Casada con Finn Harries [EDITANDO 2021]

#02. Británico.

Habían pasado dos horas, ya eran las 12 de la noche. Había permanecido en mi habitación, tirada en mi cama mirando el techo, porque ni TV tenía. Pensé en llamar a mi mejor amiga Pam, pero di por seguro que estaba durmiendo y no quería molestarla. Nadie sabía de esto del casamiento ,ni siquiera ella, no quería que se hiciera publico, créanme, si Pam lo supiera no estaría sola en este momento.

Pensé en salir de la habitación e ir al living a mirar TV, pero.. ¿y si esta el castaño?, ¿que le voy a decir? no se de que hablarle, y para estar a su lado en completo silencio prefiero quedarme en mi habitación.

Después de mirar el techo un rato más tuve la necesidad de salir, si seguía mirando el techo como idiota me iba a enfermar. Esquivé los malditos zapatos altos que tanto me torturarón y abrí la puerta intentando hacer el menor ruido posible, miré a los dos lados como en las películas y al ver que no había nadie salí.

Caminé hasta el living y vi que tampoco había nadie, en la cocina nadie, así que probablemente el británico seguía en su habitación. Me tiré en el sillón y prendí la TV, desgraciadamente tenía un vestido, sino estaría mirando Bob Esponja boca abajo.

Cuando el programa terminó me desperté, me moría de sueño, tanto que no había podido terminar de ver el programa, sin contar que mañana tengo colegio y si no me duermo ahora no me levanto ni aunque se caiga el cielo.
La parte de arriba del vestido me apretaba tanto que me estaba marcando, pero por nada de este mundo le voy a ir a pedir ropa al castaño.

Caminé hacia mi habitación, pero cuando llegué a la puerta, la curiosidad me ganó y decidí asomarme un poco más a la puerta del británico para saber que es lo que hacia, ¿tendra TV en su habitación y yo no?.
Acerqué mi oído a la puerta esperando escuchar algo que me sacara del aburrimiento, pero para mi desgracia no escuché ni un solo sonido, seguramente ya estaba dormido.
Y en cuento me resigné a que no iba a escuchar ningún sonido, la puerta del baño se abrió haciendo que me asustara bastante, y que me parara derecha.

— Hola .— Dijo apenas me vió.

— Hola .— Contesté.

— ¿Todo en orden? .— Preguntó con su sonrisa.

— Todo...— Respondí, ahora si estaba muy incomoda.— Lindos boxers.— Dije mientras señalaba sus piernas.

— Oh .— Dijo mientras se tapaba.— Lo siento, es costumbre.

— Tranquilo.— Dije mientras me acercaba más a mi puerta.— No es la primera vez que veo unos .—agregué y el castaño sonrió. Sin pensarlo abrí mi puerta y entré a una velocidad que flash envidiaría.

Estaba muy incomoda y no tenía mi ropa, así que decidí quitarme el vestido y dormir en ropa interior, era ropa interior negra, completamente normal y dado que nadie va a entrar a mi habitación sin tocar no veo porque no podría dormir solo en ropa interior. Duermo cómoda y no tengo que pedirle nada al británico, todos felices.

Después de un rato me acosté y me tapé, no hacia frío pero soy de esas personas que no pueden dormir si no están tapadas con algo. Apagué las luces y me dispuse a dormir, pero cuando estaba a punto de hacerlo alguien tocó a mi puerta haciendo que me sentara de gólpe.

— Adelante..— Hablé.

— Solo era para decirte que mañana iré a la universidad contigo .— Dijo el castaño aún al lado de la puerta.

— Oh.. ¿por qué? .— Pregunté.

— No solo dirigiré la empresa de mi padre en Estados Unidos, también continuaré con mis estudios .— ¿porqué habla como si tuviera cuarenta años?