Rayo

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Las manos del gran guerro sudaban por el agarre de las riendas de su caballo. Era de noche y las tropas Noxianas se alzaban una vez mas a por la extensión de su tierra.
El acelerado trote de los cascos de los caballos empezaron a oírse cerca de las murallas Demacianas, esto hizo que los soldados que estaba de guardia se pusiesen alerta.

El príncipe Jarvan IV descansaba en sus aposentos cuando de repente le despertó el ruido del bullicio que había en la calle.
Se levantó de su cama y se asomó a la ventana.

-¡Los Noxianos nos invaden!, ¡En guardia!

Nada mas escuchar eso, el principe se puso su armadura y bajó las escaleras que llevaban de su alcoba a la entrada del castillo.

-¡Garen!, ¡Prepara a los caballos!

-Sí, señor.-Respondió el honorable caballero a su rey.

Garen Crownguard era un soldado demaciano a cargo de la familia real.
Él y su familia siempre fueron la escolta de la realeza, y en un momento como este, no iba a ser de menos.

Mientras, por el otro bando, un general llamado Darius lideraba las tropas noxianas. Era conocido como "la mano de Noxus" ya que era la mano derecha de Swain, el gran general de este lugar. También se le conoce como un hombre frío, sin escrúpulos y/o sentimientos hacia nada o nadie.

-Quiero que arraséis todo lo que veáis. Quien demuestre tener mas fuerza ganará...

-¡Si, señor!.-Respondieron las tropas orgullosas de su capitán.

Las tropas noxianas entraron fácilmente en Demacia y arrasaban todo lo que pisaban quemando casas y matando a gente inocente.

-Jarvan es mío...-Dijo Darius. -Con su muerte Demacia caerá ante nosotros como un pajarillo muerto, jejejeje....

Soldados de ambos bandos luchaban entre si como si no hubiese un mañana. Unos iban a caballo, otros a pie, con armas de fuego o blancas, en todo caso, eso parecía el apocalipsis mismo.

Jarvan peleaba con todas sus fuerzas, a espaldas de Garen, los dos se protegían ente si, pues los lazos que les unían eran demasiado fuertes.

En un descuido, el rey fue separado de su protector, este siguió luchando, la adrenalina del momento hizo que el cansancio no hiciese efecto en él.
El noxiano contra el que luchaba era joven e inexperto, Jarvan pudo notarlo y le asestó una lanzada mortal en el cuello. Al alzar la vista, no vió a Garen y empezó a preocuparse. Miró a su alrededor. Vió a su pueblo ardiendo en llamas pero sabía que se perdían esta batalla Demacia quedaría en el olvido...

La armadura de Darius ya estaba llena dd sangre demaciana, y eso a la vez de alegrase le angustiaba, ya que luego debía limpiarla.
Sostenía su hacha con una determinación firme, dispuesto a guillotinar a cualquiera que se pusiese en su camino hacia el control de Demacia.
Al ver que poco a poco Demacia iba cayendo, esbozó una sonrisa.

Miró a los lados, de repente su mirada se posó en aquel rival que tanto había deseado aniquilar.

-Garen....-Dijo frunciendo el ceño y dirijiéndose a él lentamente.-Te mataré con mis manos...

-Darius...-Le contestó el honrado caballero.

En medio de la batalla de sus naciones se dispusieron a luchar.

Darius fue quien alzó primero su arma, pero Garen lo interceptó con su espada. Después de eso, Garen le atacó girando su espada sobre sí mismo.

-Buen giro Garen, ahora vuelve al arbusto.-Le dijo retante Darius.

El demaciano apretó la mandívula y volvió a atacar a Darius, esta vez golpeó en una de sus grandes hombreras con picos.
Sus ataques, todos ofensivos, no conseguían mas que cansar a los guerreros, aunque ambos sabían que si perdían sus naciones no volverían a ser lo mismo.

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