Todo continúa

171 14 7
                                    

Ambos comenzaron a tomar consciencia de la situación en la que se encontraban, de lo que habían hecho y por supuesto de la persona con la que lo habían hecho. Izaya analizaba todas las posibles implicaciones que tendría tanto a corto como a largo plazo.

«Shizu-chan no creo que sea de esos chicos que tras una noche de pasión desaparezca sin decir nada y si te he visto no me acuerdo; eso es bueno para mí ya que tal y como dijo soy lo único que le queda. Por el momento he conseguido lo que quería y es mantenerlo distraído de las noticias. Hace unas horas no se había difundido nada sobre mi supuesta implicación en la tragedia de su familia; Shizu-chan es bastante simple pero creo que me conoce lo suficiente para saber que yo nunca haría algo así ¿no?»

Ante la duda creada por su último pensamiento se movió mínimamente y observó a Shizuo quien se encontraba en la misma situación, observando de reojo a su acompañante sin que se diera cuenta. Sus miradas se cruzaron y ambos se apartaron a un lado como dos adolescentes que confrontaban su primer beso, aunque realmente se encontraban en una posición parecida.

-Iza-

-Me voy.

-Haciendo caso omiso a la voz de su acompañante Izaya se levantó de la cama de una manera brusca y desconsiderada, hizo quejarse al rubio al separarse de esa manera pero en cuanto se incorporó dispuesto a buscar al menos una respuesta para las miles de preguntas que se amontonaban en su mente; su enemigo y a la vez su amante ya había salido de la habitación ropa en mano.

Shizuo se frotó los ojos con cansancio y con un suspiro procedió a ir en su busca,una muy mala idea cuando levantó su cuerpo en el cual sintió un fuerte pinchazo desde la parte baja de la espalda hasta su zona más íntima.

-Desgraciado...La próxima vez te-

Espera un momento ¿próxima vez? ¿Qué clase de idea estaba cruzando por su cabeza?

Se sacudió ese extraño y perturbador pensamiento y apretando los labios fue hacia el salón que encontró vacío; Izaya ya no se encontraba ni en el edificio y su rastro comenzaba a perderse. Sabía cómo huir y lo estaba demostrando.

Shizuo se quedó mirando la puerta cerrada que daba al exterior, aquella puerta por la que tantas veces había entrado todo tipo de gente y por la que hace un rato entró la persona que había conseguido volver su mundo del revés a pesar de todo. En ese momento sintió como de manera lenta y terriblemente asquerosa un líquido blanquecino y espeso escurría por sus piernas.

-Joder.

La curiosidad humana sin duda lleva a la gente a cometer actos de los cuales casi siempre se arrepiente y para Shizuo no era diferente pues llevó los dedos hasta sus muslos y recogió parte de aquel líquido para poder verlo de cerca; algo de lo que enseguida se arrepintió sacudiendo la mano para quitárselo de encima al tiempo que fue hacia el baño, tenía que deshacerse de aquello cuanto antes.

Por otro lado Izaya abría la puerta de su nuevo apartamento y sacudía su cuerpo algo entumecido por la incómoda postura en la que se mantuvo tanto en la parte sexual como una vez terminado.

-No puedo decir que haya estado mal pero ha sido extraño.

Izaya a sus 24 años de edad no era virgen ni mucho menos, hubo un tiempo en el que para satisfacer su propia curiosidad sobre sus queridos humanos se replanteó observarlos en todas las situaciones y momentos y eso por supuesto incluía el sexo. Cada vez que se acostaba con una mujer la apartaba de manera diferente ya fuera para ver su expresión de desolación, esperanza, tristeza, asco e incluso ira; todas igualmente divertidas pero hasta de eso se cansó.

Se dejó caer en el sofá sacando el móvil del bolsillo, apartó unos cuantos mensajes sin importancia pero hubo uno que sin duda llamó su atención.

¿Desaparecido? CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora