DÍA 8: CUMPLEAÑOS DE GAARA.

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DIA 8: CUMPLEAÑOS DE GAARA.

Empezaron a cantar y aplaudir mientras su cuñado traía el pastel con una vela encendida.

Él se encontraba sentado en el suelo, al igual que sus hermanos, alrededor del Kotatsu.

― Vamos Gaara, sopla la vela y pide un deseo ―manifestó el castaño dándole una palmada en su espalda.

Asintió con la cabeza de forma leve, con una expresión un tanto incomoda.

No le gustaba ser el centro de atención, pero, en este tipo de situaciones, era inevitable.

Ya hacían casi dos años desde que su hermana mayor se había casado con Nara Shikamaru.

Y era el primer cumpleaños que le celebraban en Konoha.

Algo más tranquilo y privado de lo que habían sido sus anteriores cumpleaños.

¿Un deseo? Meditó por unos segundos. ¿Qué más podía pedir? Personalmente, sentía que lo tenía todo. En un mundo conflictivo, podían ahora vivir con paz. Tenía a su familia y amigos cerca. Solo podía pedir por que esto se hiciese prolongado o eterno.

Aunque sabía que eso no sería posible, y que un simple deseo no erradicaría el mal del mundo. No era un ingenuo. Sabía que era su trabajo, como el Kazekage de la Arena, liderar y trabajar duro para que eso se cumpliese, apoyando y ganándose el apoyo de los demás Kages...

― Gaara, no lo pienses tanto, mira, la vela ya está por la mitad ―emitió indignada Temari al ver que tardaba―. Seguro estás pensando por la paz entre naciones o algo similar. Se egoísta por lo menos una vez en tu vida, y pide un deseo que solo te haga feliz a ti, maldición...

― Ah, lo siento...

Antes de que se inclinase a apagar su vela de cumpleaños, el pequeño Shikadai, que ya gateaba, se subió en el regazo de sus piernas dobladas, ajeno al ambiente que se estaba dando a celebrar.

Gaara bajó su mirada para verlo.

El pequeño infante, lo miró con cara somnolienta, soltó una ligera mueca de alegría y se largó tieso a dormir encima suyo.

Lo agarró con una de sus manos, para que no se deslizase al suelo, mientras que, con la otra, se apoyó a la superficie de la mesa baja, como equilibrio, para luego soplar la flama.

Dejó su deseo como "pendiente" ya que no sabía en que decidirse.

Su familia aplaudió, para luego dividir el pastel y comer juntos.

― Hum, perdona Gaara, Shikadai es bastante relajado, ya se está pareciendo a su padre ―miró a este de reojo, quien casi se atraganto al notar que estaba siendo culpado por lo negativo de sus genes Nara―, le gusta dormir en cualquier lugar, sin importar lo incomodo que puede ser...

― No, está bien, no me molesta ―emitió el pelirrojo, mientras alzaba al pequeño en sus brazos, para luego entregárselo a su hermana―. Ha crecido mucho, hasta lo noto más pesado...

― Hum ¿verdad que sí? Solo come y duerme, eso le está ayudando mucho ―emitió con alegría la rubia, agarrándolo en sus brazos, para luego apoyarlo contra su pecho―. Aunque me preocupa que todavía no pueda andar por sí mismo, los otros niños de su edad ya caminan...

― Ya te dije que no debes preocuparte por ello, yo recién empecé a caminar a los casi dos años ―explico Shikamaru con cierto cansancio por el tema.

― Lo sé, pero eso no evita que me preocupe... ¡soy su madre!

Y así empezaba otra ligera discusión entre los esposos, bueno, discusión por parte de Temari, que se imponía con su ruda voz, mientras parecía que el Nara murmuraba a su defensa.

ESTO NO ES UNA CRÓNICA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora