XIII.

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Tener el corazón rotro le demostraba lo que temía olvidar, le recordaba cada momento al lado de Yoongi y el reencuentro con sus amigos.

Taehyung era reacio, no admitía la desolación y se negaba a caerse en pedazos, pese a que su castigo había sido demasiado cruel. Tenía a NamJoon y le habían permitido conservar sus recuerdos ¿Qué más podía pedir?

Después de cambiar de sector sin avisar, recibió noticias fatídicas. La asociación de Parcas había borrado los recuerdos de todos los seres humanos con los que habían convivido. NamJoon y Taehyung conservaron los suyos, por qué no valía la pena borrarlos de nuevo y a pesar de enterarse del olvido de Yoongi, Taehyung se había decidido a dejarlo vivir.

No tenía otra alternativa que darse por vencido, por mucho que deseara lo contrario.

NamJoon era el que más sufría, podía notarlo, porque la mirada de su amigo se había apagado de tal manera que ya no le era posible ver el brillo en sus ojos cuando sonreía. Por si fuera poco, su sentencia había sido extendida 1000 años más y su futuro estaba fijado hasta entonces; ambos tendrían que continuar recolectando almas, llevándose consigo el dulce recuerdo del reencuentro sin destino.

Su existencia había regresado a ser tan monótona como lo fue antes de Yoongi, sin embargo, no estaban dispuestos a darse por vencidos. Tenían un objetivo en la mira y era terminar con su castigo para volver a nacer, esperando el reencuentro en otra vida y tal vez, pertenecer una vez más, al amor de su existencia.

Aquel día, después de terminar un largo día laboral, Taehyung se sentó en el sofá y encendió el televisor, cambiando canales hasta encontrar uno que fuera de su agrado.

En el otro extremo, en el sofá individual, NamJoon leía un viejo libro, mientras bebía la cuarta taza de café del día. En ese momento, Taehyung soltó un quejido.

Desconcertado, NamJoon levantó la vista para mirar a su compañero.

— ¿Todo bien? — Preguntó, sin mirar el televisor.

En el rostro de Taehyung había un par de lágrimas.

El chico asintió y señaló el televisor.

NamJoon asintió y giró la mirada para ver de qué se trataba, pese a que se lo imaginaba. Tal como pensó, el nuevo vídeo musical de Yoongi estaba en televisión, junto a un documental sobre el cantante.

De pronto, Yoongi apareció en la pantalla con el cabello tan rubio como antes y un premió a mejor compositor.

— En realidad, creo que no hubiera podido lograr esto sin ustedes. — Dijo, sin borrar la sonrisa en su rostro.

Taehyung sonrió al ver lo feliz que se encontraba su amor.

— No sabes las ganas que tengo de abrazarle. — Musitó, con la voz entrecortada.

NamJoon asintió y se acercó al muchacho para sentarse a su lado.

Las manos de Taehyung estaban frías y aun así las estrechó.

El mayor, abrazó al más joven con cariño, mientras Taehyung se desmoronaba en lágrimas.

Después de haber luchado contra viento y marea para ocultar sus sentimientos, explotó. Ver a Yoongi le afecto mucho más de lo que hubiera creído.

NamJoon acarició la espalda del menor y tomó el control remoto para apagar el aparato. Taehyung continuaba llorando, mientras se quejaba por las decisiones en su pasado.

Amaba a Yoongi y jamás podría estar cerca suyo hasta conseguir el perdón absoluto. 

After death TaeGi BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora