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Después de terminar, se colocó su fiel short y sandalia y goteando sin la camiseta ni gorro puesto por el pueblo directo a la tienda de su hermano. Así secaba más rápido su cuerpo en vez de usar una toalla, aunque siempre en medio de su rutina ganaba muchas miradas de las jóvenes monstruos, vamos, solo era un saco de huesos. heh.

Los coqueteos y la búsqueda de su atención siempre había sido pan de cada día, y por más que se notara su desinterés con un cambio de tema sutil pero funcional, ellas tienen la esperanzas de que sus pupilas captaran a alguien, pero él incluso antes del accidente había perdido los deseos de tener a alguien en su compañía. No se podía llamar un asexual, más bien, era un aromántico que su único amor era el trabajo y sus antorchas.

Una vez en la carpa de su hermano, buscó entre sus cosas la pintura, esto era más bien una de las culturas que se desarrolló en todo el subsuelo, distintas por cada sector cuando se hablaba de la gente caída por los humanos que cruzaron el subsuelo, y cómo mataron, las marcas de muerte son los que rememoran las pinturas, el de su pueblo eran diversos, pero su favorita y la que sentía que tenía algo en especial era la marca que presentaba actualmente en su rostro, los símbolos en sus huesos tenían otros significados más generales, y usaba pintura más persistente que podía durar días sin tener que hacerlas de nuevo. 

El del rostro era el que podía removerse incluso pasando el dedo, y viéndose en el espejo recordaba:

Cuanto despreciaba a los humanos, hipócritas y falsos.

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* editado *

Blard no es aromántico, simplemente no ha llegado el amor de su vida en ese entonces.

Just Blard.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora