Capitulo 5

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Ijuuin

Es inevitable que mi corazón lata de una manera muy fuerte cuando estoy cerca de aquel castaño, mirando sus ojos verdes, atinando a un esmeralda.

Nunca sentí aquel agradable sentimiento de un golpeteo en el pecho con tan sólo sentir la presencia ajena de aquel individuo. ¿Acaso esta bien estar cercar de esa persona para que aquel agradable sentimiento siga?

Nunca me había enamorado de alguien. Puede que en un principio le dijera a Misaki que lo amaba, pero cuando mi vista vio por primera vez a ese castaño haciendo un gesto tan amable, mi corazón no pudo no enamorarse aquella vez, hay supe, que lo que sentía por Misaki solo era un sentimiento de venganza hacia mí rival, me di cuenta que todo aquello fue solo un capricho por venganza.

Pero gracias a él, pude madurar y olvidar aquella tonta venganza en mi cabeza y perderme en su esencia.

Podía sentir un aroma agradable a hojas de cerezos desprendiendo de él, ¿acaso su olor corporal es tan agradable? Porque es lo más delicioso que he olido en mi vida. Podía ver perfectamente como su figura, que se asemejaba más a la de una mujer, se movía de una sitio a otro, transportando lo que se supone que era su regalo.

—Ijuuin-San ¿no te importa si meto las flores en un jarrón con agua? —me estaba preguntando mientras seguía agarrando aquel ramo.

—Cla-claro, no importa —dije en un tono desinteresado.

Solo vi como asintió alegre. Cuando vi aquella sonrisa, una parte de mi se derritio de ternura, mientras otra parte se abstiene a no violarlo en ese instante. ¿Más lindo podía ser? Si, seguro que si.

Me desplaze a la habitación del herido. Encontrándome con que estaba en la cama tan tranquilo con una sonrisa mientras veía lo que parecía un libro.

—Hola Nao —cerré la puerta con suavidad mientras tomaba asiento en una silla que estaba a sí lado.

Con toda la ilusión me senté en aquel preciado asiento, estaba seguro que MI castaño estuvo aquí sentando no hace mucho, por lo que sentarme hay era algo emocionante. Si, es algo perturbador el hecho que piense eso, pero era lo que tenía el amor.

Solo podía ver una vez sentado, como Nao me veía seriamente al momento en que me senté.

—Hola Ijuuin... —dijo seriamente, algo ocurría aquí, lo se porque Nao es de los hombres que siempre tienen una sonrisa en la cara, algo importante tenía que ser para que estuviera así —... De nuevo.

—Vamos, agradece que te visite todos los días hombre —en un intento de apaciguar el ambiente, golpeó amistosamente su hombro —Además, ¿que es esa cara tan larga?

—Sólo... Me da la sensación de que no vienes a mi casa por mi... —pausó con una inquietante voz —... Sino por Ritsu... —cada palabra la arrastraba

¡Dios! ¿Acaso soy tan obvio?

—¿Q-que? —estaba nervioso, si, NERVIOSO, me sentía delatado —Que dices, vi-vine a ver mi amigo ¿acaso no puedo visitarlo? —intenté sonar, de una manera patética, seguro.

El solo dejo de lado el libro que había estado sujetando de una forma suave y celosa, como si fueran a arrebatarsela. Suspiro y está vez fue directo al grano, sin rodeos, sin tontas excusas por medio.

—¿Te gusta Ritsu? —cada letra que decía era solo un fuerte palpitar en mi corazón, arremantando con aquel precioso nombre. ¿Qué si me gustaba? Quedaría corto decir que me gusta, estaría bien que... Estoy perdidamente enamorado de aquel castaño.

Sin titubear, respondí firme y seguro de casa sílaba que iba a salir de mis labios.

—Si

Vi como de sus ojos solo salían llamas de furia en forma de gotas. Tenia las manos fuertemente agarrado de las sábanas, en un intento de desquitarse toda la frustración, los dientes apretados, reprimiendo cada palabra.

Sexy, Crazy and Lazy [Sekaiichi Hatsukoi] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora