Draco Malfoy se encontraba refugiado en la oscuridad de su despacho, a su mente venían recuerdos, durante su último año en Hogwarts él y Granger habían mantenido una relación secreta en la torre de premios anuales donde habían pasado de insultos a una pasión desenfrenada.
Tras un descuido Granger resultó embarazada fruto de aquellas noches de pasión.
La gran heroína de la guerra y el mortífago eran pareja. Se casaron por capricho de la sociedad mágica y de los padres de Draco. El prestigio volvería a ellos de manos de una sangre sucia y el pequeño mestizo que yacía en el vientre de la castaña. Aunque no podía negar se siempre se había sentido atraído por ella, aunque siempre sintió repulsión a hacia sí mismo por alojar tales sentimientos.
Ahora llevaban 3 años de matrimonio, un pequeño al que habían nombrado Scorpius Hyperion Malfoy-Granger. Su Hermione había luchado contra sus suegros para que su apellido no se perdiese por culpa del machismo.
Su pequeño era el centro de atención en todo Londres mágico, era el símbolo de la paz.
Por otra parte él siempre tuvo en mente la promesa que Hermione le hizo durante la noche de bodas: «Draco, tú y yo somos uno, nuestro matrimonio debe ser fuerte. —ella estaba entre las sábanas con un vientre prominente de seis meses. — seamos uno, Draco te amaré por siempre, lo prometo».
Ahora ella no estaba en casa, tampoco en el Ministerio de Magia, ni en ningún otro lugar. Esto estaba ocurriendo hace meses, maldecía la hora en que su esposa aprendió aclumancia (por enseñanza de Narcissa) no podía saber que planeaba.
Pero era consciente de que ella lo engañaba, ¿cómo podía ser posible? Se sentía traicionado, él Le había dado todo, Le había dado dinero, su tiempo, su amor, le había compartido sus más íntimos secretos y sentimientos, él se había esforzado para ser el mejor esposo, había dejado su máscara de frialdad a un lado y.. ¿cómo Le pagaba?, siéndole infiel.
Pero... ¿con quién le montaba los cuernos? Sería un amigo suyo, ¿quién es? Tal vez Theodore, o a lo mejor San Potter, aunque sería imposible el cuatro ojos siempre parecía estar babeando por la mini-comadreja. Quién sabe con el idiota de Ronald Weasley...
Lo único seguro era que él se sentía traicionado, herido, engañado... Su mujer había roto sus promesas, Le había sido infiel y él mataría al desgraciado que se había atrevido a mancillar su orgullo, su amor y su apellido.
No pudo derramar lágrimas, Hermione había herido su alma, mucho más de lo que algún hechizo oscuro lo hubiera hecho, Hermione era la única razón por la que estaba enfadado, ella había roto su promesa.
Se limpió las lágrimas con un pañuelo, salió de su despacho dispuesto a organizar todo para un divorcio. Cuando se disponía a bajar a la sala escucho risas y susurros.
— shhh, nos va a oír. — era Hermione, trató de observar, pero todo estaba a obscuras.
Malditos elfos que siendo las 8pm no habían encendido las luces, el deseaba ver con quien estaba.
— No lo hará, conozco a mi amigo está en su despacho. — esa era la voz de Theodore.
Ahora su ser gritaba, ardía en celos y dolor.
— No te creas, ha estado raro en estos últimos meses, a veces creo que...— escuchó un sollozo de parte de Hermione.
¿Creer que? ¡Ella era la que se portaba rara!.
— Cálmate, nos oirá. — Theodore sonaba consolador.
— Papá... Estará feliz... — esa era la voz tierna e infantil de Scorpius.
¿Estar Feliz? ¿Feliz de que le planten el cuerno? Uy si, como no.
— Estará sorprendido... — dijo Theodore en son de burla...
Oh claro que lo estaba, lo mataría por meterse con su mujer, lo torturaría como su Bellatrix había hecho con él y luego usaría la maldición asesina.
No soportó más, con un movimiento de la varita hizo que todas las luces se encendieran. Por un segundo fue cegado.
—¡Sorpresa! —oyó la voz de varias personas y aplausos.
Cuando abrió los ojos pudo ver mesas con exquisitos platos Muggles y mágicos, sus ex compañeros de Hogwarts, a Hermione con Scorpius en brazos, más atrás en la pared lo que parecía ser un Mantel que decía: "Feliz cumpleaños Draco. —parpadeaba y salía otra frase. — Feliz cumple Hurón."
Todo en su mente fue claro, él estaba siendo paranoico, su esposa solo estaba organizando una reunión por su cumpleaños número 21.
Todo el dolor y dudas desaparecieron rápidamente. Él, sólo él, era el único hombre que era dueño de su magnífica esposa Hermione Malfoy.
O quizás sí le era infiel y la única manera de despistar a su marido era hacer una fiesta donde se mostrasen como una familia feliz...
Hermione compartió una mirada cómplice con Theo. Draco no sospechaba nada. Ahora podían hacer las cosas mejor.
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Manzana & Chocolate © ||DraMione||
FanfictionDraco Malfoy y Hermione Granger Manzana y Chocolate El Dragón y La Princesa La Serpiente y La Leona. Colección de Drabbles inspirados por una canción.