Capitulo 15

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______ jugaba con las gotas de agua que caían sobre la ventana de su habitación. En lo único que podía pensar en ese momento era en él... en Baggio, mientras trazaba su nombre entre la humedad de la ventana. ¿Qué le había hecho? No sabía y tampoco tenía cabeza para ponerse a pensar en aquello. Sin darse cuenta, eran más de la seis de la tarde. En horas y horas, se había pasado el día encerrada en esa misma habitación.

- _______. – le llamó Baggio. Tocó un par de veces la puerta de su habitación.

- Sí, pasa. – le indicó ella, sin prestarle mucha atención. La verdad, es que casi nunca lo hacía.
El perfume varonil de Baggio se impregnó de inmediato en toda la habitación de ella. Era delicioso. Exquisito. Preparado. En el punto exacto para encantar a cualquier mujer que se le pudiera cruzar. Traía un saco azul marino y unos zapatos bien lustrados.

- ¿Podemos hablar? – preguntó él. La mirada de ______ dio a entender lo contrario. No quería conversar con un hombre así. Más bien, le provocaba hacer otro tipo de cosas. ¿Cómo...como hacía para derretirla de esa forma de un momento a otro?

- A...ajá... - susurró. Y pensar que había estado en sus brazos hace solo una noche.

- Sé que mi deber es cuidarte. – empezó. – me pagan por eso y esa es mi responsabilidad. – parte de esas palabras dejaron a ______ en el aire. – pero hoy necesito dejarte un momento a solas.

- ¿Por qué?

- Saldré...

- ¿Con quién?

Él se aclaró la garganta, desabotonando el primer botón de su fina camisa. Las rodillas de _______ empezaron a caminar por toda la cama, hasta llegar al borde de esta... y encontrarse con el mismo Baggio. Se miraron. Se conocían, al menos físicamente... él había contado con exactitud cada lunar de su piel, mientras que ella... no había podido olvidar ni un segundo de lo que Baggio le había hecho sentir. Pero no podía negarlo, estaba enamorada de otro.

- ¿Sabes? No es tu problema. – le dijo. _______ soltó una risa pequeña.

- ¿Sabes? No me interesa.

- Que bueno, porque esto lo habíamos hablado. Entre tú y yo...

- ¿Te empiezas a creer de nuevo el más importante aquí? Te comento algo, a mi no me interesa saber de tu vida.

- Ni a mí de la tuya. Sin embargo, ayer te has emborrachado tanto que me contaste cuantas veces te había follado tu queridísimo amigo Jason. Y yo nunca te pregunté.

- ¿Y cuántas veces me ha follado? Porque yo no recuerdo ninguna.

- Lo suficiente como para que no sepas nada de sexo.

________ se quedo callada. Maldito imbécil, repugnante, cerdo, idiota, sin moral... ni siquiera con ella podía tener respeto. Era un energúmeno. Es un energúmeno. Un niño engreído.

- ¿Qué no te ibas? - ______ alzó los hombros. Sus mejillas habían enrojecido de la ira misma. Baggio se había percatado de eso. Había ganado la batalla por ahora y había hecho que ella se cabreara tanto como para dejarla sin palabras. Aquello le gustaba. Le fascinaba tanto que podría hacerlo mil veces... se veía hermosa, preciosa, encantadora... jodidamente sensual... era una diosa...aun estando con ganas de matarlo.

- Si llegas a escaparte de aquí, como la otra noche... vas a conocerme de verdad.

- A mi no me amenaces.

- Aquí nadie amenaza guapa. Es fácil, tú me debes un favor... yo no le digo nada a tu padre sobre lo de ayer y tú no mencionas nada de esto a mi jefe.

- Así que a esto querías llegar...

- Favores son favores. – le dijo, al mismo tiempo que le sonreía victoriosamente. Tenía todas las armas para ganar aquello. Hoy tendría una bonita velada con una modelo que había conocido en sus primero años de agente. Tal vez con eso... se quitaba a ______ de la cabeza por un momento, antes de que ella pudiera notarlo. Abrió la puerta de la habitación de ______...

- Folla bien.

- Siempre lo hago.

Cerró la puerta. Mientras adentro, _______ ardía en sí misma de quién sabe qué cosa. No sabía si era por él, por lo idiota que se portaba a veces... o por el hecho de que se iba a pasar la noche con otra. Cualquiera que fuera la razón, esa noche... no ganaría Baggio.

24Horas -Franccesco RolexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora