Mi Vida Y Mi Muerte [COMPLETA]

Capitulo 45

En aquella sala de estar, Dhan caminaba nerviosamente de un lado a otro, Danielo y Raziel discutían sobre que mas podrían hacer y yo simplemente me encontraba sentada en aquel gran sofá aun asustada por las ultimas palabras del creador. Sabia que nuestra situación era peor de lo que imaginábamos, todos en esta habitación sabíamos que el creador al volver se dictaría a favor de Azael. Todos sabíamos que Raziel y yo seriamos separados, que yo perdería mis recuerdos, que Azael seria mi dueño nuevamente, que el prestigio de Danielo se vería dañado y que Dhan seria castigada tarde o temprano por la vida.

Pero..... ¿ Por que? .... Una y otra vez dentro de mi me preguntaba: .... ¿ Por que no puedo estar con Raziel? ¿ Por que no puedo decidir con quien estar? ... ¿ Por que tuve que ser yo la elegida como regalo de Azael? .... ¿ Por que mi cuerpo arde de pasión bajo el simple tacto de La Vida? ... ¿ Por que Raziel tuvo que ser La muerte y no un simple mortal? ....  ¿Por que el creador no escucha mis plegarias? .... ¿ Por que es todo tan complicado? .

No se las respuestas y al parecer nunca las sabre porque en instantes toda mi existencia se derrumbara. El amor de mi vida desaparecerá y con él mi alma. Ya no me queda nada mas, ya no tengo nada mas que perder, es por eso que decidí hacerlo, pues una vez que te encuentras en lo mas bajo nada peor te puede pasar, o te quedas allí o logras salir. Es por eso que decidí hablar de una vez, después de todo lo peor ya estaba por suceder.

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Las campanas nuevamente me lograron volver a la realidad, cuando se escucho aquel sonido Raziel vino corriendo hacia mi y mientras me abrazaba fuertemente susurro  - No olvides que Te Amo, y que nunca voy a dejar que te separen de mi - . Pero ambos sabíamos que eso no dependía de él.

Nuevamente en nuestros lugares sentía la mirada penetrante de Azael sobre mi, y aunque no lo observaba sabia que esa mirada iba acompañada de una sonrisa triunfadora. Aquello solo reavivo aun mas la decisión que había tomado. El jurado y demás asistentes del juicio no tardaron en llegar y luego de unos segundos el creador también se hizo presente.

- " Todos de pie para recibir la sentencia de su majestad " - Afirmo fuertemente una voz femenina, y así lo hicimos todos.

Al ver que todos habían obedecido, el creador se puso de pie y comenzó su dictamen.

- " Acorde a todo lo sucedido en el juicio, a los testimonios de las partes, a los antecedentes y aquellos detalles que llegaron a mi pero no se especificaron en este ámbito he decidió..... " -.

- ESPERE!!! - Grite fuertemente interrumpiendo su discurso y atrayendo a la vez la atención de todos.

- Como osas interrumpir a nuestro padre ? - Exclamo una voz masculina muy molesta, pero yo ya me encontraba en frente del creador y a decir verdad ya no me importaba nada.

- Por que me creo? - Pregunte mirándolo fijamente a los ojos, pero el solo me observaba sin emitir palabra alguna, así que volví a preguntar - Que pecado he cometido para que me castigue de esta manera? -.

-  Sera mejor que vuelva a su lugar o .... -  Comenzó a decir un asistente pero el creador levanto su mano en señal de silencio y este se callo.

Mi corazón latía tan rápido que parecía que pronto explotaría pero aun así proseguí:

- Yo no se que pecado he cometido, no se por que he de pasar todo esto para estar con quien amo, tampoco se por que he tenido que ser yo la elegida para ser ofrecida como un regalo y sin tener la posibilidad de negarme. Lo único que se es que amo con todo mi ser a Raziel y que odio a Azael por todo el daño que me ha ocasionado física y mentalmente,  también por haber dañado a quienes me rodean; sufro por el hecho de que Raziel y yo no pertenecemos al mismo lugar y mas aun sufro por saber que todo este tiempo él solo a recibido desprecio de la mayoría de los presentes. - Una vez dicho esto simplemente mis piernas ya no aguantaron mas y cedieron ante tanto dolor, así arrodillada frente a los presentes, y sin importarme mi apariencia ni las lagrimas que seguían corriendo por mi rostro proseguí.