Intangible

Carta 8 Izuku

China, enero de 1945

Katsuki. Si estas leyendo esto, es porque no me pudieron salvar a tiempo. Escribo con los últimos momentos lucidos que me quedan.

Estoy muriendo, no cumpliré mi promesa y no volveré a verte.

Tengo miedo Kacchan, tengo tanto miedo como no tienes una idea. Tengo tanto miedo que me desconozco. Es uno diferente a cuando tus ojos rojos me vieron luego de tanto tiempo y me estremecí, tengo aún más que en aquella ocasión en que mi corazón aceptó que te amaba.

Tengo tanto miedo porque sé qué no volverte a verte y eso Kacchan, es el peor suplicio que puedas imaginar. Cada mañana siento que me martillan el cráneo, pierdo poco a poco el movimiento de mis manos y piernas, de la nada todo se vuelve negro y de un momento a otro toda la comida que intento consumir termina en la letrina. Shinsō está a mi lado. Aun cuando eso significó para él perder a Monoma, sigue aquí, brindándole una esperanza a alguien que no tiene salvación como yo.

Tiemblo, lloro, dejo de existir. Mi cuerpo no me responde. Me ahogo en agonía sin nadie a mi alrededor.

Algo crece dentro de mi y no hay forma de lograr que retroceda. No ahora, es demasiado tarde.

A veces despierto y no se quien soy, a veces no se quien eres y mi corazón anhela el recordarte, el amarte y lloró de nuevo en silencio.

Estoy enloqueciendo, de amor, de muerte, de desesperación. Ahora mismo incluso, me es difícil siquiera tratar de escribir correctamente, disculpa el pulso. Disculpa si no puedes entender mis palabras.

Ni siquiera he podido leer las ultimas carta que me han llegado, disculpa también por eso, probablemente pasaste un mal momento. Perdóname por todo. Escribo por instinto, antes de volver a hundirme en la cama y perder la lucidez. Gritare sin ser escuchado, mientras mi cuerpo se paraliza y la guerra continua.

Tal vez, solo tal vez, si pudiese tener un deseo, no sería el no morir. Sería el volver a verte, el volver abrazar a mi madre, dejar de ser tan testarudo. Amarte, entregarme a ti y no haber perdido el tiempo con orgullos estúpidos y negaciones absurdas. Ese Katsuki, es mi único deseo. Uno que ni mil estrellas fugaces podrían cumplir.

Regresa a casa, abraza a mi madre por mí. No llores, vive.

Nacimos y amamos en el tiempo equivocado, pero yo te amare por el resto de mi vida, aquí, mañana, siempre.

Midoriya Izuku.

...

Fin.

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Comentarios finales: Esto fue una odisea y faltan como 5 horas para que se venza el plazo y recién terminamos. Nos faltaron muchas palabras, pero según el recibimiento tal vez exista una remasterización sin limite de tiempo y extensión, de parte de todo este equipo, esperamos que sea de su agrado y que no se hayan acabado la caja de clínex. Aquí todas lloramos al final. Les agradecemos sus comentarios y "me gusta" de antemano.

Las queremos y agradeceremos su apoyo.