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La clase de inglés parecía eterna, estaba deseando que acabase, más que nada porque Max llevaba dando patadas a mi silla y tirándome bolas de papel, nada pequeñas, a mi cabeza durante los últimos 20 minutos, en condiciones normales ya le hubiese gritado y le hubiese hecho tragar las bolas de papel pero, estamos hablando de mi futuro esposo, digamos que con él tengo mas paciencia. Pero no es que mi paciencia sea para siempre.

- ¿Tu de verdad quieres probar el sabor del papel? Creo que no es muy saludable tragar mucho.- Le dije después de haberme girado bruscamente.

- Te dije antes que de ahora en adelante te iba a molestar, deberías tomarme más enserio. Además, deberías estar gritando de alegría porque el niño mas guapo de este instituto te este prestando atención.

Uf, yo siempre me he considerado como alguien más o menos paciente, pero mi futuro-esposo-que-cada-vez-tengo-mas-claro-que-no-lo-es, no me lo está poniendo fácil.

- ¿Enserio te sigues creyendo que eres guapo? Venga, cuanto les pagas a tu hermano y a tus padres para que te digan eso.- Y ahí está la borde de mi amiga.

- Primero,- Contestó Max levantando un dedo.- si no fuese guapo tu amiga no estaría colada por mí y segundo, hay espejos en las casas por si no lo sabías.

- Pues me tienes que decir donde venden espejos mágicos.

- Además, yo no estoy colada por ti campeón.- Mentira, y de las grandes además.

Andrea tosió medio riéndose.

La lancé una mirada asesina.

Rió.- ¿Lo ves? Hasta tu amiga lo dice, hay que aceptar la realidad.

Sonó el timbre que anunciaba el final de la clase.

Gracias Dios.

No le contesté y me levanté a una velocidad de maratón y me dirigí al salón de actos puesto que nos habían citado allí a todos los alumnos.

Una vez allí me senté y al minuto Andrea se sentó a mi lado agitada, como si hubiese corrido 20 kilómetros.

- ¿Que has venido corriendo?- La pregunté.

- Algo a sí, y deberías darme las gracias porque te he librado de que el bonito de tu novio se sentase aquí contigo a darte el coñazo, él venia literalmente corriendo detrás de ti.

En condiciones normales me hubiese levantado corriendo a decirle a Max que se sentase a mi lado pero cada vez me parece más pesado así que lo prefiero así.

El director y la jefa de estudios hicieron acto de presencia en el salón y se subieron al escenario.

- Bien alumnos, os hemos reunido aquí porque tenemos que anunciaros una cosa bastante importante, desde este momento hasta fin de año, se incorporarán al curso dos nuevos alumnos, Max y Harvey Mills, esperemos que os llevéis bien con ellos y que les acojan bien aquí.

Si, si, tiene toda la pinta de que nos vamos a llevar bien.

                                 •*•*•*•*•*•

Las demás clases iban pasando rápido y no había vuelto a hablar con Max desde por la mañana, podría decir que no le había visto desde por la mañana pero es que me ha estado siguiendo todo el día, había veces que tenía que caminar un poco rápido para despistarle, nunca pensé que diría esto, pero ya me estoy empezando a cansar de Max.

Ahora estoy corriendo hacia una clase porque llego tarde a un examen por hablar de más en los pasillos.
La profesora me dejó entrar y solo quedaba un sitio libre porque los demás ya habían empezado a hacer el examen y, ¿a que no adivináis al lado de quién? Max.

Dos palabras; Max Mills I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora