cap3

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Me termine calmando y no destroce nada, pero estar solo y tranquilo en un lugar lleno de paz me hizo empezar a ver un poco lo que ah estado pasando estos días y realmente lamento el día en el que esos desgraciados la dejaron anémica.
-suspiro- por qué todo me pasa a mí, siento que ese Subaru que podía defenderse de todo y de todos, el romper muros que no le temía a los castigos de reiji se está extinguiendo de a poco. Quisiera que todo volviese a la normalidad de antes pero para mí desgracia el jodido karma no me tenía un futuro donde hubiera paz y amor.

???- OE! Cerdo que haces acá?

Genial! Ahora tengo que lidiar con un mastodonte que la última vez que lo vi lo noquee.

- nada que te importe idiota

Yuma- a mí me tratas con respeto pu-ti-ta - y eso dolió pero estoy harto de llorar, estoy harto de que todos usen mí jodido cuerpo como si fuese una muñeca inflable de las que seguro tiene laito en su habitación!.

-PUTITA TU VIEJA MAL PARIDO

Me agarró del brazo pero de un movimiento bruto me liberé, y me aleje. Se ve que les molesta que está "putita" se pueda defender (en algunos casos) y no puedan satisfacer sus asquerosos deseos carnales.
Me volvió a agarrar del brazo pero esta vez solo le golpee la cara con mí puño amende de que lo tiré al suelo y puse un pie en su garganta.

- mira imbecil intenta tocarme otra vez y te prometo que mañana no amaneces para que puedas ver tu estupido rostro en el espejo- lo dejé libre pero antes de irme lo vi por encima de mí hombro- y yo cumplo mis promesas.

Me aleje lentamente de ese lugar e hice lo que no pensé hacer, fui hasta la torre de mí madre. Subí y una vez allí arriba me encerré o por lo menos estaría ahí un rato.
No es que me encante estar solo, pero así eh estado toda mí vida y sinceramente ¿Por qué no seguir así hasta el día de mí desgraciada muerte?. Después de sobarme las cien, solte un suspiro y seguido a eso un gruñido, porqué ¿quien carajos quisiera estar en mí lugar en estos momentos?.
Después de estar un rato en la torre decidí bajar ya que empezaba a tener sed y unos de esos idiotas lo iba a pagar, tengo a alguien en mente y justamente todavía le debo un golpe en el centro de su cara.
Una vez dentro de la mansión lo busque, solo que por alguna razón que no puedo explicar, tuve un intuición de que iba a estar en esa habitación donde nunca entro pero sé que ahí suelen estar laito tocando el piano o Shu tocando el violín o el piano.
Al llegar al susodicho lugar entre como si nada, debo de agradecerle a mí intuición ya que estaba en lo correcto. Ahí estaba Shu tocando el piano, me hacer que sin hacer ruido; estaba atrás suyo así que lo agarre de la nuca y clave con brusquedad mí colmillos en su cuello.

Shu- veo que no puedes estar sin mí- dijo mientras dejaba de tocar. En la voz se le notaba el supuesto "cansancio" además de que también había algo de interés.

Narrador omnisciente

El albino no dijo nada solo siguió tomando hasta que se sintió satisfecho.

Subaru- no confundas idiota- su voz sonaba tan fría y áspera que sorprendió al mayor- que tenga sed es una cosa y que quiera estar con una persona despreciable como tú es otra- el albino se encaminó hasta la puerta, una vez enfrente de esta empezó a abrirla pero paro su acción solo para decirle al rubio algo que tal vez le dolería o tal vez no. Nadie lo sabe por qué nadie está en su lugar- y pensar que en algún momento fuiste mí hermano favorito.

Y una vez concluida esa frase Subaru se fue a quien sabe dónde dejando a un rubio muy sorprendido por las palabras de su hermano menor.
No lo podía creer, no caía todavía en las palabras que le había dicho el albino. Le dolió? Si, se lo merecía? Muy seguramente, se arrepentía de lo que hizo? Algo.
Dejo el piano dándose la vuelta, todavía sentando en el taburete, viendo hacia afuera, pensando en todo lo que ha pasado últimamente.
Suspiro mirando fijamente un punto a través de la ventana.

Desgraciados {todos x subaru} <pausada>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora