—¡¡Ahh!! ¡P-papi por favor! ¡P-perdóname! ¡¡Ngh!! ¡No puedo..! ¡¡A-ah~!—
Era embestido violentamente contra el colchón,mientras recibía unas nalgadas con una fuerza insoportable.
—Ya..Te advertí~..—
Le gruñió junto al oído,para luego alejarse y seguir jugando con las ya rojas nalgas del rubio.
El menor tenía las manos en su vientre,pues con su pequeño cuerpo algo chocaba allí.Y dolía demasiado.