Capítulo IV

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Camila se encontraba en la funeraria viendo como su mundo acababa, era el dolor tan inmenso que sentía, para nadie era fácil perder a una persona que quería pero al perder a la persona que más amaba duele más que nada, como si perdieras la mitad de si mismo, la que era su felicidad, su compañía, la alegría que hacia que no cayera en un agujero tan profundo.

Era como sentirse sola en ese momento, rechazó ir a su casa con Dinah y su padre, todo no parecía ser real

Era como un sueño...

Mientras en Cabello & Asociados

Todos los empleados admiraban a la mujer misteriosa desde el momento que llegó, iba a vestida con un traje elegante de color negro con una camisa blanca, tacones no tan altos a su estatura el cabello suelto colocado en el lado izquierdo, acompañada de unos lentes oscuros.

-Busco a Alejandro Cabello- dijo con la voz ronca dirigiéndose a la recepcionista

-¿Tiene cita?- preguntó la mujer un poco intimidada

-Si, soy Lauren Jauregui, por favor ¿Podría avisarle que llegue?- dijo lo más cortés posible

-Enseguida- la mujer se levantó y se dirigió al despacho del señor Cabello

Para todos era sorprendente ver a la mujer con tal belleza, inundando sus mentes con preguntas de ¿Quién es?, ¿Qué hace aquí?, ¿Qué quiere?, y más preguntas que podrían ser absurdas

-Dice el señor Cabello que pase- dijo la recepcionista- ¿Quiere algo de tomar?- Preguntó tímida

-Así esta bien, gracias. Con permiso- caminó hasta el despacho

-Querida, que bueno es volver a verte- dijo Alejandro al ver a la mujer acercarse para poder darle un abrazo

-Igualmente, Alejandro- le dio una sonrisa cortés

-¿En que puedo ayudarte?- sonrió viendo a la ojiverde

-Necesito de tu ayuda... Necesito un abogado- susurró

-¿De que trata el tema?- preguntó curioso

-Un divorcio que no será sencillo porque no es de mutuo acuerdo- respondió con un nudo en su garganta

-Y quieres que yo haga acabarlo así, ¿No?- asintió- ¿Cuánto tiempo lleva el divorcio?

-Unos dos meses pero mi ex abogado no ha logrado nada nuevo en el caso y yo quiero que termine lo antes posible- informó

-¿Quien te representaba?- preguntó dudoso

-Austin Mahone- dijo con enojo

-Ya se quien es-rió- Mahone nunca a ganado un caso en este despacho, siempre necesitaba el apoyo de alguien, admito que tiene buenos conocimientos pero nunca a ganado un caso aquí -caminó hasta el mini-bar donde se encontraba un vaso con Vodka

-Por eso quiero tu ayuda, porque sé que él no logrará nada siendo mi abogado -miró al mayor

-Tengo a alguien en mente- observó a la cubana-americana

-¿Quién es?- preguntó ahora ella un poco curiosa

-Te diré que es mi mano derecha, aunque ahora está pasando un momento difícil pero sé que hará un gran trabajo, sabe dividir lo personal de lo laboral-sonrió orgulloso

-Pero... ¿Cuánto me saldría?-alzó una ceja

-En eso no habrá problema, quiero que veas como se trabaja aquí -se acercó a la ojiverde

-¿Enserio?, gracias por eso, Alejandro-sonrió

-Te presentaré a mi hija mañana- dijo decidido

-¿Cómo se llama tu hija?- preguntó curiosa

-Camila, debes de conocerla por televisión -comentó en un tono burlón

-Si la conozco-asintió con el ceño fruncido

-Perfecto, ven mañana a primera hora, haré que hable contigo - extendió su mano a la pelinegra

-Me parece perfecto- toma su mano gustosa

***

Al otro día

Una chica cargaba una pequeña rosa de color blanco, miraba a las personas a su alrededor, desde sus suegros hasta sus amigos y los de su novia.

Hoy era el día, el gran día de la despedida, vio como su mejor amiga llegaba a abrazarla y no pudo evitar llorar, no podía superar la muerte de su prometida, era una sorpresa tan grande que desde hace unos días estaban muy felices organizando su boda para que al final se cancelará todo con un gran dolor. Podría haber imaginado que la dejará por otra persona, que no estuviera lista, millones de pretextos para cancelar la boda pero jamás imaginarse que moriría.

-Hoy a llegado el día de la despedida a una persona muy amada y muy querida, por sus amigos, compañeros, padres y su novia- dijo el padre- Shay Mitchell era una persona muy carismática que le agrada a cualquier persona e incluso le hacía feliz. Como todos nosotros ella tenia una vida como cualquier otra, tenia su carrera, su propio hogar y a su pareja, es imposible creer como una vida tan buena pueda terminar así, alguien que ha sido amado cada instante- prosiguió- ¿Alguien quiere decir unas palabras?

-Yo- dijo la castaña- Shay era una magnífica persona, una persona que yo consideraba perfecta- miró sus suegros- Pensábamos casarnos y poder vivir una vida aventurada, hacer locuras pero ahora ya no la tengo a mi lado pero si la promesa que le hice que seria feliz, parecerá irónico pero cuando lo dijo lo sentí como una despedida de la cual yo no sabía que podría suceder. Pero mi promesa la cumplo al decirle que jamás la olvidaré porque fue importante para mi, fue mi primer amor del cual yo quería tener conmigo siempre- miró al ataúd- Te amaré siempre, Shay- lanzó la rosa blanca al ataúd y se retiró

Pudo ver como la madre de su difunta novia lloraba sin parar por aquellas palabras, la latina jamás había sido un libro abierto ante las personas pero esta ocasión la merecía, las personas necesitaban saber que persona habían perdido e incluso ella. Y cumpliría su promesa de que jamás la olvidaría aunque fuera feliz, siempre seria su primer amor...

Personas vienen y van pero cuando pierdes a la persona que más amas para siempre es un dolor tan inmenso que no podrás olvidarla.

Seguiría con su vida pero no como lo hacía antes, ya no se sentiría tan completa, tan amada, tan especial, la única persona como le hacía sentir Shay.

Todo era tan raro, como si fuera un sueño del cual no quiere despertar...

El Sueño Del Sol Y La Luna [CAMREN] (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora