Prólogo

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Abrí mis ojos poco a poco, notaba a mi alrededor todo borroso, escuchaba todo como si estuviera debajo del agua, eran cadenas y un motor, había cajas a mi alrededor, quería respirar pero algo me lo impedía fue cuando mi cuerpo reaccionó, sentí que salía del agua, como si me estuviera ahogando, tosi y respire por la boca, obligue a mi cuerpo a respirar normal, me senté y seguí mirando a mi alrededor, la luz que tenía provenía de mi alrededor el lugar en el que estaba era como un elevador que subía a algún lugar.
Este al llegar hasta arriba se detuvo y dejó todo oscuro, el miedo me hizo gritar, escuché como algo se abría por encima mio al mirar a arriba quede cegada por una luz, puse mi mano por encima de mi frente para mirar donde estaba, era una caja metálica y por encima mío había una reja.

—¿Hola?

Mi voz sonó un rasposa y la garganta me picó, tosi una vez y carraspe.

—¡¿Hola?!

Grite más fuerte, la reja que tenía encima mío estaba fuera de mi alcance, subí a una de las cajas y pase mis dedos por las barras oxidadas, exigí a mis brazos a poner fuerza y empujar hacia arriba.

La reja se abrió con un sonido chirriante, tome la otra y subí con la fuerza que mis brazos me daban, tenía los codos apoyados mientras subía una de mis piernas para rodar sobre mi cuerpo entero.

Me senté sobre la reja que había abierto, a mi frente había un bosque con una pequeña casita hecha de ramas y con un techo de hojas y detrás de mí había un pasadizo gigante, tome curiosidad y me levanté con cuidado, examine el lugar a detalle, era...

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Me senté sobre la reja que había abierto, a mi frente había un bosque con una pequeña casita hecha de ramas y con un techo de hojas y detrás de mí había un pasadizo gigante, tome curiosidad y me levanté con cuidado, examine el lugar a detalle, era como un jardín enorme con muros grandísimos al rededor en forma de cuadrado, camine hasta el pasadizo, un aire salió de este, mire la pequeña línea que separaba el pasto y la tierra de lo que al parecer era roca, mire de nuevo dentro del pasadizo, tenía lianas y algunas plantas creciendo en las paredes, metí un pie dentro de este y cuando me dispuse a meter el otro para tener mi cuerpo entero dentro, una mano me tomo del antebrazo.

Di un brinco, temerosa mire la mano y después a la persona que tenía enfrente, un chico de tez morena me miraba con cara de como si lo que estuviera haciendo estaba mal.

—¿Estás loca?, ¿Es que acaso quieres morir?.

Deseguro noto el miedo en mi rostro pues suavizó su mirada.

—Escucha, te soltaré pero no quiero que corras ahí dentro, ¿De acuerdo?.

Asentí con la cabeza, me jalo para sacar la mitad de mi y cambio de lugar con migo, puso su cuerpo en la entrada del pasadizo, como si temiera que no cumpliera mi promesa.
Me soltó de a poco y sobe el lugar donde me había tocado.

—¿Llegaste en esa caja?.

Apuntó el lugar donde había salido.

Lo miré y asentí despacio.

—Soy Alby, ¿Sabes cómo te llamas?.

Confundida parpadee y trate de recordar algo pero no podía, mi memoria estaba en blanco.
Negué con la cabeza.

—¿No puedes hablar?.

Tímida y un poco sonrojada trague saliva esperando hidratar mi garganta.

—No sé cómo me llamo

El chico llamado Alby sonrió y camino para acercarse un poco más a mi.

—bien, no te preocupes por eso, lo recordarás algún día.
-¿Donde estamos?.

Alby metió sus labios a la boca y pensó por un momento.

—¿Qué te parece si sacamos las cajas de ese agujero y hablamos mientras?.

—¿Qué te parece si sacamos las cajas de ese agujero y hablamos mientras?

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