Manzana & Chocolate © ||DraMione||

Ley De Hielo

Yo tenía solo 7 años cuando mamá enfermó. Dijeron que leucemia y que no había ninguna cura.

Pero mi madre: Hermione Granger sanó, mi madre sanó. Ella era fuerte pero no hablaba, me veía y sonreía.

—¿papá, por qué mamá no habla?. — Me aventuré a preguntar.—¿por qué Cassandra la ignora?.

— Tu madre ya no está más con nosotros. — me respondió papá.

Draco Malfoy, mi padre lucía mal, estaba ojeroso, su cabello despeinado y sin brillo. Parecía muerto en vida, pero yo veía a mi madre abrazarlo y sonreír.

Ella no habla, a veces desaparece, se esconde y no puedo verla. Cuando la veo, corro a ella pero jamás logró alcanzarla.

A veces lloro. Pero que sé que la veré más tarde, me duele mucho su frialdad. Quiero que me abrace y me revuelva el cabello.

Una tarde me acerqué a Cassandra, mi hermana de cuatro años ella era la copia exacta de mi madre, de cabello castaño rizado pero los ojos eran grises, era una Malfoy. — hermanita. — le froté el cabello. — ¿puedes ver a mamá?

Ella se giró a mi — en las fotografías o en el pensadero de papá, a veces olvido su rostro. ¿Sigues pensando que está viva?

Aquella pregunta me dolió. — lo está, solo que no habla, no quiere hablar por está molesta conmigo porque me negué a ir a visitar a los abuelos.

Mi hermana me miró sorprendida y luego me tomó la mano. — Scorp, por favor dile que me abrace, que no me castigue a mí. La quiero conmigo.

Mi hermana lloró en mis brazos hasta quedarse dormida, así que desde los jardines la lleve hasta su habitación, ella estaba tan triste como yo.

Años más tarde, cuando tenía 11 mi padre insistió en que viese a un medimago, solo porque yo veía a mi mamá y él no. Papá estaba más pálido que de costumbre, se había dejado crecer el cabello y lo ataba en la nuca, había empezado a usar túnicas, ya no la ropa muggle que usaba cuando mamá le abrazaba.

Ahora estaba en el despacho de papá, el tío Blaise me hacía preguntas, sobre donde estaba mi mamá, le respondí que ahora me veía mientras me revisaba. Hizo varias preguntas sobre ella.

— Scorpius tu madre falleció de leucemia. — afirmó el tío Blaise.

— ¡Es mentira!, ¡jamás vi el ataúd!, ¡no vi su cuerpo! Ella está viva. — las lágrimas salieron de mis ojos sin poderlo evitar. — papá solo la ignora por que Astoria está tras él, la quiere reemplazar. Quiero irme lejos de mi padre. No quiero a esa mujer en casa tratando de ser un reemplazo de mamá solo por el color de su cabello. Por ella es que mis abuelos se llevaron a Cassiopea a París.

El tío Blaise me abrazó tratando de calmarme. — Lo sabes. ¿Cómo lo supiste?

— Papá dejó de visitar la habitación de donde había metido todo de mamá, la cerró sin pensar en nosotros. —me limpié las lágrimas con un pañuelo de seda tras separarme de los brazos de mi tío. — Tío llévame contigo, no quiero estar cerca a esa mujer, ella me ve como una amenaza.

Desde ese entonces no volví a ver a mi padre, dicen que terminó su relación con esa mujer, que mi hermana va a visitarlo frecuentemente. Yo sigo viendo a mi mamá, la veo negar con la cabeza, sé que está molesta por que me niego a ver a papá.

A mis 15 años, dicen que soy parecido a mi padre, solo que más Granger, extraño a mamá, Ahora es las tres de la tarde, ambos estamos en la torre de Astronomía, Cassiopea de 13 años se acerca a mí, es Gryffindor como mamá.

— Albus dice que otra vez no quieres asistir a clases. — toma mi mano. La de ella es cálida muy contraria a la mía. — tienes que ir a clases.

— Encantamientos es una pérdida de tiempo, Cassie. — la miro a los ojos, está preocupada.

— ve a clases, hazlo por mí, te prometo que romperé con Albus, pero ve. — sus ojos están cristalizados.

Niego con la cabeza. — No es necesario que rompas con Al, pero si te hace daño habrá un Potter menos.

Me sonríe. — ¿apruebas que sea su novia?

— Pero no se besen delante mío, es incómodo. — me abraza fuertemente. — debes ser feliz, hermanita.

— Tú también— se separa de mi. — si te gusta un chico, prometo no molestarme.

Aquella respuesta me deja sorprendido y le revuelvo el cabello. — Me gustan las chicas, pequeña mal pensada.

Ella ríe y se va corriendo — Te presentaré a una amiga, Lily es muy guapa. Y creo que le gustas.

Ya estando solo, todo se pone borroso, quizás el no comer está haciendo mella en mí. No siento fuerza y caigo. Es irónico saber que moriré de una caída. Cierro los ojos resignado, no tengo fuerzas para usar ningún hechizo, mamá te veré pronto...