Capítulo 1

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Un chico había despertado sin aire y tosiendo, estaba bañado en sudor y no entendía donde estaba, ¿Como había llegado a un elevador?, escucho un ruido cercano en una caja y al quitar la manta de esta un cerdo chillo, el se apartó asustado, miró por debajo y encima de él.
Desesperado grito con todas sus fuerzas en busca de ayuda.

Al parecer el elevador había llegado a su destino pues se detuvo y las luces que había a su alrededor de apagaron, algo sonó por encima de él y por inercia subió su rostro, una luz gigante lo cegó, entrecerró sus ojos y después escucho voces, después de parpadear y que cuando sus ojos se acostumbraron a aquella luz miró siluetas por encima de él, dos rejas se abrieron y un chico entro dentro de ese elevador.

—Día uno novato.—Lo tomo por el cuello de su camisa

—Bueno días.

Ayudo a el chico a levantarse y este subió con ayuda de los demás, estupefacto, asustado y muchos más sentimientos encontrados miró y escucho a cada uno de los chicos.

—este me va a ayudar en la cocina.

—Tiene pinta de constructor.

El chico como pudo se levantó y comenzó a correr lejos de todos ellos.
Los chicos eufóricos comenzaron a burlarse.

—¡Tenemos un corredor!

Había gritado uno.

Siguió corriendo como si su vida dependiera de ello hasta que sus piernas fallaron y tropezó, callo boca abajo en el suelo de tierra y pasto.
Miró con atención donde estaba.

Era un lugar gigante,podía escuchar como todos reían detrás de él y entonces unas manos lo tomaron por la camisa y lo arrastraron, lo metieron en un agujero con una puerta, estaba fresco ahí dentro

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Era un lugar gigante,podía escuchar como todos reían detrás de él y entonces unas manos lo tomaron por la camisa y lo arrastraron, lo metieron en un agujero con una puerta, estaba fresco ahí dentro.

—Todo tuyo.

Grito uno de los chicos que lo había metido ahí, sin saber nada aún miró con atención las cuatro paredes a su alrededor.

—Hey

Dió un brinco y se alejó de la que parecía ser una puerta, en esta miró a un chico moreno.

—Hola nuevito, soy Alby, ¿Puedes decirme quién eres?  O ¿Si recuerdas algo.

El chico trato de pensar pero no tenía nada en la mente más que preguntas.

—N-no recuerdo nada.

—Esta bien, recordarás tu nombre en un día o dos, es lo único que nos dejan conservar.

—¿Donde estoy?.

Alby sonrió un poco y abrió la puerta de su jaula.

—Dejame mostrarte.— Alby tendió su mano.

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Alby había dejado a cargo a Chuck un niño de apenas unos 12 años para orientar un poco a el nuevo, este sin embargo no pudo contener su curiosidad y camino hasta la entrada de el raro pasadizo dejando a Chuck hablando solo.

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