53. Fe

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Los días parecen tan oscuros

La Luna y las estrellas

No son nada sin ti.

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Cuando Hamdan entró al Palacio Zabeel, su corazón bombeaba sangre tan rápido y tan fuerte que podía sentir la venas en sus brazos palpitar incesantemente. Dejó el hospital sin conocer a los padres de Sarah y se fue a buscar al Jeque Mohammed. Su único pensamiento era que el accidente de Sarah jamás hubiera ocurrido si su padre no hubiera ido a amenazarla, había tanto dolor del que hubieran podido salvarse si tan solo la gente dejara de entrometerse en sus asuntos personales.

Ya era suficiente.

No solo estaba su padre tratándolo como un niño que requería supervisión constante, además había insultado a Sarah. Hamdan estaba sorprendido de que ella no se hubiera ido sin esperar a que llegara a casa ese día. A pesar de todo, Sarah había regresado con él, después de todas las cosas espantosas que el Jeque Mohammed le dijo, ella regresó y dijo sí a su propuesta improvisada y estaba dispuesta a reunirse con su padre, a confrontarlo.

A esas alturas Hamdan deseaba que se le retiraran todos los títulos, su padre podría desheredarlo y no le preocupaba. Podría resultar ser lo mejor para Sarah y él. Podrían empezar desde cero y dedicarse a los caballos, el enduro y su pequeña familia de dos.

"¡Hamdan!"

La dulce voz de su madre revotó en la paredes de mármol y el alto techo, ella era la única por la que se detendría en aquél momento. Él se dio la vuelta y ahí estaba ella, en su abaya negra y hiyab, seguida por su asistente personal, Hamdan se acercó y besó su frente.

"¿Qué sucede?" Se preocupó la Jequesa Hind mirando el rostro de Hamdan.

"Debo hablar con él." Explicó Hamdan, apuntando con la cabeza hacia la oficina de su padre.

"Me temo que su alteza se encuentra ocupado." Intervino el secretario del Jeque Mohammed al resurgir de la oficina. "Está en una conferencia telefónica importante y pidió no ser molestado."

"¡Estoy de suerte!" Sonrió la Jequesa Hind volviéndose hacia Hamdan. "¿Tal vez podría invitarte un café?"

"No, lo esperaré aquí."

La Jequesa Hind envolvió su brazo alrededor del de Hamdan, haciéndolo caminar junto a ella, lejos de su destino.

"Solo estaba siendo cortés. Realmente no tienes opción." Le dijo su madre con un guiño.

La Jequesa Hind lo llevó a una pequeña habitación donde usualmente recibía invitados cuando solo eran 2 o 3 personas y le pidió a su asistente que les sirvieran café. Hamdan se sentó junto a ella en un sofá color beige, con los codos sobre las rodillas, con la quijada tensa, intentando con todas sus fuerzas mantenerse sereno y no contarle todo a su madre.

Los dedos de la Jequesa Hind gentilmente acomodaron la kufiyya de Hamdan. "¿Cómo está Sarah?" Le preguntó.

El cuerpo de Hamdan se relajó con la sacudida y casi de inmediato quiso darse una bofetada a sí mismo por su ingenuidad. 

"Por supuesto que sabes." Murmuró él.

"He estado orando por ella."

Hamdan resopló. "¿En serio? ¿A pesar de todas las cosas que ha hecho mi padre?"

Promise This (Versión Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora