Capitulo 3: Encuentro

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-Eso no es lo que sueles llevar cuando haces footing - comentó Cristophe mientras Víctor atravesaba la sala de estar.

Víctor gruñó y se dirigió hacia la cocina. Él ya se había tomado una botella desangre cuando se había despertado en primer lugar, por lo que no tenía mucha hambre. Esto era sólo una precaución en caso de que él realmente se encontrara al ángel. A veces la lujuria pasada de moda conseguía desencadenar su sed de sangre, y él no quería que sus colmillos aparecieran y lo asustaran.

Él se sirvió medio vaso y lo calentó en el microondas. Cristophe entró en la cocina. - Tu cabello está húmedo. ¿Tomasteis una ducha antes de salir a correr? –

Él no iba a hacer footing esta noche. No quería llegar a su casa todo sudado, especialmente porque el sudor de un Vampiro tendía a ser un poquito rosado en el color, al igual que sus lágrimas. Producto de una dieta constante de sangre, supuso. - Voy a dar un paseo –

-Ah. Un paseo de medianoche. Suena maravilloso - Cristophe lo miró con una sonrisa. - Creo que iré contigo -

-No- apresuro a decir Víctor.

-¿Por qué no? Me gusta caminar por la playa -

- Vete a aullar a otra parte lobo – dijo Víctor.

Cristophe se echó a reír - Sé que estás esperando verlo y no es lobo es pantera –

-Sé que sabes - Víctor sacó el medio vaso de la sangre desde el microondas y se lo bebió.

-También sé que una rosa azul falta en el jardín -

Víctor arqueó una ceja. - ¿Estás haciendo un inventario de todas las flores? – Cris se echó a reír - Le había echado el ojo a esa rosa. Tenía la intención de regalársela a otra persona, y tú la sacaste antes que yo - Víctor brevemente se preguntó lo que Chris estaba haciendo, pero se abstuvo de preguntar. Desde que Víctor lleva tiempo conociendo a Chris no le ha conocido una pareja estable solo relaciones furtivas, pero Víctor no iba a discutir sobre el asunto.

Sus amigos Vampiros, Takeshi, Octabek, y Michelle, eran delirantemente felices con sus parejas mortales, pero él dudaba que alguna vez pudiera experimentar esa felicidad. En primer lugar, se planteaba el problema de encontrar una persona que en realidad podría amar a una criatura de la noche. Luego estaba la cuestión de confianza. ¿Cómo él iba a saber lo que él hacía durante el día? No podría soportar otra traición de una mujer u hombre que él amara. ¿Y si se cansaba y decidía enterrarle una estaca mientras él estaba en su muerte-sueño?

Y luego estaba el último problema, la que más lo fastidiaba. Amar a un Vampiro era una sentencia de muerte. Él no sabía cómo sus amigos podían tolerar la idea de que algún día tendrían que matar a sus parejas, literalmente, con el fin de transformarlas. ¿Qué clase de amor era ese? Entonces, ¿qué diablos estaba haciendo? Dejó la copa vacía en el fregadero.

-Esto es una mala idea – susurro Víctor.

-Amigo, no te acobardes ahora – apoyo el suizo. Y Víctor le dirigió a Chris una mirada molesta.

- No es el miedo lo que me está deteniendo. Es un mortal inocente. Se merece algo mejor que yo – dijo Víctor.

-Sí, porque eres una bestia repugnante, babosa que va a rasgar su garganta y tirar su cadáver al mar- Chris hizo un gesto con las manos haciendo comillas. Víctor se puso tenso.

- ¿Estas pidiendo una nariz rota? Yo no voy a hacerle daño – aseguró Víctor.

-Exactamente. Ve a verlo ya no pierdas el tiempo Víctor – apoyo el suizo. Víctor miró su ropa. Le había tomado media hora decidirse qué ponerse. Había elegido por fin unos vaqueros obscuros, una camiseta color crema, una sudadera blanca con capucha y sus zapatos negros deportivos que estaban nuevos. Tenía el cabello bien peinado.

El vampiro y El NiponDonde viven las historias. Descúbrelo ahora