a d o r e .

11 0 0
                                    

— Que suerte que Vee me llamó -Estábamos en la cama de Harry después de haber recorrido casi toda la casa teniendo sexo. Era de locos, pero así somos- de todas maneras yo sabía que algo andaba mal
— ¿A qué te refieres? -me levanté un poco y el dejó de hacer cariño en mi espalda. Él me miró a los ojos.
— Missy -arrugó el entrecejo- vomitaste  cuando a penas te toqué. Era obvio que algo no andaba bien.
— Ah -solo pude decir y él suspiro puso ambas manos en mi rostro y hizo que lo mirara-
— Te quiero. -besó mis labios lentamente y cuando se apartó un poco y susurro. Yo me alejé por instinto y él se dio cuenta que tocó un punto en mi sensores de escapatoria.- Deja de escapar de mi cada vez que te expreso mi cariño.
—No estoy acostumbrada a eso. -dije acostándome en la cama de estomago.
— Lo sé, pero antes no estabas acostumbrada a que todos supieran lo de nosotros y me diste un beso en frente de todo el curso. -sentí su risa y puedo jurar que eso le gustó.
— shhh -lo hice callar
— Ese fue un gran beso
— No volverá a pasar -aseguré, Harry realizó un movimiento quedando sobre mi.
— ¿Quién lo dice?
— Yo.
— No me puedes detener de hacer esto -besó mis labios con una intensidad que hizo que olvidara mi cansancio. Comenzó a bajar sus besos a mi cuello y el resto es historia. Al avanzar la noche desperté en medio de esta, debido a que me moví un poco y sentí a alguien a mi lado, abrí mis ojos sobresaltada y recordé que estaba con Harry. Vi como descansaba a mi lado y sonreí, es tan lindo y todo mío.
Dí un casto beso en sus labios y él
moviéndose me abrazó con todas sus fuerzas y con sus ojos cerrados susurró mi nombre y eso fue suficiente para sentirlo.
— Te quiero. -dije en un susurro poco audible y con eso toque de fondo, ya me había dejado ir. Literal le estaba entregando todo y si me quemaba, al menos podré decir que volví a sentir esa electricidad en mi cuerpo ocasionada por otra persona.
Pude jurar que lo sentí sonreír, pero quise creer que en realidad no me había escuchado y que seguiríamos siendo como antes. Me volví a quedar dormida y así como quedé, desperté. Estaba entrando en sol por la ventana y sentí a Harry acariciando mi cabello, abrí mis ojos un poco y noté que estaba mirando como dormía.
—Buenos días -dijo con una gota de alegría, abrí mis ojos lentamente y antes de contestar sonreí
— Hola -me estiré y abrí unos de mis ojos. Era sábado así que no estábamos preocupados por la hora que despertamos, por lo que volví a cerrar mis ojos.
— Abre tus ojos enana -jugó con nuestras narices y sonreí- ya van a ser casi las 12. Hay que ir a desayunar
— Noo -me quejé-  cinco minutos más -me acurruqué en sus brazos con mis ojos aún cerrados, pero él se levantó camino a buscar su ropa interior
— Arriba -dijo después de unos minutos besando mi cuello- Vamos que quiero salir a dar un paseo contigo
— ¿A dónde?
— Es una sorpresa -y dicho eso cerro la puerta. No me gustaban las sorpresas, porque me mantenían intrigada de una manera en que era lo único que podía pensar. Mierda, solo habían pasado segundos y ya estaba girando en la cama desesperada por saber que era.
— Me rindo -me levanté de la cama y me puse mi ropa interior junto con la polera de Harry, fui a lavar mis dientes y me fui a la cocina- Mhh -dije cuando sentí ese maravilloso aroma a café.
— Ah, hasta que volviste a la vida -dijo riendo poniendo mi granola y la leche de almendra en frente de donde estaba sentada.
— Sí, todo gracias a ti y tu estúpida sorpresa -Harry se río y yo comencé a comer de mi plato fue entonces cuando recordé- ¿Y Vee? 
— Se fue a casa de Finn, creo que pasaron la noche juntos -se encogió de hombros- al menos eso fue lo que dijo -asentí y sonó una bocina afuera. Harry caminó hasta la puerta y sonrió- Hermano! -dijo saludando a su amigo que no tenía idea quién era. Me asomé a la puerta
— Hola León -saludé desde ahí, era uno de nuestros compañeros de U.
— Hola -contestó él sonriendo de oreja a oreja.
— La casa es tuya por todo el fin de semana -dijo Harry cuando Leon le pasó las llaves del auto
— Genial, prometo cuidarla tan bien como tú cuides mi auto
— Estará sano y salvo- juró Harry- ve a cambiarte Missy, mientras antes estés lista más rápido sabrás tu sorpresa -y eso fue todo lo que necesitó decir para que yo saliera corriendo a levantarme. Me puse un jeans ajustado negro y  un polerón verde militar que estaba abierto a los lados. Salí del baño y Harry ya estaba listo, tan guapo como siempre. El aroma de su perfume llenó mis fosas nasales, mierda, como me gustaba su perfume.
— Nos vamos -dijo Harry a León cuando tomó mi mano, yo me sonrojé y caminé hasta la puerta a su lado. Él quitó la alarma del auto y yo subí a este.
— ¿A dónde vamos? -dije cuando el se subió al asiento del piloto y sonrió
— Ya verás. -encendió el auto y luego de una hora de viaje me quedé dormida. Nunca resistí mucho a los viajes largos pero sentí que pasaron minutos y nos detuvimos. Abrí mis ojos y estábamos en un bosque. Estaba oscureciendo y el sol se veía delante de nosotros junto con el mar.
— ¿Qué es esto? -dije bajando del auto emocionada
— Pensé que necesitábamos un momento solo para nosotros. -Harry tomó mi mano mientras miraba el atardecer y besó mi mano mientras se colocaba detrás de mi. Miré hacía atrás sonriendo y Harry besó mis labios justo cuando mordía mi labio.
Necesitaba aire, llevaba mucho tiempo besándolo y es que me encantaba sus labios la manera en que sus manos tocaban mis caderas.
— Dilo otra vez -dijo Harry sin aire cuando se apartó de mis labios.
— ¿Qué?
— Lo que me dijiste anoche, dilo -volvió a besar mis labios con la misma intensidad de antes, pero cuando se apartó tenía otra intención en sus ojos- Hay que armar la carpa -asentí y comenzamos a armarla,yo odiaba dormir en colchón inflable, pero era algo que se hacía en estas situaciones aunque Harry me dijo una vez que tampoco era de su agrado esas cosas, prefería solo el saco y fin de la historia.
Y eso fue lo que hicimos, terminamos de ver el atardecer y mi estómago comenzó a rugir.
—Tengo hambre -él rió y me dio un sandwich que estaba delicioso. ¿Quién lo diría? Harry sabe cocinar muy bien.
Estábamos sentados en el suelo sobre una manta observando las estrellas cuando me coloqué sobre él y besé sus labios suavemente.
— Te quiero -susurré y él sonrió
— Dilo otra vez.
— No -me reí y el puso sus manos debajo de mi polera acariciando mi estomago
— Dilo -besó mi cuello ese lugar que me volvía loca dejé salir el aire de mis pulmones y me afirmé del suelo pero me era imposible con él haciendo esas cosas.
— Te quiero -y entonces tenía mi blusa fuera y él estaba sobre mi besando mi estómago y luego subiendo dejando un chupón en mis pechos.
— Eres mía, toda mía -besó mis labios- dilo -yo no dije nada y saqué su polera y comencé a besar su torso, cuando lo hice girar, llegué hasta el botón de su pantalón, lo desabroché, bajé sus pantalones y volví arriba. Él quitó mi sostén y lo lanzó lejos para luego pasar sus manos por mi espalda tocando cada parte de esta llegando a mi trasero, lo apretó y me acercó más a él. Quitó mis pantalones y fue a colocarse el condón cuando volvió se posó sobre mi besando mi cuello con aún más fuerza y dejando marcas por todos lados, me tenía loca, desesperada, mi cabeza gritaba por tenerlo más cerca. Fue como si él leyera mi cabeza pero ya había quitado lo que nos quedaba de ropa, me giró para que quedara sobre él y me penetro sin previo aviso, dejé salir un gemido y enterré mis uñas en su espalda comencé a saltar sobre él. Harry me tenía bien agarrada de la cintura mientras mordía mi hombro.
— Dilo, Missy -dejó salir un gemido- dilo -se detuvo y no me dejó seguir moviéndome, dejé salir un bufido molesta. Traté de moverme pero no me dejó- dilo.
—Soy tuya -me dejó bajo él y levantando una de mis piernas se comenzó a mover a toda velocidad, y eso fue todo estaba tocando el cielo mi espalda se encorvaba y mis labios pedían más y más.
— Y yo tuyo -susurró justo cuando cuando estaba llegando a mi orgasmo y entonces caí en sus brazos, besé sus labios
— Te quiero -sabía que era repetitivo pero sabía que era el momento perfecto para decírselo.

AbrázameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora