DÍA 6: ROJO.

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DIA 6:

ROJO.

El líquido se derramaba incesantemente.

Gritos, desesperación, angustia, dolor, soledad...

Se podía sentir, aunque de manera muda.

¿Acaso no hay alguien que pueda ayudarlo?

Corría detrás de las sombras, pero estas se alejaban más y más.

Cuando dejaba de seguirlas, están empezaban a murmurar, de manera intensa, cosas malas, cosas ruines, palabras hostiles...

Se entendían tan bien, que parecía que le susurraban al oído.

¡No! ¡Yo no soy así! ¡Yo no soy un monstruo" Por favor, deténganse, ya no hablen más...

― Pero ¿qué dices? ¿No recuerdas como me mataste sin piedad, a pesar de que te implore compasión?

― Cierto, también hiciste lo mismo conmigo.

― Y conmigo...

― Solo un monstruo se comportaría de esa manera.

― Ahora finges estar libre de pecado...

―... pero nuestras almas arden en el infierno, por nuestra violenta muerte, esperando a que te nos unas...

― Esperando nuestra venganza...

"Yo... es cierto... yo les arrebaté la vida... sé que obre mal... en verdad, estoy arrepentido... no merezco ser perdonado..."

― Por supuesto... seremos una carga para ti, por siempre...

― Por siempre, por siempre... jamás te dejaremos tranquilo...

― Nunca podrás descansar en paz, monstruo de la arena...

― Así es, jamás dejaremos que te sientas amado...

Las voces seguían aturdiéndolo, mientras desde la nada de arriba, la sangre caía sobre él, para cubrirlo por completo. Haciendo que flotase en un mar rojo de sangre.

Una especie de manos salían de esta e intentaban hundirlo, mientras seguían susurrando sus aflicciones al oído, con voz desesperada y lastimera.

Despertó de golpe, con un sudor frio que recorría su frente, lágrimas fluctuantes de sus ojos y la respiración agitada.

Solo había sido un sueño, de nuevo el mismo sueño.

Si algo había que le detestaba de dormir a voluntad, era la existencia de los sueños, o en este caso pesadillas.

No eran reales, pero sí que podían convertirse en verdaderas torturas para sus dueños.

Y no podían preverse, a veces se daban, a veces no.

Se acostó de nuevo en su cómoda cama, sin antes tomar un sorbo de agua que tenía a mano en su mesa de noche.

A las pocas horas inicio su vida laboral, como todos los días.

Tuvo una reunión con los altos mandos.

Tenían muchos temas acumulados que tratar. Fue una reunión pesada.

― Un día complicado ¿no? ―soltó con mofa la jefa médico, quien se quedó de último, esperando a que su asistenta terminara de ordenar los papeles que habían traído―. Más ahora que tus "guardianes" están fuera de la aldea ―remató, refiriéndose a los ausentes Kankuro y Temari, que llevaban semanas fuera, en sus respectivas misiones.

― Un día como cualquier otro ¿tiene algo que desee tratar conmigo?

― No, me gusta incomodar a las personas, y ver cómo viven con sus pesadillas en silencio ―expresó con seriedad la Taiyō, observándolo directamente a los ojos―. Creo que es loable ver como los humanos tratan de superarse, así fracasen la mayoría de las veces.

El pelirrojo se percató de su intensión. Alguien como ella, con la capacidad sensorial avanzada, eran realmente molesta, ya que siempre analizaban a los demás de manera casi inconsciente.

― Disculpe, pero no tengo tiempo para trivialidades, mi tiempo es limitado ―articulo tratando de esquivarla.

― Dormir temprano y tomar agua no ayudan mucho en esos casos ―escupió de forma directa la rubia, sin ánimos de seguir hablando―. Aparte de los somníferos, hay otras alternativas, en fin, yo no soy la hippie de las hierbas, no es mi campo, pero si visita el invernadero, puede que encuentre solución...

El Kazekage ya estaba camino a la salida cuando la escucho.

― Ah, gracias por la sugerencia, la tomare en cuenta.

― La verdad, hubiera preferido callar y disfrutar viéndolo sufrir, pero el juramento medico de "cuidar y proteger" me obliga a vomitar todo lo que se... en un completo fastidio...

La expresión de gratitud se borró del rostro del pelirrojo.

― Estoy empezando a creer que disfruta ser grosera conmigo...

―Sí, completamente. Es un pequeño placer que descubrí al tener que soportarlo...

― Creo que el que "soporta" al otro, no es precisamente usted...

Shun los interrumpió avisando que se encontraba lista para partir con los papeles.

Estas dos se adelantaron, en marcharse primero.

― En mi clan, los sueños tienen significado... el rojo es sangre... pero... también significa devoción, vida y hasta esperanza.

Recitó por lo bajo la Taiyō, para que este la oyera. Su mirada seguía seria, pero con un enfoque más suave.

¿El significado del color rojo?

Solo en el salón, no pudo evitar quedarse pensativo ante lo escuchado.

FIN.    

ESTO NO ES UNA CRÓNICA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora