#17. Preguntas

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*¡Hola!, ¿como están?... aquí les dejo el nuevo cap :D
Espero que les guste. Gracias por los votos, ¡comenten si les gustó! ... Besos!*
*Acabo de notar que el cap tiene 5 pag, wow... me tienen que amar jajajajaj* YB

                                                       ***

Es viernes por la noche, ya pasaron unos cuantos días desde la "terapia de pareja". Es una noche tranquila como cualquier otra noche de viernes, mañana no hay Uni así que puedo despertar a la hora que quiera y eso me da una enorme satisfacción. Pam me invitó a una fiesta en la casa de uno de sus tantos "novios de una noche", y hubiera dicho que si iría, a no ser por que me siento mareada y con un horrible dolor de cabeza. 

— Ya llegué .— Dijo Finn mientras entraba a la casa, cerraba la puerta y dejaba su abrigo en el perchero.

— Te veo .— Le contesté desde el sillón donde estaba cómodamente acostada, mirando tv, con una manta cubriéndome.

— Son las diez, asumo que ya comiste .— Dijo mientras abría la nevera.

— No, en realidad no tengo hambre .— Dije.

Si habíamos ido a comer con Finn el otro día. Intentó llevarme a un restaurante caro, pero por desgracia no esta en su país y no conoce ni la mitad de la ciudad, así que yo lo llevé a él. Comimos, nos divertimos, hablamos mucho, nos contamos cosas de nuestra infancia y de nuestra familia, pero no pasó nada mas que eso. Me agradó, me agrada él, sin todo ese ego de macho y sus incontables tácticas de seducción. Desde ese día nos tratamos normalmente, sin ningún tipo de indirecta.

Aunque, ahora que no lo hace, extraño sus sinfín formas de coqueteo.

— Tienes que comer, ¿sabes que la gente que no come se muere? .— Preguntó

— No, gracias por aclararlo Dr. Harries .— Respondí burlona.

— Quiero comer comida india, ¿conoces algún lugar? .— He aquí uno de los muchos caprichitos o "gustos" que se permite a si mismo.

— Si, el número esta en la agenda al lado del teléfono .— Señalé donde se encontraba la agenda.

— ¿Quieres algo? .— Dijo mientras tomaba el teléfono.

— No pesadito .— Dije mientras rodaba mis ojos.

Finn pidió la comida y se sentó a mi lado pasando mis piernas por sobre su regazo. Si, nuestra confianza había aumentado, no mucho, pero un poco.

— No soy de compartir mi comida, pero si te arrepientes puedo hacer una excepción...— Siguió insistiendo. No saben que persistente puede llegar a ser con el tema de la comida.

— Si sigues insistiendo me voy...— Advertí

— Esta bien...— Dijo mientras rodaba sus ojos.— ¿Que fue de tu día? .— Preguntó

— Nada interesante, uni y después nos fuimos a un spa con Pam.. al parecer quería estar perfecta para esta noche

— ¿Había algún tipo de fiesta? .— Preguntó

— Si, al parecer uno de sus chicos tenía la casa solo para él y decidió hacer una fiesta..

— Wow.. ¿y por qué no estas ahí?

— Decidí quedarme contigo, ¿no soy una tierna? .— Pregunté

— Si lo eres... ahora dime la verdad

Reí.— No me siento bien

— ¿Que te duele? .— Dijo acercandocé a mi.

— Ya empieza con sus preocupaciones de médico...— Me quejé .— Es solo un resfriado

— Déjame ver .— Dijo mientras presionaba con dos dedos mi cuello.

— ¿Estas tomando mi frecuencia cardiaca? .— Pregunté, esto era demasiado.

— Shhh .— Me mandó a callar, para poder terminar de contar.

— Estoy bien Finn, me conozco, es solo un resfrío...

— A ver los ojos.— Dijo mientras colocaba sus manos en mi rostro y me miraba muy detenidamente.

Comencé a reír.— A ver tus mejillas .— Dije mientras de un rápido movimiento me sentaba sobre él y comenzaba a jugar con sus mejillas.— Ahora un test sobre el dolor..— Dije y comencé a golpearlo... tiernamente.

— ¡Auch! .— Se quejó mientras reía.— Basta Powell o sufrirás de mis cosquillas...

— No te atrevas...— Amenacé.

Pero no fue suficiente, terminamos haciéndonos cosquillas como dos niños. Cuando todo pasó y nos tranquilizamos, yo estaba tendida en el sillón y Finn estaba sobre mi. Ninguno se movía, simplemente nos mirábamos, como preguntándonos.. ¿es esto un exceso de confianza?, pero los dos sabíamos que la respuesta era un si, así que nadie hablaba.

Aunque era un momento bastante incomodo, me gustaría que durara para siempre, me gusta la cercanía que tenemos ahora. No más, no menos, así como esta estamos bien.
Puedo sentir su perfume, nunca antes lo había sentido, es dulce, como de rosas, pero a la vez, fuerte y conquistador, de esos perfumes que no olvidas nunca. 
Puedo ver sus rasgos perfectamente, aunque mis ojos no se apartan de los de él. Verdes como las esmeraldas, por dios, tienen exactamente el mismo tono, hermoso y pacifico de las esmeraldas.

En un muy débil acto de mi parte, me deje llevar y estiré mi mano, quería sentirlo, quería tocarlo. Mi mano era mandada por impulsos, esta definitivamente no era yo, ¿como terminamos así?, esto me hace ver lo peligrosas que pueden ser las risas...
Hace tiempo que me moría de ganas por tocar su hermoso lunar, y fue hacia ahí hacia donde mi mano se dirigió, él no se movió ante mi roce, tampoco le pareció raro, simplemente se quedó inmóvil, un poco más nervioso de lo normal. ¿Acaso yo lo pongo nervioso?. Él a mi claramente si, espero que no se note.

Mi mano continuaba en su lunar, como me encanta ese lunar, aunque la verdad es que tocarlo no es exactamente lo que quiero hacer con el...

Solo unos minutos habían pasado, pero para mi habían sido horas. Ninguno de los dos se había movido, y no creo que estuviera dentro de los planes de alguno hacerlo. Sabía como iba a terminar esto, nos íbamos a besar, y luego nos íbamos a arrepentir. ¿Vale la pena?, no lo sé, ¿quiero besarlo?, pues claro que si, pero eso destruirá lo poco que veníamos construyendo, la buena onda.... la confianza. ¿Lo vale?.

Él, como si hubiera leído mi mente, lo había decidido por mi. Desde aquel día en el consultorio de psicología, lo supo, tenía el control sobre mi, como nadie antes lo había tenido, y se estaba aprovechando. Se acercaba a mi, podía sentirlo, iba a pasar, adiós a la confianza.

Pero el timbre sonó, y no lo dejó concretar su mas dulce y perverso impulso. ¿Que es lo que provoca Finn en mi?, ¿por qué no me puedo controlar?, si fuera cualquier otro ya lo hubiera apartado de mi.

— Debe ser la comida India, yo voy.— Dijo y se levantó inmediatamente.

Yo permanesí en el sofá unos segundos más y luego me senté, estaba más mareada de lo que ya estaba antes. Acomodé mi cabello y Finn cerró la puerta luego de pagarle al delivery.

— ¿Segura que no quieres comer? .— Volvió a preguntar.

En cualquier otra situación me hubiera quejado, pero sabía que el lo hacía solo para sacar tema y no hablar de lo que acababa de pasar. Estoy segura de que el lo sintió tan intenso como lo sentí yo, la atmósfera intensa que se había generando entre ambos, cualquiera podría haberla notado.

— No .— Respondí en mi mas estado de confución.— Creo que iré a dormir, no me siento muy bien.— Dije mientras me levantaba. La verdad era esa, no me sentía para nada bien, pero tampoco quería quedarme ahí, me sentía incomoda después de lo que había pasado.

— Esta bien..— Dijo algo nervioso también, los dos estábamos confundidos.

¿Que queríamos hacer con todo esto?, ¿seguir adelante, o mantenernos al margen el uno del otro?. Son preguntas que tal vez, hablando, podríamos contestar, el problema es que ninguno tendrá la suficiente valentía como para preguntar. ¿Por qué?, porqué así como todo él, su presencia, su perfume, sus ojos, su todo, me intimida, estoy segura que yo lo intimido a él también.

— Si necesitas algo, no dudes en llamarme .— Pidió. 

Asentí con la cabeza y me marché a mi habitación.

Me acosté y respiré hondo, tenía un lío en mi cabeza, ¿podría acaso sentir algo por él?, ¿y él por mi?. ¡Por dios!, ¿que va a pasar de ahora en adelante?, ya intentamos mantenernos al margen y lo conseguimos.. por un par de días. Estoy segura que este tipo de situaciones van a seguir ocurriendo... primero será un simple roce, luego una caricia, luego un beso y así hasta terminar juntos en la misma cama, o en el sofá, o en la mesada de la cocina... con lo salvaje que somos, quien sabe.
Volví a respirar hondo y largué el aire de golpe. Necesitaba dejar de pensar o iba a explotar. Cerré mis ojos y me dormí.

Me despertó una voz, dios, que mal me sentía. La cabeza me hardía, sin contar que me moría de calor, estaba hirviendo por dentro especialmente la cabeza. Abrí los ojos y miré por la ventana, seguía siendo de noche, inetenté moverme para ver a la persona dueña de la voz y cuando lo intente sintí un enorme dolor, todo el cuerpo me dolía.
Pensé que el descansar me haría bien, tanto mentalmente como físicamente, pero no, había sido peor.

— Julie, ¿estas despierta?

— Ahora lo estoy .— Dije después de soltar un quejido.

— Era para avisarte que me voy al hospital

— ¿Que hora es? .— Pregunté, de verdad me siento fatal. Tal vez hasta debería ir con él...

— Las seis AM .— Dijo desde la puerta .— ¿Esta todo en orden?

— Si, vete o llegarás tarde..— Dije y luego volví a quejarme, tenía mucho calor.

Los ojos me pesaban así que ni siquiera los abrí, me dolía el abrirlos. Estiré mi mano para tocarlos y los sentí calientes, toda yo estaba hirviendo. De repente comencé a estornudar, parece que mi resfriado había evolucionado...

— O.. puedo quedarme y ayudarte a respirar .— Dijo y luego hubo un silencio incomodo.. eso que lo que dijo se puede mal interpretar .— Hablo... en el sentido, agh, tu entendiste..— Dijo y ahora se acercó a mi cama.

— Estoy bien, puedes irte...— Dije. El tenía que trabajar, hacer, lo suyo.

Yo seguía acostada en mi cama, las luces seguían apagadas gracias a dios y mis ojos cerrados, me súper cansaba tener que abrirlos. Sentí como el castaño se sentó a mi lado, tenía unas enormes ganas de decirle que se alejara de mi espacio personal, de mi cama y de mi en general, pero estaba muy cansada como para siquiera hablar. Ya había estado en mi cama una vez, no le permitiré que vuelva a pasar. Pero aunque mucho lo intenté, no tenía fuerzas.

Él sin dudarlo me tocó y luego habló .— Estas volando en fiebre .— Dijo y me destapó.

— Ni se te ocurra tocarme .— Logré decir mientras me retorcía en dolor. 

— Te tengo que llevar a la ducha ahora .— Dijo. Sonó más como una orden que como una sugerencia, apenas puedo abrir los ojos.. nunca llegaré a la ducha.

— Estoy bien .— Volví a repetir. Aunque todos sabemos muy bien que estoy todo menos bien.

— ¡Estas hirviendo Julie!, apuesto a que tienes 39 o 40 de fiebre.. si subes un grado mas, te vas a desmayar...

Esta bien, no lo estaba diciendo solo porque es médico, cualquiera con un poco de sentido común se da cuenta que tiene razón. Creo que hasta debo agradecer que esta aquí en casa, sino no se que sería de mi. Agh... esta bien, dejaré que me lleve a la ducha.

— Esta bien, iré..— Intenté levantarme pero fue en vano, con suerte logré sentarme. Mi habitación estaba oscura pero la luz del pasillo estaba prendida y se filtraba hacia mi cuarto, la cual me molestaba, haciéndome cerrar los ojos.

— Te voy a cargar y te vas a tener que dejar .— Acto seguido... me cargó. 

Esto no ayuda mucho a mi orgullo, pero tampoco es como si me pudiera negar, la cabeza me da vueltas, apenas consigo mantenerme despierta. Para que entiendan mi situación lo voy a explicar de una manera que lo entiendan... veo exactamente como ve un borracho, siento exactamente lo que siente una persona con resaca prendida fuego y me carga un chico cuyo estado físico se parece bastante al de hércules. ¿Fui clara?.

Ahora, después de haber admitido eso internamente, me abracé al cuerpo de Finn. Estaba tan frío... o yo estaba muy caliente no sé. Ni siquiera necesitó un termómetro para saber mi temperatura, eso fue genial, hay que admitirlo.
Le estoy dando mucho merito, eso significa definitivamente que me siento muy, muy, muy mal. En el momento que admita que hasta lo aprecio un poco, ese será el momento de mi muerte.

— Bien, llegamos, entra en la ducha..— Mandó

— ¿Qué? no, me voy a mojar .— Dije mientras él me depositaba dentro de la ducha. DAAAA, que inteligente soy, obvio que me voy a mojar.

— Quítate la piyama o se va a mojar 

— No me pienso desvestir frente a ti .— Dije utilizando lo poco de consciencia que me quedaba.

— Soy médico, veo chicas desnudas todos los días .— Dijo.

— No eres médico, eres practicante 

— Créeme, se hacen muchas mas practicas así...

— Esta bien...— Dije y me quité la remera que llevaba .— Pero me quedo en ropa interior

— Como si no te hubiera visto así antes..— Dijo riendo. Me ayudó a quitarme los shorts de victoria's secret que llevaba y me moví hasta abajo del agua.

— ¡Uuuy! esta muy fría .— Me quejé

— Es la idea genia.

De verdad que estaba muy fría. Todo mi pelo se empapo, tenía los ojos cerrados debido al agua. Increíblemente, aunque el agua estaba muy muy fría, me gustaba, aliviaba el dolor. Me estaba enfriando, sentía que porfín se me pasaba un poco el malestar, ahora opino que necesitamos una bañera.
De repente sentí un enorme mareo, intenté buscar algo de que agarrarme pero solo estaban los fríos azulejos y el vidrio de la ducha, sin contar que no veía nada.

— Finn.. me mareo .— Dije

— Tranquila, te tengo..— Dijo mientras me tomaba de la cintura.— Es normal, es porque tu cuerpo esta bajando muy rápido la temperatura...— Explicó. Sentía su voz muy cerca aunque era un susurro apenas.

Abrí los ojos y pude notar una enorme cercanía .— Me gusta que sepas tanto .— Dije

Él rió .— La fiebre te esta haciendo divagar..

— Es la verdad .— Dije .— Te estas mojando..

— Si, no te preocupes...— Dijo. Se separó un segundo y rápidamente se sacó la remera toda mojada .— Mucho mejor..— Habló mientras volvía a agarrarme.

Nuestra cercanía generó la misma atmósfera que se había generado la noche anterior en el sofá, la diferencia es que ahora no me sentía para nada bien como para soportar encima mi corazón latiendo a mil por hora y mis manos temblando por su cercanía. Sin contar que si vuelvo a tener ese lío de pensamientos justo ahora, la cabeza me va a explotar.

Así que no lo pensé, y simplemente lo besé. 


Casada con Finn Harries [EDITANDO 2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora