Punto de quiebre

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Todos los jóvenes se encontraban en el comedor del barco reunidos desde que Mahiru les había dado las noticias de que algo malo había pasado con el chico albino, varios murmullos empezaron a correr. Algunos temían que hubiera alguna clase de enfermedad rondando el barco, pero el hecho de que Hinata les explicará que no era nada de qué preocuparse aligero un poco el ambiente.

_Mikan y yo cuidaremos de Komaeda, no deben temer, nada raro paso.

_ Es un alivio_ Soltó Sonia colocando las manos en su pecho.

_ ¿Seguro que no quieren ayuda? _Fuyuhiko observo a Hinata con expresión preocupada, parecía ser que el yakuza no estaba muy convencido sobre la condición de Komaeda.

_ Descuiden, podemos encargarnos por nuestra cuenta, sigan con los preparativos de la fiesta de llegada...

El castaño desapareció de vista al dirigirse nuevamente a la enfermería. Mikan por su parte luego de aplicar los nutrientes necesarios al cuerpo del chico pálido se dedicó a esperar pacientemente su reacción.

_ Está bien Mikan, puedo hacerme cargo _ Hinata le dedico una pequeña sonrisa tranquilizadora_ Las chicas te necesitan para el armado de la fiesta.

Mikan quería replicar, pero sabía que Hajime tenía más de una habilidad que le hacían capaz de cuidar de Komaeda por su cuenta. Lo cual la hacía sentir un tanto inútil en comparación, pensamiento por el cual arrugo el entrecejo.

_ Relájate, hiciste un buen trabajo.

_ ¿A-ahh? E-enserio lo crees... g-gracias_ Aquellas palabras tranquilizaron un poco más a la enfermera la cual se fue hacia el comedor con un caminar torpe por su propia ansiedad.

Hinata se quedó por su parte observando fijamente a Komaeda. No tardaría mucho en despertar, además que posiblemente se sintiera un poco desorientado de primeras. El castaño suspiró y dejo su cuerpo caer en la silla, no quería que los otros entrarán en paranoia, prefería que siguieran con sus planes antes que solo hicieran alboroto.

Nagito dejó escapar un sonido de incomodidad y abrió lentamente sus ojos, tardo unos segundos en saber dónde estaba y como había llegado allí. Poso sus ojos en Hinata por un momento con una expresión de sorpresa.

_ ¿Hinata-kun? _ Su voz salió rasposa y débil, tanto que Hinata le pareció que le dolía hablar.

_ Está bien, no pasa nada.

_ Creo que es la segunda vez que me despierto observando tu rostro.

_ Supongo que sí, se ha vuelto rutina.

Nagito rio por lo bajo e intento recomponerse sentándose en la cama. Al menos se le notaba mejor que el día anterior a los ojos del castaño. El cual analizaba al chico con detenimiento para saber si estaba del todo bien.

_Realmente no tienes que hacer esto ¿sabes? Sé que te sientes mal, pero en tal caso debería ser yo quien te compense.

_No empieces, estamos en buenos términos ahora_ Hablo con seriedad_ Lo ideal es que te recuperes.

Komaeda frunció el ceño y le dirigió una mirada de tristeza, sentía que no merecía la preocupación del castaño o de ninguna otra persona, tampoco se sentía digno de recibir su perdón. Aun así, lo que más le inquietaba era no poder entender porque su amigo hacía todo esto, no entendía del todo lo que era tener un vínculo con alguien. Las personas a su alrededor se alejaban o morían, por lo que ser solitario era normal para él.

No es como si le molestará la preocupación de Hinata, pero no estaba del todo acostumbrado, lo hacía sentir un poco raro y mal, consideraba que debería preocuparse por otras cosas.

Un motivo para vivir (Hinakoma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora