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Tras terminar, volvió al pueblo con una caminata normal, no había nada que le apuraba salvo de desayunar, quizás sólo un pequeño saludo a la gente antes de seguir en su rutina.

Aunque bueno. Ayudar era siempre parte de su día a día.

Algunos ya despertaban, la vida de su pueblo era muy alegre y mañanera. El lugar siempre era rebosante de alegría y los niños salían a jugar en el pasto alrededor de los árboles. Sus ropas siempre limpias gracias al agua que él y otros traían a diario, le gustaba hablar con ellos mientras ayudaba si le pedían.

Ordenaba, saludaba, y por supuesto, jugaba con los niños también antes de acercarse donde su hermano.

Papyrus tuvo que madurar temprano ante el problema y ya no tenían la misma cercanía que antes, pero se apreciaban, y en su carpa guardaba las cosas de Blard para que no las quemara sin querer, su ropa más que nada.

Luego de un saludo, va a desayunar donde el Gran G.

Era nombrado así por ser uno de los más viejos en la aldea, después venía un par de ancianos y luego él, llevaba más tiempo viviendo a como se cree y por su rutina había crecido y fortalecido bastante,pero volviendo al tema del gran G, por el accidente había perdido su local como todos sus hogares, pero todos ayudaron en reconstruir su tienda con amplitud, su comida era la mejor, y muchos comían de ahí por ser el que tenía a mano la cocina general.

Aunque el ambiente sea tan agradable, todos se ayudan entre sí, y están felices con su vida, no sufren, no pelean, todo es paz para ellos, así mismo para Blard, el cambio no había sido dañino para la vida de nadie.

Just Blard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora