Promise This (Versión Español)

42. Volverá

El canto de los pájaros despertó a Hamdan. Arqueó la espalda, pensando que los muebles para exterior definitivamente no estaba hechos para pasar la noche y dando palmadas a su alrededor, se dio cuenta de que estaba solo.

¿Dónde está ella?

Estaba cubierto con la frazada que él mismo había traído para los dos la noche anterior, lo último que recordaba era tener a Sarah entre sus brazos. Se levantó, frotándose los ojos y con los boxers puestos únicamente, levantó la camiseta interior del piso y se la puso. Con la mirada buscaba el teléfono, estaba en la mesa pequeña junto a la cama de jardín. Cuando lo levantó, un pequeño trozo de papel estaba doblado debajo, con ambas cosas en la manos, abrió la nota y la leyó.

However far away, I will always love you.
However long I stay, I will always love you.
Whatever words I say... I will always love you.*

S.

Las palabras se convirtieron en un helado remolino que estranguló su corazón hasta el punto que casi dejó de latir. Apretó los ojos para arreglar su visión borrosa y corrió de vuelta hacia adentro llamándola, pero no hubo respuesta. Abrió la puerta de la habitación de un golpe y la llamó de nuevo, la respiración se le hizo pesada ante el cuarto vacío. Silbó para llamar Rooster y la falta de ruido era desalentadora. Marcó desde el teléfono fijo aferrándose a un delgado hilo de esperanza y al mismo tiempo sintiéndose casi seguro de saber lo que estaba ocurriendo.

"¿Su alteza?"

"¿Dónde está ella?" Preguntó.

"¿La señorita Anderson?"

"¿Dónde está?" Preguntó Hamdan de nuevo, más fuerte.

"Ella-- ella se fue." Tartamudeó el guardia.

El tono de Hamdan se volvió demandante. "¿Qué quieres decir con que se fue? ¿Cómo?"

"Ella anunció a una tal, este..."

El sonido de hojas de papel siendo revisadas llegó desde el otro lado de la línea.

"¡Erin Weinberg!" Exclamó el guardia. "Erin Weinberg iba a venir a recogerla después de la media noche. La señorita Anderson se fue con ella."

Hamdan simplemente colgó el teléfono y se sentó a la orilla de la cama, esforzándose por tratar de asimilar todo. El trozo de papel se deslizó de entre sus dedos y cayó a la alfombra.

¿Por qué se iría así?

Marcó en su teléfono móvil y se lo llevó a la oreja. La llamada se fue directo al buzón de voz.

¿Por qué apagó el teléfono?

Recuerdos de la vez que fue despedida de los establos lo invadieron y no iba a perder tiempo esta vez. Con el estómago hecho nudo y su mente dando vueltas, corrió a toda velocidad hacia el vestidor, se detuvo en seco cuando vio los estantes y ganchos vacíos. Sarah se había llevado todo con ella. Sacudió la cabeza, intentando recomponerse, y se puso pantalones deportivos, camiseta y tenis. Tomando una de sus gorras, bajó las escaleras corriendo y salió por la puerta. Sería más rápido si él mismo iba por el auto.

"¡Abran el portón!" Le gritó a uno de los guardias en la puerta principal.

Corrió lo más rápido que pudo, el corazón golpeteaba en su pecho mientras que sus zapatos aporreaban el pavimento con cada zancada que daba hacia el garaje. Un sirviente estaba limpiando una de las llantas de su G Class cuando llegó allí. El joven hombre se paró de un brinco viéndose desconcertado.

"¡Déjalo!" Ordenó Hamdan, abriendo el gabinete de las llaves.

La llaves del G Class estaban en la esquina derecha de la primera línea de llaves. Colocó el teléfono en el soporte dentro del auto al subir y arrancó con las llantas haciendo un chirrido mientras manejaba hacia el portón. Altas palmeras pasaban rápidamente por sus lados mientras tomaba la autopista hacia el otro lado de la ciudad y decidió llamar a Erin.