Capitulo 4: Parte 1

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Víctor avanzó a través del patio - der'mo, der'mo, proklyatiye (mierda, mierda, maldición) - despotrico Víctor en su idioma natal ruso por todo el pequeño jardín.

Le echó un vistazo a Yuuri, una mezcla de rabia y futilidad subió a través de él ¿Por qué? justo cuando tenía todas sus esperanzas puestas en él, todo se vino abajo. Durante unos minutos él realmente había creído que su futuro podría ser más que venganza y violencia, y se había sentido tan bien. Había encontrado un ser que era hermoso, inteligente y adorable. Yuuri lo hacía reír. Abrió un mundo de nuevas posibilidades, y para su sorpresa, él lo quería, quería más.

Aún más sorprendente, aquel nipón se parecía a él. Estaba definitivamente cautivado por el peli azabache. Tenía suaves ojos marrones, gruesas pestañas negras, un rostro ovalado perfecto, una pequeña nariz recta, una tentadora boca de color rosa, todo ello enmarcado con unos cachetes rellenitos que le daba ganas de acariciar.

Y era mucho más que una belleza clásica. Era valiente, ingenioso y amable. Víctor no podía recordar alguna vez que hubiera reído o sonreído tanto. Por primera vez en muchos años, él se había sentido... bendecido. Pero la sorpresa anterior había sido de él. Él no fue bendecido. Él estaba maldito, se detuvo en la pared y contempló el oscuro mar, tenía el estómago revuelto como las olas.

-¿Se creyeron que era tan ingenuo? Puedes llamar a Yakov y decirle que desaparezca - dijo Víctor con un deje de molestia.

-No conozco a ningún Yakov- dijo Yuuri confundido.

Víctor se dio media vuelta para mirarlo - Por supuesto que lo conoces. Él te envió, no lo niegues -

Yuuri se puso de pie con una mirada escéptica - Los únicos Yakov que he visto son vacas, y nunca me han dicho a dónde ir - sentencio Yuuri.

Víctor soltó un bufido - Yakov o Lilia te enviaron aquí. Probablemente ni siquiera eres griego. ¿Realmente te llamas Yuuri? -

-Yo nunca dije ser griego, soy japonés tú mismo lo dijiste y si mi nombre es Yuuri algún problema - Yuuri puso las manos en las caderas, mirándolo -Y yo no miento - Informo Yuuri

- ¿Estás seguro? ¿Me presentarías, entonces, a tus cuatro tíos quienes resultan ser luchadores profesionales? - dijo Víctor con una sonrisa burlona en su cara.

- Debería. Te mereces la paliza que ellos te darían - respondió Yuuri.

Él arqueó una ceja. -Tráelos - le reto.

Yuuri se cruzó los brazos sobre su pecho, con el ceño fruncido hacia el ruso y chasqueo la boca para después bajar la cabeza de manera tímida - Está bien, fue una ligera exageración, pero sólo para protección- suspiro antes de continuar- Y ahora que estamos siendo totalmente sinceros, creo que deberías irte -

El peli plateado se puso rígido ¿Lo rechazaba? ¿Por qué estaba molesto? Él era el que había sido engañado para acudir a un terapeuta.

-Yakov no te pagara a menos que hagas tu aburrida terapia -

-¡No conozco a ningún Yakov! - gritó Yuuri ya un poco molesto por que aquel peli plateado no le creyera, luego hizo una mueca y miró hacia la casa.

-Tenemos que hablar más bajo. No quiero despertar a mí...- susurro Yuuri pero fue interrumpido.

-¿A tus cuatro tíos con esteroides? - gruñó Víctor con una media sonrisa burlona.

Yuuri le dirigió una mirada suave - Aunque no lo creas, no tengo interés en ser tu terapeuta, eres obviamente, demasiado obstinado y paranoico para escuchar a la razón - aseguro Yuuri.

El vampiro y El NiponDonde viven las historias. Descúbrelo ahora