Quédate.

5 0 0
                                    

«Todo lo que tienes que hacer es quedarte.»

  — ¿De qué hablas? -Harry estaba caminando de lado a lado como gato enjaulado

  — ¿Querías hablar de lo que vi? Genial, hablemos de eso.- me paré de la cama y me puse delante de él- ¿Hace cuánto hablabas con ella? Te volviste loco cuando ví que te había hablado y no entendía porque, entonces ví que se iban a juntar -me reí con lágrimas en mis ojos- Si me engañaste no me lo digas, por favor, no creo que pueda resistir algo así.

  — No lo hice -dijo Harry ofendido al instante- ¿Por quién me tomas? -me giró para que lo mirara- Melissa, yo te amo y el que ella haya vuelto o ese hijo de puta de tu ex haya vuelto no significa nada. No voy a dejar que nadie nos separe, pero necesito que te quedes. Quédate. -yo lo miré a los ojos mientras una lágrima caía el besó mis labios buscando consuelo, pero yo solo podía pensar en que ella besó esos labios unas horas atrás y me alejé.- ¿Qué?

— Es como si pudiera saborear sus labios -dije pasando mi mano por mis labios- No puedo, lo siento.

— No... -lo interrumpí.

— Me refiero al besarte... -él asintió entendiendo a lo que me refería se volvió a acercar y me abrazó con fuerza,

— Mía, toda y absolutamente mía -besó mi cabeza y temí de que él solo no me dejara ir porque creía que era de su propiedad y no porque realmente me quería.

— ¿Sueles tener miedos así? -dijo la psicologa mientras escribía algo en sus notas yo me encogí de hombros

—Supongo, siempre pienso en que esto va a terminar y sé que es agotador para él... pero por alguna razón el sigue volviendo.

—Él sabe que eres un caso especial y está dispuesto a correr el riesgo contigo. -me miró y yo miré el suelo- ¿Algo más de lo que quieras hablar?  -dijo cruzando sus manos y yo negué- Bien. Ahora cuéntame, ¿Cómo has estado con los vómitos?

— Hay días buenos y días malos.

  — ¿Cuáles son los malos Melisa?

  — Cuándo desconfió de él.-Catherine asintió y escribió algo en sus notas,

— Aún te queda tiempo si quieres explayar eso. Parece que tu vida gira en repararte para poder estar en una relación seria. 

— En realidad, solo quiero hacerlo feliz.

—  ¿Y no crees que él ya es feliz así?

— ¿Cómo podría ser feliz con este desastre? -me reí sin ganas- y es que solo míreme. Un día estámos bien y al otro no, un día creo que mi lugar es con él y al siguiente me convenzo de que está mejor sin mi y trato de buscar excusas para dejarlo.

— ¿Qué te hace pensar que no eres buena para él?

— Estoy ahora hablando con un psicologo en vez de estar caminando de la mano con él. Se merece algo mejor.

— Pero te eligió a ti a pesar de todo 

  — ¿Por qué nunca me das la razón?

— Missy -se rió negando- tienes una percepción muy negativa de tu persona -cruzó sus dedos y se acomodó en su asiento- Escucha, el chico te está esperando afuera ansioso de solo poder abrazarte y lo sé porque lo veo como está antes de que salgas y la mirada que pone cuándo te ve. Él te quiere con tus problemas y todo, y si no lo hiciera, no estaría aquí. -ella me sonrió y yo miré el suelo- Eso es todo, la hora terminó -yo asentí y me levanté caminando a su lado ella abrió la puerta y miró en dirección a Harry como todos los días- Te veo la proxima semana niña, cuidate y deja de pensar tanto. Él te quiere y es lo que importa -dijo en el abrazo que me da cada vez que me voy. Salí y Harry me regaló una sonrisa de oreja a oreja. Yo corrí a sus brazos y besé sus labios aún no le digo que lo amo, pero sé que el siente que lo llevo en mi corazón.

  —Te extrañé -susurró Harry cuándo nos apartamos un poco.

— ¿Me quieres? -dije mirandole a los ojos.

—Por supuesto que lo hago -se rió como si fuera la cosa más obvia del mundo.

— Necesito escucharlo.

— Melissa Michaels, yo no te quiero. Yo te amo -y volvió a besar mis labios pero esta vez más lento y suave. Sus besos se estaban sintiendo de esa manera más seguido que antes cuando estámos juntos en la cama suele darme muchos de esos y no es que no me gusten, pero ¿Eso es bueno?, ¿No es que estámos perdiendo la llama?, ¿Cierto? Catherine tenía razón. Tengo que dejar de pensar tanto.

Caminamos de la mano con Harry por las calles de este pequeño pueblo que alguna vez llame casa, pero ahora se estaba asemejando mucho. Miré a Harry y sonreí al ver lo serio que iba caminando.

  — ¿Por qué vas tan serio?

— Esos tipos llevan mirandote desde que cruzamos la calle.

— ¿Y?

— No me gusta. Te ven como si fueras su almuerzo. -yo me reí y lo hice detenerse para que me mirara y besé sus labios de una manera de que él quedara seguro y los hombres que me estaban mirando supieran que solo tengo espacio para dos hombres en mi vida. Uno era Maui, mi perro, y el otro es Harry, y pensaba quedarme así hasta que el destino determinara que ya no se puede más, pero creo que esta vez está de nuestro lado.

Esa misma tarde caí en cama Harry estaba a mi lado acariciando mi cabello lentamente y tarareando una canción que en este momento no puedo recordar cuál es. Mi estómago estaba hambriento pero mi cuerpo tenía otros planes para esa comida.

— Vamos, mi amor, solo un bocado más -dijo Harry con su voz rota, él odiaba verme así y era porque sabía lo que venía.
Estiré mi mano que estaba tiritando y como pude saqué un pedazo y lo llevé a mi boca y en cuánto lo tragué mi cuerpo comenzó a tratar de hacer salir todo lo que tenía en esta.

—No, respira. No lo dejes salir Missy... -salí corriendo de sus brazos en dirección al baño dejando salir todo mi cuerpo temblaba no sentía mis piernas y mi respiración era escasa. Llegué como pude al lava manos para poder lavar mis dientes y quitar este sabor a muerto de mi boca, pero sabía que pronto no me iba a controlar, así que fue un lavado rápido y con mucho enjuague bocal. Cuando me giré y vi a Harry en el marco de la puerta susurré su nombre y comencé a llorar. La crisis de pánico había llegado. 
Él solía solo mirar como se lo había pedido, pero esta vez se acercó a mi tomándome en sus brazos mientras se balanceaba para darme consuelo.

— ¿Quién te hizo tanto daño? -escuché la voz quebrada de Harry y después todo fue negro. Nunca me había desmayado en una crisis, esto era nuevo y cuándo abrí mis ojos para mi sorpresa no estaba en el baño ahora estaba en la pieza de Harry.

Me traté de levantar pero algo me detuvo, la mano de Harry.

— Tenemos que  hablar. -mis ojos estaban como platos y mi corazón latía demasiado rápido, podía sentirlo en mis oídos. Un nudo se formó en mi garganta esperando lo peor. Esas palabras. Él me iba a dejar, lo sé.

"No me dejes Harry, Quédate."

AbrázameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora