recordó las palabras de Cáncer

tienes a este tipo que se preocupa por tí , yo no ._

→ Solo haz que todo esto valga la pena_

— Escúchame Dégel ... Yo... — expresó este, pero se quedó ahí, su orgullo no le permitía más.

— Debes descansar, después habrá tiempo para hablar — dijo mirándolo y entendiendo la situación—

El de cabellos azules guardó silencio mientras Dégel caminaba hacía la salida

— Te veo mañana en la colina ¿si? — indicó antes de salir.

Kardia asintió.

De esta manera los dos sabían que todo empezaba otra vez para ellos.

Cuando las llamas se disipan  . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora