Amistad

4.6K 402 958
                                    

Los días en el barco eran tranquilos incluso a los ojos de Hinata un poco "aburridos" a veces, pero no le molestaba en absoluto. Aún no podían tocar tierra firme, debido a que la paz estaba retornando poco a poco y sería prudente esperar, pero nadie tenía apuro. Había provisiones duraderas y cada uno se las arreglaba para entretenerse como pudiera.

Los desayunos solían ser ruidosos y llenos de comida deliciosa que jamás duraba en manos de Akane, Ibuki Mioda solía improvisar canciones si es que todos no salían corriendo despavoridos y gracias a estas curiosas rutinas Mahiru logró conseguir varios bellos momentos en cámara.

Todos estaban dando su mayor esfuerzo, incluso Hinata se había sumado a algunas de las tantas actividades que sus compañeros solían organizar con el fin de pasar el tiempo, hacer sociales le parecía un trabajo agotador.

Sin embargo, no podía decir lo mismo de Nagito, no es como si no estuviera presente en el desayuno o las reuniones, pero no solía acercarse a conversar, simplemente estaba allí observando con una sonrisa tranquila. Hinata tenía entendido que no era la persona más sociable del mundo, aun así, se suponía que eran amigos ahora, tal vez esperaba que se acercará a charlar o compartir sus extrañas ideas sobre la esperanza y la desesperación. Nada de eso paso, el albino desaparecía de vista antes que alguien pudiera hablarle.

"¿Estará planeando algo? "Pensó. Era difícil saberlo con una persona así, no, no debía dudar de él, prometió empezar de nuevo. Ninguno de sus compañeros notaba su presencia la mayoría del tiempo, de hecho, Komaeda nunca le dijo que tuviera otros amigos además de él. Era deprimente en varios niveles, pero considerando su extraña forma de ser no era raro.

Hinata suspiró, si se quedaba sin hacer nada no tendría sentido, todo seguiría igual. Por otro lado, no es como que Komaeda quisiera acercarse a sus compañeros, no podía obligar a ninguno de ellos, tal vez debería hablar con él.

Nagito por su parte pasaba los días en una improvisada biblioteca que se había tomado la molestia de armar con el correr de los días, tenía algunos estantes con libros, pero hasta entonces las únicas personas que había visto allí eran Sonia y Pekoyama. Era su refugio de paz, donde su suerte no le afectaba y si bien estaba consciente de que Hinata lo había perdonado, no quería ser una molestia para él, no quería arruinarlo.

El albino paso la tarde perdido en su lectura, a veces solía observar la ventana para contemplar el basto océano, pero eso solo traía a su mente posibles escenas peligrosas que su suerte podía causar.

_ ¿Komaeda? _ La voz de Hinata hizo que sus peligrosos pensamientos se desvanezcan.

_ Hinata-kun, que bueno verte. ¿Por qué estás hablando con una basura como yo?

Hinata apretó los labios por las palabras de chico.

_ No te eh visto muy animado o presente estos últimos días. ¿No te gustaría pasar tiempo con tus compañeros?

_ Solo lo arruinaría. Tampoco quiero que algo malo te pase, estos días han sido buenos para todos y lo más probable es que mi suerte cause problemas, así que me haría feliz seguir así como estoy.

_ Komaeda... no estás bien, ¿Qué fue lo que Mikan te dijo?

_ Umm, pues no encontró nada fuera de lo normal, solo me dio unas pastillas para dormir.

_ ¿No puedes dormir?

Negó con la cabeza a la vez que de forma juguetona pasaba sus propios dedos enredandolos alrededor de su cabellera blanca.
Hinata debió verlo venir, no había nada que Mikan pudiera hacer por Nagito él necesitaba otro tipo de ayuda, fuera de este lugar. Podría utilizar sus talentos con él pero no estaba seguro si sería buena idea, después de todo no es como que tuviera grandes conocimientos de lo que Komaeda tenía. Estudiar parecía una buena opción.

Un motivo para vivir (Hinakoma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora