Capitulo 12

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POV: AZAEL.

Tome el Listphone de mi bolsillo trasero y luego de observarlo detalladamente solo me faltaba encargarme de que una pequeña señorita llegue a este mundo sin problemas. Mientras me transportaba hacia su ubicación actual me percate de que hace mas de 20 años que no visitaba personalmente esta zona lo cual me pareció extraño, sin embargo no le preste demasiada atención en ese momento.

Cuando llegue ya era de tarde-noche, pero rápidamente pude localizar a mi cliente sin problemas asique comencé a seguirla de cerca, fue entonces cuando la vi. Caminaba entre la multitud y justo detrás de mi objetivo, sin embargo no se comparaba en lo mas mínimo con los demás. Su aura era tan intensa y tan brillante que opacaba a todos, nunca antes había visto algo tan magnifico, podría admirarla por décadas y mas pero justo en ese momento mi Listphone vibro y  mi cliente se desmayo. Lo siguiente fue tan espontaneo que casi no pude reaccionar. Esta misteriosa chica rápidamente socorrió a la mujer logrando que otro peatón la ayude y que también frene una mujer en un vehículo, hasta me invoco a mí. Ella fue quien hizo todo, ella envolvió con todo su ser a las personas, a las circunstancias y hasta a la vida misma para que resulte todo como ella quería.

Estaba tan fuera de mí que cuando reaccione ya me encontraba en el hospital, sentado en la sala de espera y observando a la nada absoluta. Al levantar mi vista ella se encontraba de espaldas charlando con diferentes personas. Así que saque rápidamente mi dispositivo y empecé a tratar de encontrar su información en él, pero me fue imposible ya que como mínimo debo contar con su nombre y apellido, huella digital, mechón de cabello o su número de identificación celestial.

- Disculpa que te moleste – Escuche a mi lado, por lo que me vi obligado a levantar la vista y al hacerlo me encontré con una perfecta imagen de ella. Cada detalle me volvía loco, su cuerpo, su piel, sus labios y sus ojos igual de celestes que los míos. Me ponía nervioso su cabello, - joder!! es igual al de él – pensé, Sin embargo lo que mas me afecto es el haberme dado cuenta que llevaba puesto mi anillo. 

- Esta chica me puede ver aun con él  - me recordaba una y otra vez mientras observaba a mi alrededor como los mortales comenzaban a centrar su atención en la joven que hablaba sola. Sin demoras tome mi anillo y lo coloque en mi collar, mientras ella seguía pidiéndome que me presente con la familia de mi objetivo, pero reiteradas veces me negué. Cuando me levante de mi lugar no pude contener mis ganas de obtener su información por lo cual le pregunte su nombre.

- Eiko Willson – Fue su respuesta antes de preguntar mi nombre.

- Azael – Dije. Mientras que ella volvía a agradecerme por la ayuda y mientras yo solo la observaba como un idiota.

- Bueno me tengo que ir, ya es tarde y fueron demasiadas emociones por hoy – Dijo con una pequeña risa que jugaba entre sus labios. No quería que se fuera, no quería que se alejara de mí nunca mas, por eso me ofrecí a acompañarla pero Eiko rápidamente me rechazo gentilmente y la decepción en mi rostro no pudo ser evitada. En ese momento cometí un grave error. - Estoy seguro que nos volveremos a encontrar – Dije mientras mantenía mi mirada clavada en la suya, hecho que la incomodidad bastante. Me arrepentí de mis palabras porque ella se giró y se fue, dejándome a solas con mi soledad. En ese instante lo decidí, ¡¡¡ Ella sera mía!!!. 

Busque su nombre en mi dispositivo y en menos de un minuto empecé a leer y memorizar todo sobre ella, todo su historial. Habre tardado unos veinte minutos en leer todo, pero gracias a eso me percaté de que algo faltaba: su fecha de llamada. Esto hizo que todo mi ser entre en estado de alerta, la mínima posibilidad de que se la lleven sin mi permiso me enfureció, por lo que no lo dude ni un segundo y me dirigí a la ubicación que figuraba en su perfil.

Cuando llegue la vi caminar por la calle relajadamente y eso me tranquilizo, pero esa sensación no duro mucho. Eiko comenzó a acelerar su paso hasta colocarse delante de una camioneta negra con una sonrisa que ocupaba todo su rostro, ahí fue cuando lo vi bajar del vehículo. Todo mi cuerpo se tenso, no estaba entendiendo lo que pasaba, no estaba entendiendo porque él estaba aquí, porque ambos se conocían o peor aún porque ella estaba tan contento de verlo, pero eso no fue nada comparado con lo que siguió.

En el momento en que la envolvió en sus brazos todo mi ser fue despertado por una furia inimaginable, nunca había sentido algo igual, y el hecho de que ella aceptara su presencia, su tacto y sus demostraciones de ¨Cariño¨ me tenían anonadado.

- ¿Quién carajos aceptaría así a la misma muerte? Trataba de entender, cuando de repente vi su mano izquierda, mejor dicho su muñeca. Por un instante no podía creerlo, pero pronto entendí que no podía ser de otra forma, que aquello que estaba tatuado en su delicada piel era la pura verdad, por lo cual supe que era momento de actuar, que era momento de reclamar lo que me pertenece por derecho.

Comunique mi llegada a través de la liberación de toda mi energía, y él enseguida me percibió sin problemas clavándome su peor mirada. Fue entonces cuando comenzó nuestra conversación.

- ¿Qué haces aquí? – Fue lo único que preguntó

- ¿Qué estás haciendo con esta mortal? ... ¿Acaso ella sabe que está jugando con la misma muerte?

- No te involucres, no es asunto tuyo

- En eso te equivocas. Esto me concierne, porque ella es mi compañera eterna.

- Sera mejor que te vayas, antes de que pierda la poca paciencia que tengo. Yo la vi primero, me pertenece y lo sabes muy bien –

- Ha! Ese podría haber sido un buen argumento, si tan solo no fuese por el símbolo de inmortalidad que brilla en su muñeca izquierda junto a mi nombre –

- ¿De qué hablas? – 

- No soy ciego Raziel y tú no eres idiota. Sabes muy bien que eso significa que esta chica es una creación divina de nuestro padre: La compañera que me fue prometida –

- Eso es imposible. No pienso caer en tus mentiras. - Vete!!!–

- Sera mejor que te rindas y la entregues sin problemas –

- No –

- Si no lo haces estarás contra la majestuosidad del creador –

- Mentira, exijo que esto se resuelva en un juicio divino–

- Que así sea entonces – Concluí justo cuando ella giro su cuerpo clavando su mirada en mí y yo solo pude imaginar lo que sería tenerla en mis brazos mientras me esfumaba.


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Mi Vida Y  Mi Muerte [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora