h e a v e n .

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«Dicen que los niños buenos se van al cielo, pero los chicos malos traen el cielo a ti.»

Harry se tropezó a la entrada de la carpa de lo rápido que vino, me reí y el ya me tenía en el suelo mientras cerraba la carpa, para luego gatear en mi dirección y besar mis labios mientras. Saqué su polera como tantas veces lo había hecho antes.
Sus manos temblaban mientras abría su polerón, que era lo único que llevaba ahora, cuando miró lo que había dentro.
— Mierda Melisa -dijo y automáticamente lo sentí despierto entre mis piernas, gemí ante su toque y arqueé mi espalda. Harry lamió sus labios- Dime que quieres, Missy, lo juro por Dios... -tragó saliva- Dime que quieres y te lo daré.- Sonreí, esto me divertía mucho. No sabía lo que un par de telas con encaje y unas pantis con suspensores podía ocasionar en un hombre.
— A ti. -susurré cuando se acercó a mis labios otra vez.
— Necesito que seas más especifica. -rozó nuestros labios y movió sus caderas otra vez sintiéndolo cerca- tengo un par de ideas en mi cabeza -dijo pasando la lengua por mi labio inferior y bajó con esta por entre mis senos y siguió por mi estómago desnudo. Arqueé mi espalda y apreté entre mis manos lo que sea que hubiera bajo nosotros cuando sentí su respiración cerca de mi zona sensible, bajó más y pasó su lengua si aviso por sobre la tela y yo respondí con ganas, abrí mis ojos viendo el techo de la carpa ¿Era normal que todo diera vueltas?, corrió un poco mis pantaletas y metió sus dedos. —Mh, ya estás mojada -sacó los dedos y los llevó a su boca, dejé salir el aire y el sonrió- ¿Te gusta? -asentí sonrojandome y él sonrió- pues lo que que te haré te gustará más -se hincó y tomándome  del trasero me acercó a él para luego con rapidez quitar todo lo que tenía de la cintura para abajo.- Yo llevo esto, debes hacerme caso en todo lo que diga, ¿escuchaste? -dijo dominante
— Sí -dije despacito
— ¿Si que? -Espera, ¿Qué?, me apoyé en mis codos y lo miré no estaba esperando que dijera lo que creí que quería que dijera. Y fue cuando sentí un golpé en mi trasero, me quejé- Dilo, yo sé que sabes lo que quiero escuchar.
— Sí, ¿Señor? -dije dudosa y el sonrió satisfecho.
— Esa es mi chica. -esto de alguna me excitaba más que las otra veces, sus ojos estaban tan oscuros y parecía que le gustaba esto tanto como a mi, bajó otra vez a dónde estaba antes y metió su lengua sin avisar. Yo arqueé mi espalda y dejé salir un gemido más fuerte de los que nunca había dado.
— Mierda, eres tan bueno en esto -bajé mis manos a su cabello y tiré de este- sigue, no te detengas -llevaba minutos que parecían segundos y ya estaba llegando a mi orgasmo. Sentí como esa presión se depositaba en mi estómago y mis piernas temblaban mientras gritaba el nombre de Harry y el afirmaba mis piernas para mantenerlas abiertas mientras comía con más ganas. Mierda, no bajaba nunca, necesitaba aire mi espalda se estaba cansando de estar arqueada y fue entonces cuando bajé y caí rendida. Abrí mis ojos y el cielo de la carpa daba vueltas mientas Harry se acerca a mi y me miró a los ojos, besó mis labios. No supe cuando se había bajado los pantalones pero ya estaba dentro de mi y mis uñas estaban en su espalda arañando, los labios de Harry estaban en mi cuello saboreando cada parte de este y cuando traté de tocar su rostro él tomó mis muñecas entre una de sus manos y las llevó por sobre mi cabeza entrando más y más fuerte en mi. Yo no sabía como era posible que estuviera aún excitada, pero lo estaba y de hecho lo estaba más que antes. Con la mano libre Harry desabrochó mi sostén y lo subió hasta que tapara mis vista y metió uno de mis pezones en sus labios mientras seguía entrando, lo soltó y tomó una de mis piernas para levarla a su cadera. Entendí el mensaje y subí la otra para que ambas quedarán dónde lo estaba podiendo, él se movió con muchas más ganas y cuando estaba llegando otra vez, me tomó de la cintura acercándome más a él mientras trataba de bajar de las nube. Pero con este Dios Griego no se podía, en algún momento bajé y él quitó su mano de mis muñecas, sacó mi sostén de estos mientras seguía penetrando y en segundos estaba de nuevo en el punto de inicio. Manos en la espalda bajando con furia y él diciendo mi nombre en mi oído.
— Soy tuya, Harry, solo tuya. -y eso lo volvió loco, y para que mentir, a mi también me hizo llegar a las nubes junto con él otra vez.
Ambos tocamos el cielo con los dedos y caímos. Estaba tan satisfecha, tenía mis ojos cerrados y sentí sus labios sobre los míos.
— Mía, mía. Toda mía -volvió a besarlos pero esta vez con más intensidad. Mañana teníamos Universidad y se suponía que hoy devolveríamos el auto hoy, pero nos importaba una mierda, mañana nos disculparíamos cuando volvamos a la realidad porque ahora estábamos en el quinto cielo y contábamos la estrellas, pero las estrellas son muchas y la noche era muy corta para nosotros.
Él sol estaba entrando por la carpa y estaba cálida, el brazo de Harry estaba a mi alrededor y yo estaba tan cómoda en esa posición, sentí como el amigo de Harry estaba despierto y me fui moviendo lentamente hacia abajo para jugar con él y Harry se sobresaltó cuando lo metí en mi boca, segundos después estábamos contando la última estrella. Salí de la manta que teníamos sobre nosotros y sequé un rastro de semen que tenía desde la comisura de mi boca hasta mi barbilla, sonreí y él me miró detenidamente.
— Odio decir esto, pero tenemos que irnos a casa. -yo asentí y me comencé a levantar, lavé mis dientes y ayudé a Harry a ordenar todo y nos marchamos.
Ambos estábamos cansados y con sueño, pero la sonrisa de nuestros rostros no se desaparecía y era genial.

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