18. Historias

3.5K 296 39
                                    

Sarah se cruzó de brazos y miró por la ventana del auto. En lugar de dirigirse hacia el portón principal, Hamdan manejó hacia la parte trasera de la residencia.

"¿Podrías, por favor, relajarte?" Hamdan solicitó.

"Estoy relajada." Mintió Sarah. "Trato de ver una gacela."

Hamdan pisó el freno repentinamente haciendo que la cabeza de Sarah se inclinara hacia el frente.

"¡Mira! ¡Allí hay una gacela bebé!" Dijo él, apuntando por su ventana.

"¿Dónde?" Le preguntó Sarah, acercándose hacia el otro lado.

"Ahí, ¿no la ves?"

Sarah apoyó las manos en la consola central que separaba los asientos, llevando la parte superior de su cuerpo entre Hamdan y el volante. Entrecerró los ojos pero no puedo ver la gacela bebé.

"¡No veo nada!"

El silencio de Hamdan la hizo caer en cuenta.

"No hay ninguna gacela allí, ¿verdad?"

"No." Contestó Hamdan, plantando un beso en su mejilla.

Sarah regresó a su lugar tratando de suprimir la risa. Hamdan la tomó de la mano, entrelazando sus dedos y acariciando el pulgar de Sarah con el suyo. Ella lo miró de reojo y una sonrisa adornaba su rostro, haciéndolo ver más guapo de lo usual.

Estando con él en el auto, tomados de la mano de esa forma, casi se sintió normal, casi se sintió como si las cosas entre ellos pudieran funcionar. Sarah no lo dijo cuando él le preguntó, pero por supuesto que confiaba en Hamdan, cualquier otro sentimiento que estuviera desarrollando por él, aún no estaba claro para ella, pero estaba segura acerca de la confianza que le tenía. La bondad del corazón de Hamdan era algo que irradiaba de sus hermosos ojos árabes, ella estaba segura de que él nunca la lastimaría de forma deliberada, ni la podría bajo ningún tipo de riesgo.

El auto se detuvo frente a un portón, más pequeño que el principal, que se abrió prontamente para ellos. Estaban dejando la propiedad.

¿A dónde vamos?

Hamdan tomó una camino que serpenteaba entre la arena, no habían edificios ni casas alrededor, las únicas luces que se veían era las que provenientes del auto. Después de unos minutos de manejar en cómodo silencio, llegaron a lo que parecía ser la parte posterior de un gran complejo. Palmeras y verdes pastos resurgieron cuando llegaron a un segundo portón y Hamdan hizo parpadear las luces altas, iluminando el logo azul en la caseta de seguridad.

"¡Ya sé donde estamos!" Exclamó Sarah.

Hamdan saludó al guardia de seguridad al cruzar la entrada. "¿Ves? Nada que temer. Te prometí que iba a mostrártelo algún día; hoy me pareció un buen momento. Bienvenida a NAS Sports."

"Tengo curiosidad de ver qué hace especial a este lugar para que pases tanto tiempo aquí."

Hamdan se estacionó frente a un edificio curvado, lleno de ventanas de suelo a techo en la fachada, enfrente había un perfecto campo verde de soccer rodeado por una pista de tartán. Ella estaba apunto de abrir su puerta cuando vio a Hamdan trotar frente al auto para hacerlo por ella.

Flores, poemas y caballerosidad. ¿De dónde salió este hombre?

Las puertas automáticas se abrieron y caminaron hacia los blancos interiores, una gran pecera con lo que parecían cientos de peces azules y naranjas, daban una cálida bienvenida. Los pisos eran de mármol blanco y azul, luces neón azules acentuaban las líneas curvadas en la parte alta de las paredes. El edificio tenía dos pisos pero la entrada tenía techo de doble altura con una tragaluz que hizo a Sarah pensar en lo luminoso que se vería todo durante el día.

Promise This (Versión Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora