Primero subieron por unas escaleras de madera que crujían al pisar, luego recorrieron un pasillo y llegaron a una habitación donde la puerta no era muy grande.
Darius abrió la puerta dejando ver el interior de la estancia. Era pequeña, con una cama a la derecha, a sus lados había unas mesillas con dos lámparas.
En el lado opuesto, había un escritorio. Frente a ellos una gran ventana que iluminaba la sala.-Hoy dormirás aquí.-Dijo Darius.--Seguro es mas pequeño que tu alcoba demaciana, pero supongo que podrás superarlo jajajaj.
Lux entró en la habitación y miró inspeccionando la sala.
Era pequeña, sí. Pero también acojedora.-¿Podrías quitarme la venda de las manos, por favor?
Su voz sonó tan dulce e inocente él obedeció como si estuviese encantado.
-Te quedarás aquí hasta nueva orden.
-Esto... Tengo hambre, ¿podrías traerme algo de comer?
El se llevó la mano pensativo a la barbilla. Habían sido varias horas sin probar bocado asique accedió.
Cerró la puerta con llave y al rato volvió con una manzana, unas tostasas con mantequilla y un zumo de naranja.
-Gracias. Tiene muy buena pinta...
Darius no respondió. Se quedó viendo cómo daba bocados a la comida.
Era delicada hasta para comer.
"Me pone enfermo con tanta pijada y tontería demaciana" pensó. "Sólo hasta mañana Darius".Al acabar Darius cojió la bandeja y dispuesto a irse se acercó a la salida.
-Esto... Gracias por salvarme antes... No se que hubiese pasado si no hubieras llegado...-Dijo con una voz tenue.
-Pues que te habrían violado. Aparte, no me des las gracias, sólo te quiero viva porque eres mi prisionera.
Lux miró triste a Darius, a el cual de repente se sintió un poco mal. Quizá sus palabras fueron algo duras. Era demaciana, pero seguía siendo una chica.
-Si necesitas algo mas, tira de ese hilo de ahí, de inmediato alguien del servicio subirá a atenderte. Yo me retiro.
Tras eso Darius cerró la puerta de la habitación y Lux se quedó sola.
Se sentó en la cama y se miró a un pequeño espejo que había colgado en la pared.
Se tocó la cara y empezó a llorar.
¿Cómo estaría ahora su nación?
¿Y su hermano?...
Esos pensamientos volvieron a consumir el alma de la chiquilla haciendo que su corazón se encojiese mas si aún cabía posibilidad.Darius bajó al salón donde se sentó en un gran sillón de terciopelo rojo. Cojió una copa y se sirvió un poco de vino.
Su mente no dejaba de darle vueltas sobre el mismo tema: Aquella demaciana y el por qué de querer que viniese con él y sus tropas.
-¡Hombre, el gran Darius al final está en casa.!
-Draven. No te oí venir.
-Lo sé. ¿Qué tal en Demacia?
-Las cosas no han podido ir mejor, la verdad.-Dijo sonriendo.
-Me alegro hermano, al fin podremos externdernos y pronto quizá, por todo Valoran. Al fin seré reconocido en todos los lugares. Nadie existirá sin saber de mi.-Dijo cerrando los ojos orgulloso de si mismo.
-Draven, tú siempre tan... tú...-Dijo el hermano mayor.
-Lo sé, lo sé. Bueno, me alegra que estés de vuelta.-Dijo apoyando una mano en su hombro.-Pero he quedado con unas jovencitas... Ya me entiendes. No me esperes despierto.
-Bien, disfrúta.-Dijo Darius sonriéndole pícaramente.
-Algún día deberías venirte jejeje...-Le comentó Draven mientras se iba de la casa.
Darius no contestó. Le dió un trago a la copa acabándose el vino.
-Necesito un baño.-Se dijo.
Y así lo hizo. Subió al baño, se quitó la armadura y se adentró en la bañera la cual llenó de agua caliente.
"Han pasado muchas cosas desde la última vez que me he podido relajar de este modo" pensó. Hundió su cabeza en el agua y se dejó llevar por la tranquilidad del momento.
Salió de la ducha y se puso unos pantalones negros de deporte y una camiseta de tirante también negra.
Al salir del baño escuchó algo. Venía el fondo del pasillo. Siguió el sonido y le llevaron hasta la habitación donde estaba alojada la demaciana.
Ahora podía oír con claridad que eran sollozos.
-¡Eh, basta de llorar, me molestas!-Dijo Darius desde afuera.
Ella desde dentro lo escuchó y se sintió avergonzada, pensó que nadie la estaba escuchando.
-¡C-creo que estoy en mi derecho de hacerlo!-Dijo tan efadada como pudo.
-¡No, no lo tienes!
-¿¡Por qué!?
Darius calló, pues no sabía que conteststarle a eso.
-Sólo cállate.
Lux respiró profundamente. Empezaba a hartarse de la situación y de los malos tratos que le profesaba el Noxiano.
-¡No me da la gana!-Dijo desafiante.
Darius entonces fué a por las llaves que abrían esa alcoba, tenía que hacerla callar de algún modo. Nunca pensó que las mujeres fuesen tan contestonas, y menos las demacianas.
Darius entró en la habitación y se encontró a Lux sentada en el suelo con los brazos apoyados en la cama. Nada mas verle, se levantó, entonces se dió cuenta de que era muy baja en comparación con él.
Darius sin quererlo, llevó su vista hacia sus ojos rojos por el llanto, aún así no habían perdido ese brillo especial que tenían la primera vez que la vió.
--Eres muy molesta demaciana, puedes llorar, pero hazlo en silencio.-Dijo serio.
-Tú no eres quién para darme órdenes-Dijo llevando su dedo índice derecho hacia el pecho del guerrero.
Él desconcertado, la miró unos instantes, los suficientes para darse cuenta de que era demasiado pura y hermosa. Sus facciones estaban bien organizadas, aunque aún un poco infantiles.
Empezó a sentir algo dentro, pero desconectando de aquel trance, agarró la mano de la demaciana y la alzó llevando a la chica contra una pared.Ella de repente pensó que quizás se había excedido. Cerró los ojos con fuerza.
Él acercó su cara a la suya, hasta el punto que pudieron sentir la respiración del otro.
-No vuelvas a desafiarme de esa manera, o la próxima vez pueden pasar cosas que no quieres que pasen...
-Al acabar de decir eso se fijó en su desnudo hombro izquierdo por la caída de la bata que llevaba.
Su piel parecía tan suave y tan fina. Darius era un hombre que siempre mantenía el control y esa vez no iba a ser menos.Se separó de ella dejándola libre de ataduras y se fue de la habitación.
El corazón de lux iba a mil, por un momento pensó que iba a abusar de ella, pero no fue asi. Solo fue un aviso que obviamente iba a intentar cumplir, pues no queria nada con ese noxiano...
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La luz te guiará
RomanceNoxus se alza una vez mas al campo de batalla con Darius al frente, en la batalla decisiva, un rayo de Luz hace que el gran general cambie de parecer...