58. Finalmente

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Todo lo que quiero hacer

Es venir corriendo a casa junto a ti,

Venir corriendo a casa junto a ti.
Te prometo que toda mi vida,

Seguiré corriendo a casa junto a ti,

Seguiré corriendo a casa junto a ti.

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"Despierta, dormilona." Murmuró Hamdan en el oído de Sarah, a través del cabello que le cubría toda la cara.

Sarah gruñó, jaló la cobija hasta su hombro y se acurrucó junto al tibio pecho de Hamdan.

Él la abrazó. "¿No quieres levantarte?" Le preguntó.

Ella negó con la cabeza. El clima de Newmarket era el ideal para dormir hasta tarde.

"Que lástima..." Se lamentó Hamdan. "Porque pensé que podríamos ir a montar un rato."

Los ojos de Sarah se abrieron de golpe y de un brinco se sentó en la cama, quitándose las cobijas de encima. "¡Está bien! ¡Estoy despierta!"

Después de prepararse y de desayunar, se dirigieron a la parte trasera de la casa principal y siguieron un largo camino que llegaba a uno de los establos, hecho de ladrillos rojos y con techo color café. Era una mañana agradablemente fresca, nubes blancas cubrían el cielo por completo y un suave rocío caía sobre sus cabezas.

"¿Recuerdas lo que traías puesto el día que nos conocimos?" Preguntó Hamdan mientras caminaban tomados de las manos.

"No creo, ¿por qué?"

Hamdan rió. "Era algo muy parecido a esto." Le dijo apuntándola con el dedo.

Sarah miró hacia abajo a su ropa; botas cafés para montar, jeans skinny oscuros y una blusa de mezclilla, metida holgadamente en sus pantalones. El cabello lo llevaba en una trenza.

"¿Tú que llevabas puesto?" Se preguntó ella.

Hamdan le pasó un brazo alrededor y apretó. "¿No recuerdas lo que llevaba yo?"

"No, no lo recuerdo." Rió ella. "¡Ah, espera un minuto! Debió haber sido una kandura blanca o pantalones deportivos, como los que llevas hoy." Su voz en tono de burla.

"¿Qué? ¡Soy un hombre simple!" Dijo él encogiendo los hombros.

Y ciertamente que lo era y esa era de las cosas que más le gustaban a Sarah de Hamdan. Nadie que lo conociera sin saber quién era, podría adivinar que se trataba de un príncipe billonario de un país rico.

"¡Buenos días, Albert!" Hamdan saludó a un hombre alto, con el cabello blanco y mejillas rosadas.

"Que bueno tenerlo de vuelta tan pronto, su majestad." Albert inclinó la cabeza cortésmente.

Los dos hombre estrecharon las manos y Hamdan le presentó a Sarah.

"Ella es Sarah. Sarah él es Albert, uno de nuestros cuidadores."

Promise This (Versión Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora